viernes, 28 de noviembre de 2008

Tres deseos. O cuatro.

Cuando finalmente domine el mundo -y esto sucederá, más bien antes que después- lo haré desde detrás de esta mesa.

'Únete a mí y juntos dominaremos la Galaxia como padre e hijo'.
(Quería poner la de 'Su carencia de fe resulta molesta', pero es que ya la he colado un par de veces. Además me comprometí a colar ésta en los comentarios de una entrada antigua
)

Pero seguramente sentado en esta butaca, que pega más.

Si viniera con vibrador sería ya fabuloso. Para la espalda digo. De verdad, que mentes más sucias...

Por supuesto para mis desplazamientos tendré que utilizar un vehículo acorde a mi estatus. Seguramente me moveré en uno de estos dos. El cubierto es para cuando llueva. Bueno, y para cuando quiera volver a 1985.

¿Quién ha dicho que desde que salieron los nuevos XP-38 ya no los quiere nadie? A mí me sigue encantando.

Es que el mío va a ser un imperio del mal, pero con estilo. Y muy freaky.

Si, este es uno de esos post con cuatro lineas y un montón de fotos. Ya tocaba, ¿no?.

miércoles, 26 de noviembre de 2008

The iPod 2.0: la reseña definitiva.

Advertencia: Esta entrada trata de ayudar a aquellos que están pensando en comprar un reproductor de mp3 y no acaban de decidirse. Los demás pueden ir al archivo del blog donde encontrarán un montón de posts antiguos muy divertidos. Que lo mismo estoy yo aquí venga poner post nuevos y a lo mejor hay alguien que todavía no se ha leído el post sobre la informática. Vamos, digo yo. Bueno, en cualquier caso, perdonen las disculpas.

En algún momento del pasado esto era lo más. Creo que fue antes de la invención de la agricultura, en lo que los antropólogos llaman 'La era de Wham!'

Introducción

Aquéllos que no sigan habitualmente este blog (saludos a todos los espectadores que se acaban de incorporar desde google), quizás no sepan que durante casi dos años he disfrutado de un iPod 5G de 30 GB (que ya fue objeto de un post) que recientemente me ha abandonado para irse al cielo de los gadgets (donde van están los walkmans y los ZX Spectrum que no han acabado en un museo). Eso me ha obligado ha investigar la oferta actual de reproductores, con la consiguiente sensación de déjà vu. La diferencia respecto a la vez anterior que hice esto es que ahora ya he tenido uno (dos, en realidad), lo que me da algo de ventaja.


¿Porqué un iPod?


Cuando empezaron a aparecer los reproductores de mp3 había dos opciones (igual que actualmente, ahora que lo pienso) los basados en memoria flash, y los discos duros (buceando en la wikipedia he encontrado un tercero que no recordaba: híbridos mp3+reproductor CD, que supongo que finalmente no lo consiguieron). En los basados en memorias flash podíamos encontrar capacidades ridículas como 256 o 512 MB (¡incluso 128!), que tenían la ventaja de ser muy pequeños.

Antiguo reproductor de Mp3 con memoria flash. Los hombres primitivos los utilizaban mientras pintaban mamuts en las cavernas.

Los discos duros eran más voluminosos y ofertaban capacidades mucho más altas (que lamento no recordar, pero si que recuerdo que en aquel momento me parecían disparatadas) a costa de ser mucho más caros.

Un iRiver de 40GB ¿No es una belleza? No se ha diseñado nada tan hermoso desde el Renault Twingo. El control remoto era opcional. Y probablemente innecesario.

Cuando me decidí a comprarme uno, la verdad es que todavía no estaba muy seguro de lo que necesitaba. Por desgracia, en un viaje de fin de semana en Andorra, encontré algo que parecía ser lo ideal: un reproductor de pequeño tamaño con 2 GB de memoria, que incluía radio, el hdd070 de Philips, que es, probablemente, la peor basura con la que me he topado nunca. Tardé poco en odiar su interface, por lenta y llena de errores, y no mucho más en descubrir lo rápido que se llenan 2 GB con música. No me quiero extender en su análisis, tan solo decir que cuando -accidentalmente, lo prometo- cayó en el inodoro, no pude evitar pensar que finalmente ese reproductor había encontrado su lugar en el mundo. Es que ni la radio funcionaba bien.

El Philips HDD 070. Si lo ven llamen urgentemente a las autoridades militares. No intenten enfrentarse a él, es más peligroso de lo parece.

