miércoles, 20 de enero de 2010
Greg Egan: Ciudad Permutación.
Tengo un problema con Greg Egan. Me apasiona, pero no se lo recomendaría a nadie.
Desde que un amigo me dejó su primer libro (el magnífico Cuarentena) me pasé un tiempo pensando que acababa de descubrir al mejor escritor de ciencia ficción desde Philip K. Dick. Varias ferias de libros de ocasión después, llegué a la conclusión de que este autor no se vendía tanto como Asimov (de hecho creo que he podido comprar todos sus libros en buenas ediciones, de saldo).
Y tiene sentido, porque Greg Egan es duro. Muy duro. Hasta la fecha he leído el ya mencionado Cuarentena, el todavía mejor El instante Aleph, la recopilación de cuentos Axiomático, y el que ahora me ocupa, Ciudad permutación (todavía tengo pendiente Teranesia; al menos hasta la próxima feria del libro de ocasión en la que espero encontrar Diaspora). Considero que es un absoluto genio de la ciencia ficción. Alguien capaz de imaginar el futuro con ideas absolutamente brillantes. Capaz de alcanzar concepciones de la realidad sorprendentes. Y hacerlo con una prosa interesante y fácil de leer. Otra cosa es que se entienda. Y este es el problema de Egan. Sus ideas son a menudo tan abstractas que es difícil seguirle.
Tengo que decir que de todos los libros suyos que he leído hasta el momento El instante Aleph es mi favorito sin duda, y este Ciudad Permutación el que más me ha costado seguir, especialmente en su parte final. A pesar de que tiene ideas brillantes sobre la consciencia, la idea del yo, incluso del propio universo, en alguna de las partes del desarrollo de la historia del mundo virtual simulado del que habla no he podido evitar perderme un poco. A pesar de lo cual, tengo que decir que he disfrutado el libro. Tengo que reconocer que cuando me enfrento a una obra de Egan no espero entender hasta sus últimos términos toda la base teórica, tengo suficiente con descubrir ideas nuevas que abran mi concepción del mundo.
A pesar de todo, entiendo que es un autor difícilmente recomendable y probablemente de escaso interés para el lector medio, a no ser que disfrute con perversiones como la filosofía o la epistemología.
Y hasta aquí puedo llegar con la crítica. Lo malo de Egan es que sus libros suelen basarse en una idea trasgresora que se puede resumir en una frase y pero que destriparía el libro totalmente. Si alguien quiere más información puede consultar algún otro sitio:
Una profunda crítica de El instante Aleph. Demasiado profunda, en mi opinión. Me temo que me ha resultado más difícil que el libro.
Una crítica sobre Diaspora. No la he leído, por si tenía spoilers. Total, pienso leer el libro de todas formas...
La web de Greg Egan. Un sitio curioso y un poco fromthepast.
Otra web de Greg Egan. Esta solo sirve para advertir a los internautas de que no existen fotos suyas en internet, y que dejen de poner fotos de otras personas con el mismo nombre en sus reseñas. Y debe de ser cierto, porque en la wikipedia lo dice (y la wikipedia nunca miente). Me encantaría saber como un escritor de ciencia ficción reputado consigue que no haya ninguna imagen suya en internet. Igual es que no sale en las fotos, como los vampiros...
lunes, 25 de mayo de 2009
Muy humano
Feliz día de la toalla a todos.
Ya se que también se celebra el día del orgullo friki, pero paradógicamente este es mucho más friki. Además, el otro me parece que ya lo celebraré este fin de semana en el Saló.
martes, 30 de septiembre de 2008
Sensualidad

Si, ahora me he enganchado con los libros de Pratchett. Ya para hacerme friki del todo creo que solo me falta volver a jugar a rol y acudir a salones del manga disfrazado de Naruto. Si me véis alguna vez entrar en un salón disfrazado de Naruto, por favor disparadme.
ACTUALIZACIÓN: por supuesto, también estoy enganchado con la colección de naves de Star Wars (es que... algunas de ellas solo las tenía una vez). ¿Dará el gobierno algún tipo de ayuda a los frikis? Por que a los demás no sé, pero a mí me está haciendo un montón de falta...
