No me hagas preguntas y no te contaré mentiras

Para todos aquellos que no me sigan por twitter (y prometo que es la última vez que empiezo un post así, el que lea cosas repetidas, que se aguante) he sido ligeramente mordido por un perro (no mío, aunque reconozco que por culpa suya). Pero vamos, que no pasa nada. A mí es que lo de que te muerda un perro siempre me ha parecido que es una cosa como muy de andar por casa. Y no porque me haya pasado mucho, que la verdad es que es la primera vez. Es que a mí, llámame machote, pero impresionarme, lo que se dice impresionarme, me impresionaría un mordisco de cocodrilo o tiburón blanco o yo que sé, un tiranosaurio rex (aunque esto reconozco que es poco probable), pero perro quien más quien menos ha visto uno ¿no?

Pues resulta que no. Parece que lo de que te muerda un perro espeluzna bastante a la gente. En especial teniendo en cuenta que a resultas de la disparidad de pareceres con el chucho, tengo un vendaje bastante aparatoso en la mano izquierda que me cubre los nudillos y se engancha en la muñeca dejando solo los dedos al aire (muy parecido a los que llevan los luchadores de kick boxing en las películas, como me ha hecho notar una compañera) y otro en el antebrazo derecho que me cubre más o menos la mitad del mismo. Y todavía peor, porque como no me han dado puntos (me explicaron que en caso de mordedura de perro los puntos se pueden infectar, aunque me gusta pensar que los mordiscos no son bastante profundos como para justificar puntos) los vendajes se han manchado un poco de sangre dándole dramatismo a la cosa. Vamos, que si en vez de venir a trabajar con ropa informal (lo que en mi caso, en invierno se parece a lo que te pones cuando tienes toda la ropa buena en la lavadora y en verano a lo que se pone alguien para tomar un aperitivo en un chiringuito de la playa; si, soy todo un gentleman) me vengo con una camiseta interior sucia y unos vaqueros rotos, parece que vengo de darme de hostias con Bruce Willis.

Esto tiene una cosa buena, y es que las mujeres me miran y se interesan con esos ojos que ponen las mujeres que son una mezcla de horror y ‘de puro macho te dejaba que me arrancaras toda la ropa y me fornicaras salvajemente en los baños’ (supongo que todos habréis visto esa mirada ¿no? Vaya, pues lo siento). La parte mala es que cada uno que pasa me pregunta por cómo me he hecho las heridas. Y yo hago lo que puedo por mantener el entusiasmo, pero a partir de la décima vez, me canso de escucharme contándola (así que lo siento, no lo pienso volver a repetir aquí*). Eso sí, como yo soy como soy, se me han ocurrido unas cuantas respuestas originales para los próximos que pregunten.

1. ‘Nada, lo normal, una pelea en un bar. Es que el cabrón tenía una navaja. Ahora, lo tenías que ver a él…’

2. ‘Ni idea, me desperté el domingo así en urgencias. Ya sabes lo que son las comidas familiares…’

3. ‘De camino hacia aquí, vi un incendio en un edificio. Pude sacar al bebé y los 37 gatitos, pero no pude salvar el piano. Ha sido horrible...’ (sollozando)

4. Mirarme las vendas horrorizado, después dirigir la mirada al infinito y decir sobreactuando mucho 'Dios mío, ha sucedido de nuevo... Otra vez, no…'

5. ‘La fotocopiadora, que no sé qué le pasa. Ni se te ocurra acercarte hasta que venga el servicio técnico’.

6. ‘Anoche, que vi a unos tíos que estaban abusando de una chica y no pude evitar intervenir. Al final bien, pero no veas como se defendía la tía… (versión chunga de un chiste de Gila)

7. ‘Es que le compré una mascota hace poco a un chino, que me dijo que era un perro pequeñito típico de allí, pero se está haciendo grande y yo no sé lo que es, pero me está dando unos mordiscos que no me atrevo ya a acercarme a él…

8. ‘¡Ni se te ocurra entrar en el servicio, por el amor de dios!’ Ya hemos llamado a control de plagas, en un par de días las matan a todas antes de que se extiendan más…

9. ‘¿Ya no te acuerdas? Joder, sí que tienes una borrachera mala…

10. ‘Una chica que conocí el sábado, que mordía un poquito. Y esto es lo de menos, lo que no se ve es casi peor…’

En la imagen, la bestia salvaje que me hirió atrozmente. No digáis que no tiene una mirada espeluznante. Bueno, ahora no, porque lo han sedado para seguridad del fotografo... Vale, no era este. Es que el mono de la documentación ha vuelto a hacer de las suyas y ha puesto esta foto. Claro, como él es un gorila macho africano, todos los perros le parecen cachorritos...

*la versión corta es que mi perro se peleó con otro y me metí a separarlos. Que vosotros diréis ‘menuda inconsciencia’ (y seguramente estaré de acuerdo con vosotros) pero es que mi perro es una mala bestia y no me daba la gana que se cargara al otro. Un Alaska, pero no de los más grandes. El mío es una mezcla de Pastor Alemán con perro del infierno, por lo que veo, aunque a mí me lo vendieron como Pastor Alemán puro. No, el que me mordió es el Alaska, mientras trataba de separarlos, que el mío es chungo pero conmigo es un amor ¿Alguna pregunta más? Sí, duele un poco, pero solo cuando me río.