Es por esto que cuando tuve que comprar un segundo reproductor no quise arriesgarme de nuevo: quería ir sobre seguro. Y bueno, en todas partes oía hablar bien del iPod, así que supuse que el desembolso (son comparativamente más caros que la competencia), valdría la pena. Cuando finalmente lo probé, me enamoré completamente de él. Seguramente si no hubiera sufrido un aparato tan mal pensado como el de Philips, no habría podido apreciar en profundidad cada detalle del aparato de Apple. Actualmente no me veo capaz de intentarlo con otra marca y arriesgarme a cabrearme con cada pequeño detalle que no funcione tan bien como en el iPod. Hay gente que sostiene el hay aparatos actualmente en el mercado que ofrecen más por menos dinero, y puede que sea cierto. Yo no lo se y seguramente no lo sabré nunca porque no me quiero volver a arriesgar.

Nuevo iPod nano. ¿No es una monada?

¿Porqué un nano?

Una vez decidida la marca, queda por decidir qué modelo. La vez anterior mis opciones estaban entre los actualmente extintos iPod video (o simplemente 5G, actual classic) e iPod mini (actual nano). Por el mismo precio (creo recordar unos 300€, o quizás 250) tenía que decidir entre los 8 GB del mini o los 30 GB del vídeo.

-actualización: estoy razonablemente seguro de que mi modelo se llamaba iPod video, pero parece que alguien a retconeado la continuidad en la wikipedia y ahora resulta que se llamaba classic como el de ahora; ¡pero si era nuevo, como le iban a llamar clásico! En fin...-

Después de muchas dudas, básicamente teniendo que decidir entre la comodidad de manejo (tamaño) o la capacidad (memoria), terminé optando por lo segundo. Sabía que era cuestión de tiempo que sacaran el mini de 16 GB y suponía que esa era una buena opción para mí -venía de un aparato de 2 GB que se me había quedado cortísimo, pero sospechaba que 30 GB eran un poco demasiado- pero lamentablemente aún no existía en el mercado. En aquel momento lamenté no poder hablar con mi yo del futuro para que me dijera: 'el modelo que necesitas es éste, no te equivoques'. Pues bien, ahora soy mi yo del futuro y puedo hablar de mi experiencia de 2 años con el 5G: 30 gigas son demasiados. Por supuesto mis conclusiones son mías y dependen del uso que yo le doy al iPod y de mis propias necesidades, pueden no valer para otras personas, pero voy a tratar de justificarlas.

Lo que me hizo decidirme por un modelo de 30 GB fue que 8 GB me parecieron poco. Yo nunca se lo que voy querer escuchar. Conozco gente que escucha sus CDs seguidos y en un orden determinado. se preparan 3 o 4 y ya tienen para escuchar todo el día (en el coche, me refiero). Yo sin embargo, nunca se lo que me va a apetecer escuchar dentro de un rato. Además tengo gustos muy diversos, así que necesito tener como mínimo un, llamémosle, fondo de armario amplio para poder atender mis necesidades. Para agravar la situación sigo varios podcast y como llevo siempre los auriculares puestos los consumo bastante rápido, con lo que necesito que me quepan unos cuantos. Con todo esto trato de explicar porqué necesito mucha capacidad. Y sin embargo puede que haya gente que necesite más. Yo nunca puse un vídeo en mi reproductor. Primero porque no pude, la verdad (aunque al final aprendí). Pero es que además me parece absurdo. El audio mola porque lo puedes disfrutar mientras trabajas, conduces, haces deporte... intenta hacer algo de eso mientras ves un vídeo. Aparte, lo bueno de una pantalla es que sea lo más grande posible y si puede ser que tenga un sofá delante. Cuando un iPod pueda hacer eso, a lo mejor lo utilizo para ver vídeo, mientras tanto creo que prefiero la tele.

Pues bien, a pesar de todo eso, tengo que decir que los 30 GB terminaban siendo demasiado. Si los tienes los gastas, es cierto, pero es como llevar una mochila: cuando más grande es, más cosas metes dentro. La tentación de cargar discografías completas o álbumes que no has escuchado todavía y no sabes si te van a gustar es demasiado fuerte. Al final me encontraba con que llevaba un montón de música que no escuchaba casi nunca o que incluso me molestaba para buscar los que si que escuchaba habitualmente (navegar entre 30 gigas de datos no es fácil). Tardé bastante pero terminé llegando a la conclusión de que quizás hubiera sido más práctico tener el mini.