(Eso sí, a la de figuritas de superhéroes ya me negué. Es que... es de DC, y , claro, como yo soy más de Marvel...)
jueves, 5 de junio de 2008
El coche de Bond
Por algún motivo, cuando cuando llegan las vacaciones me apetece leer algo de James Bond, (aunque no se si este año me lo va a permitir mi pila de cosas pendientes para leer). Se que es una excentricidad, pero me divierten y me parecen una lectura mucho más adecuada para la playa que, no sé, digamos Solzhenítsyn (en realidad no estoy muy seguro de que Solzhenítsyn sea una lectura adecuada para ningún sitio, pero una vez vi a un tío leyendo Archipiélago Gulag en la playa). De todos modos tengo que decir que el James Bond literario me parece un personaje bastante más reivindicable que su contrapartida cinematográfica. Que yo no digo que las pelis no estén bien (más que nada porque no es el tema de esta entrada; para no entrar en una explicación muy larga diría que son más o menos distraídas, excepto la última que es
De algún tiempo a esta parte su viejo gris Bentley de 4 1/4 litros con el sobrealimentador Amhurst Villiers le había dado problemas. Había poseído el automóvil durante más de veinte años. Marthe de Brandt se lo había dado antes de la guerra y había estado aferrado a él por razones sentimentales. Se dijo que aquello era estúpido: especialmente ahora que necesitaba un nuevo motor y regularmente le costaba más funcionar cada año. Wakeford, el antiguo mecánico de Bentley quien lo revisaba para él, obviamente estaba cansado de este, y fue Wakeford quien le habló del Bentley Continental[1] que, en gráfica frase de Fleming "algún imbécil con dinero había intentado injertar en un poste del telégrafo en la Great West Road". Wakeford le convenció que el automóvil podría ser restaurado, y Bond pagó finalmente 1.500 libras por todos los restos.
Bond siempre había soñado en construir su automóvil ideal. Esta era su oportunidad. Rolls enderezó el chasis y adaptó el motor nuevo que Bond admiraba: un seis cilindros con relación de compresión 8.1[2]. Entonces vino el lujo más grande de todos: la carrocería constuida según las especificaciones personales de Bond por Mulliners[3]. Le costó 3.000 libras que, como Fleming reveló, era exactamente la mitad del capital de Bond. Era el tipo de carrocería que Bond siempre había querido en un automóvil; dos asientos reclinables tapizados con piel inglesa negra (no cuero marroquí como Fleming dijo), gran parabrisas convexo Triplex, dirección asistida, y el color de la pintura fue una vez más el viejo "gris aliento de elefante" que Bond había convertido en su librea personal. Era a la vez simple y lujoso y Bond lo amaba[4].
A pesar de su cautela normal con el dinero, rehusó pensar en el consumo de gasolina o el inmenso costo de mantener tal monstruo en funcionamiento. Para Bond el Bentley era un eco de aquella perdida Europa rica que había conocido antes de la guerra, y, como él dice: "todos deberían hacer al menos una locura en su vida". El Bentley era muy claramente la suya.(*)
[1] El coche más notable de Bentley durante el periodo Rolls-Royce, que apareció en varias formas de 1952 a 1965, y de nuevo en 1992, terminando su producción en 2003, cuando apareció el Continental GT.
[2] Fleming dice: "un Mark IV con relación de compresión 9,5-1".
[3] En "Operación trueno" se dice que "había encargado que sustituyeran la incómoda y estrecha carrocería deportiva original por una configuración descapotable de mecanismo automático, de líneas sobrias y más bien rectas".
[4] En "Operación Trueno" se dice que "Bond lo comparaba con un pájaro, con una bomba, y le tenía más cariño que a todas las mujeres que por aquella época había en su vida, aunque hubiera sido posible envolverías a todas en un mismo paquete."
Cuando lo leí por primera vez me quedé con la idea de un coche camuflado ideal para un espía, una bestia parda bajo la carrocería de un coche de segunda mano reconstruido tras un accidente y pintado en un feo gris mate. Ahora que lo vuelvo a leer, la verdad es que un coche que cuesta 3.000 libras supongo que no es ese coche viejo que yo tenía en la cabeza (aunque no se que equivalencia tiene en dinero actual, pero diría que la libra ha estado siempre bastante alta), y desde luego una carrocería echa a mano, a medida del propietario, sobre el cuerpo de uno de los coches más exclusivos del mundo, no se parece mucho a lo que yo me imaginaba. Por supuesto no he encontrado una imagen del coche que me imaginaba, pero sería el equivalente a esos viejos audis que se ven circular por ahí y que uno no se para a mirar dos veces porque no dejan de ser cacharros por mucho que en momento fueran coches espectaculares.