Luego hay otra cosa. Los discos duros tienen la ventaja de tener una gran capacidad de almacenamiento, pero hay algo que no tienen: no son duros. Y no es que sean blandos (lo que bien mirado, les podría dar una ventaja evolutiva); es que son frágiles. Un disco duro no está hecho para ir todo el día contigo, soportar inclemencias del tiempo, acompañarte mientras corres, caerse de tu mano (y si crees que no se te va a caer, piensa en cuantas veces se te caen las llaves o el teléfono móvil). Y si hay una cosa que un disco duro no soporta son los golpes. Esto es algo que yo ya sabía, pero de lo que no he sido (dolorosamente) consciente hasta hace unos días, cuando finalmente el mío falló. Se podría decir que dos años es bastante aguante para algo que llevas encima casi todo el tiempo -ese es al menos mi caso- pero la verdad es que no tenía prisa por cambiar de modelo, así que me hubiera gustado que me durara algo más. Hay que tener en cuenta que no es que salgan baratos.

El ganador

El reciente iPod nano 4G ofrece una capacidad de 16 gigas por 189€* (aunque también hay una versión de 8 por 139€), que es justo lo que creo que yo necesito. Si hubiera un modelo de 30 GB me gustaría más, la verdad, pero aunque estoy seguro de que terminará saliendo, en la actualidad es eso o el classic, con un monstruoso disco duro de 120 GB que me parece un exceso (por 229€). Y más teniendo en cuenta que no le voy a meter vídeo. No, esta vez voy a optar por algo pequeño y ligero, que quepa bien en cualquier bolsillo y que no sufra demasiado si se cae (la gravedad afecta menos a las cosas ligeras, y el nano es casi cuatro veces más ligero que el classic).

Completa gama de colores. Todavía no los hacen estampados, pero al tiempo.

Se que no he tenido ni en cuenta el resto de productos de Apple, pero es que no creo que merezcan ni mención. De todos modos, para que se vea que me he documentado, voy a mencionarlos.

Si necesitas muy poca música puedes optar al iPod shuffle, que es realmente pequeño pero solo se ofrece en 1 y 2 gigas (y cuatro colores horribles) por 45 y 65 euros. La peor desventaja es que no tiene pantalla y reproduce los temas que a él le da la gana y no los que tú quieres. Si se te antoja una canción en concreto ya te puedes armar de paciencia.

El shuffle. La pantalla no sale porque está detrás. ¡No, espera! si es que no tiene...

El ipod touch es algo a medio camino entre el nano (no es disco duro, sino flash), el classic (capacidad de 32 gigas en su versión más alta, lo que tenía mi viejo 5G) y el iPhone (esa pantalla táctil tan molona). De hecho me parece que es tan un iPhone sin teléfono que me parece que estaría constantemente echando de menos poder llamar con él. Además, francamente, no me voy a gastar 369€ (en su versión de 32 GB; el de 16 vale 279 y el de 8, 219) en algo que básicamente sirve para escuchar música y voy a llevar encima todo el día, arriesgándome a que se me caiga o me lo roben . Ya se que se supone que hace un montón más de cosas, pero es que no las acabo de ver prácticas. No se me ocurre porqué iba a querer llevar encima fotografías para poder pasarlas con un movimiento del dedo (excepto para fardar, que es para lo que seguramente se gasta más). Si de verdad tuviera la pasta, supongo que escogería el teléfono. Y aún así creo que preferiría tener también un nano para escuchar música cuando vaya a correr y así no tener que cargar con el ladrillo.

La verdad es que es mono, pero seguramente no puedas pagarlo. Es un touch, pero puedes hacer como que hablas con él, porque es idéntico al iPhone.

Y con esto termina este publirreportaje sobre el nano. Ahora espero que los de Apple me manden un touch para demostrar que me equivoco y vale mucho la pena. Si eso pasa, prometo contarlo.


*Todos los precios son referidos a una tienda de la que no quiero hacer publicidad. El nombre es parecido al de la tortuga de Mundodisco. Si con eso no sabéis cuál es, yo más pistas no puedo dar...

Enlaces:

iPod en la wikipedia

iPod en la web de Apple

jueves, 20 de noviembre de 2008

Geek

Bueno, ya estoy aquí de nuevo. Ante todo me gustaría agradecer a todos las muestras de apoyo ante mi reciente pérdida. De verdad, aprecio sinceramente vuestra comprensión y mensajes de apoyo (menos a Calpurnia; ¿qué manera de dar ánimos es 'deja de llorar y cómprate otro'? ¿Dónde aprendiste a dar consuelo, en los marines? Y que lo sepas, si que se puede comprar personas. Lo que pasa es que es ilegal en la mayoría de sitios).