Aunque teniendo en cuenta la época en la que se escribieron los libros, en realidad supongo que el aspecto del coche venía a ser algo más parecido a esto.
Desde luego, ni sobrio ni discreto. Pero seguramente con mucha más clase que cualquier cosa que Pierce Brosnan haya conducido nunca. Excepto quizás, a Halle Berry.
En cualquier caso espero que la carrocería que le construyeron especialmente, no se pareciera a esto:
*El fragmento reproducido es del libro 'James Bond, la biografía autorizada' de John Pearson, que no he leído todavía pero pienso leer en cuanto pueda. El fragmento original donde se describe el coche no lo he encontrado (el de la novela de Fleming), porque en internet a lo mejor está todo, pero es mucho más fácil encontrar fotos de Britney Spears sin ropa interior que ésto. Lo que si que he encontrado es una página muy interesante sobre James Bond, en especial lo que se puede encontrar en la sección de libros.
Y sí, el mes que viene me voy de vacaciones y ya estoy pensando en que voy a ocupar mi tiempo libre, por si alguien se lo estaba preguntando.
Actualización: ¡Lo he encontrado! Me ha costado un poco, pero este viene a ser el aspecto que tenía el coche de James Bond en mi cabeza (en la imagen, en medio del proceso de restauración). En realidad se trata de un Bentley S1 de 1962, pero que más da. Ahora que lo pienso se parece un poco al coche de Colombo...
En cualquier caso, me veo obligado a hacer referencia a la versión oficial. Al parecer han sacado una edición de lujo de la última novela de Bond que viene acompañada de una miniatura del coche en cuestión. Como explican aquí, el coche no existía cuando Fleming lo describió, pero los de Bentley se lo terminaron fabricando de todas formas. Eso es poderío (J. K. Rowling, chúpate esa).

La novela me temo que no me va a interesar lo suficiente para hacerme con ella porque no la escribe el propio Ian Fleming (al parecer el hecho de que muriera en 1964 supuso un serio inconveniente en las negociaciones con su representante) pero si alguien quiere saber algo sobre ella, aquí tiene la noticia.
Y me parece que con esto concluyo un post que en mi cabeza tenía una foto y tres líneas (maldito Google...)
sábado, 5 de enero de 2008
Apunte rápido sobre 'Soy leyenda'
Madremía, que manera de cargarse el original.
Y si, lo del perro está, pero también se lo han cargado. Un consejo, si el libro te gustó mucho (o sea, si lo has leído) huye de esta película.
Y no, esto no es una crítica de cine. Es un consejo.
Para saber más:
Un sitio donde un montón de tipos que sí han leído el libro lo comentan.
Actualización: Aviso, el vínculo está lleno de spoilers, no pinchar si estás pensando en leer el libro (Gracias Crystal)
martes, 11 de diciembre de 2007
Reseñas: Tránsito, de Connie Willis
Estoy leyendo un libro que me tiene interesadísimo y me apetecía hacer una reseña. Ya sé que lo habitual es hacer una reseña de algo que te has leído o de algo que no te piensas leer -mucho más frecuente de lo que se suele pensar-, pero nunca de algo que te estás leyendo. Para mí los que hacen eso se equivocan. Lo interesante de un libro es que te lo pases bien leyéndolo. Si te esperas al final corres el peligro de que la resolución no sea lo que tú esperabas. Es como si te encantara ver Perdidos -Lost- pero cuando llegas al final te quedas chafado porque resulta que SPOILER están todos muertos desde el principio FIN DEL SPOILER. Lo que cuenta es que has disfrutado durante el proceso, no? Bueno, es una opinión (por cierto, lo del spoiler era mentira, no tengo ni idea de como termina Lost). Claro que como toda opinión -mía- es variable -mucho- y sujeta a excepciones. Un buen ejemplo sería 'Next' (una película protagonizada por Nicholas Cage, para acabar de arreglarlo) en la que el final es la mejor manera de estafar al público que he visto en tiempo. Además tienen la cara dura de decir que es una adaptación de un cuento estupendo de Philip K. Dick (El Hombre Dorado), cuando en realidad es más parecido a un remake de la novena temporada de Dallas. Lo siento pero no puedo explicar por qué sin destripar ninguna de las dos. Paradógicamente no estaría destripando para nada el cuento original, lo que da una idea de lo poco que se parecen. Pero creo que estoy batiendo un record en pensamiento desordenado, así que voy a retomar el hilo.
El libro en cuestión es Tránsito, una novela de ciencia-ficción de Connie Willis (título original Passage, edición de 2004 por Ediciones B , traducción de Rafael Marín, finalista premio Hugo y ganadora del Locus, ambos en 2002) una autora a la que yo recordaba básicamente por Luna Azulada, un cuento divertidísimo que me encantó y por Empotrados, que no me gustó nada. Luego descubrí que Empotrados era de Ian Watson, así que supongo que no cuenta ('basada en las ideas de Noam Chomsky' pfff... menudo peñazo ¿qué se se puede esperar de un tipo que odia Matrix?). Es que tengo una memoria horrible, y un montón de nombres mezclados en la cabeza por haber coleccionado el Isaak Asimov Magazine. El caso es que encontré esta novela muy baratita un día en la Fnac (4'75€) y se me ocurrió cogerla a pesar de su extensión. No es que me den miedo los libros largos, pero tienden a resultar pesados y a menudo la trama no justifica la extensión. Supongo que pensé que si tenía más de 1000 páginas y se habían atrevido a publicarlo tenía que estar bien -vaya m**rd* de argumento, no?. O puede que pensara que por malo que fuera el libro, la relación calidad precio era estupenda. La verdad es que tendría que calcular a cuanto sale la página, pero sale baratísima seguro (vale, lo he calculado y sale a 0,0046€ la página, no me diréis que no es una ganga).
Bueno, pues la verdad es que la historia engancha y está contada de una manera lo suficientemente amena como para que no se atragante, a pesar de tener que empezar con una cierta lentitud para justificar que pasen ciertas cosas que de otro modo no pasarían. Los personajes son interesantes y la trama avanza casi exponencialmente, en el sentido de que empieza poco a poco para preparar la situación y el ritmo va acelerándose hasta ser casi vertiginoso. Actualmente estoy en la página 600 y no puede estar más interesante, que más puedo decir. Bueno, a lo mejor podría decir de que va.
Veamos... Joana Lander es una psicóloga que investiga las ECM (experiencias cercanas a la muerte). Si, lo del túnel y la luz y todo eso. Lo que pasa es que ella lo quiere estudiar de un modo científico para encontrar una causa no esotérica y se ve interferida por otro investigador, mucho más creyente, autor de un libro sobre el tema. En este punto es muy interesante ver como se puede manipular un estudio para demostrar lo que sea y cómo hay que ser muy serio para hacer una investigación de una manera rigurosa. También se tratan tangencialmente lo difuso de la percepción subjetiva y la volatilidad de la memoria. Por cierto, que el otro investigador supongo que parodia al autor del libro 'Vida después de la vida' de Raymond A. Moody, libro que se hizo muy popular hace años y que leí en su momento, aunque ya casi no recuerdo (solo puedo decir que lo encontré infantil, y eso que lo leí de niño). Su contrapartida literaria se llama Mandrake, lo que define muy bien a un personaje que trata de ser un investigador científico, pero en realidad tiene un seudónimo pomposo que suena más a mentalista de feria (en realidad, un mago de cómic).
En fin, que no quiero contar más para no destripar la historia. Si a alguien le interesa puede consultar reseñas, seguramente mucho más rigurosas que la mía, -aquí, aquí y aquí- y que no pienso leer, no vaya a ser que me destripen el final. Como en alguna ponga 'el libro está bien pero pierde fuelle hacia el final y está terriblemente mal resuelto' me corto las piernas.
Que ustedes lo pasen bien.
(Igual no es una reseña muy normal, pero al menos no la he llenado de fotos que no vienen a cuento; aunque con los vínculos lo mismo me he emocionado, cualquier día hago una entrada toda rosa)