Bueno, a lo que iba. Ayer por la tarde estaba viendo un par de episodios de The Big Bang Theory para animarme un poco (¿os he hablado ya de lo buena que es esta serie?; seguro que si) cuando he tenido una súbita revelación: la mayor parte de mis problemas se deben a un problema de identidad. Y no hablo de un problema de identidad sexual, eso le pasa a casi todo el mundo. Bueno, no puedo hablar por las mujeres, pero estoy razonablemente seguro de que al menos un 75% de los hombres serían mucho más felices en el cuerpo de una lesbiana. Siendo una lesbiana, quería decir (lo otro a lo mejor también, pero son cosas distintas). Al menos los que se hayan parado a meditarlo. Venga chicos, pensadlo un poco, tiene las mismas ventajas de lo que tenéis ahora más un montón de añadidos interesantes. Si, bueno, estoy seguro de que todos apreciáis mucho vuestros penes, pero si lo pensáis bien, incluso actividades cotidianas como ir al gimnasio se podrían convertir en una experiencia mucho más placentera. Además incluso cuando estuvierais solos tendríais una a mano. Y la masturbación pasaría a un nivel superior. Por no hablar de que cuando nos perdiéramos podríamos preguntar a alguien en lugar de seguir dando vueltas diciendo que sabemos llegar. Pero creo que estoy divagando.

No, mi problema no es de identidad sexual, yo estoy bien donde estoy, gracias. Mi problema es que soy un geek atrapado en un cuerpo de letras (o más exactamente en un cerebro de letras). Y es peor de lo que parece.

Para aquellos que no lo sepan, un geek es (y cito la wikipedia) 'a peculiar or otherwise odd person, especially one who is perceived to be overly obsessed with one or more things including those of intellectuality, electronics, gaming, etc.' (no pensaríais que además de buscarlo iba a traducirlo, ¿verdad?). Para una explicación más clara del término geek (y sus diferencias con nerd) se puede consultar ésta entrada de microsiervos dónde dan una aproximación bastante buena del término.

Bueno, el caso es que por algún motivo que desconozco, ser geek solo parece tener sentido si eres de ciencias. Vale que la parte divertida (los gadgets, internet, Star Wars...) te pueden gustar lo mismo aunque no seas físico, pero a veces es difícil entender un chiste sobre Tesla cuando no has estudiado ciencias. Y que conste que a mí me gusta la ciencia. Mi madre hace poco me pidió que pensara un nombre para un gato que se iba a comprar, y a mí el primero que se me ocurrió fue Schröedinger. Si, por el gato de Schröedinger (traté de buscar el nombre del propio gato, pero al parecer nadie se molesta en ponerle nombre a un gato imaginario que solo está vivo en un 50%). Obviamente lo descartó inmediatamente por impronunciable, pero aún así me preguntó: ¿y porqué le quieres llamar al gato como al Papa? Lo peor es que, claro, siendo de letras me costó bastante explicarle el dichoso experimento.

Entender las tiras de Koopa es un buen indicador de que eres un geek. Si además te hacen gracia entonces es que eres un nerd.

Y no es que yo sea poco de letras. Soy muy de letras (aunque en realidad estudié una cosa que se llamaba mixtas y que servía básicamente para escapar de las lenguas muertas y de las matemáticas de verdad). Sería incapaz de resolver una ecuación de segundo grado aunque mi vida dependiera de ello (afortunadamente no parece probable que eso pase alguna vez). Soy tan de letras que cuando me dan el cambio en algún sitio no me molesto en contarlo. Lo miro un rato y cuando pienso que ya lo he mirado bastante me lo guardo. ¿Para que intentar restar? Es una operación fuera del alcance de mi hardware. Alguna vez me despisto y tardo demasiado y entonces me pregunta la dependienta: ¿te he devuelto bien?. Y yo pienso "claro, me has dicho que vale tanto, te he dado un billete de un valor superior y tú me has devuelto varias monedas de tamaños distintos. Bueno, esto creo que es un botón, pero seguro que si lo sumara todo y le restara el valor del billete... no espera, me he liado; cojo el billete y le resto el precio y entonces... mira, da igual, lo que sea." Si, las matemáticas no son lo mío. Y eso que he estudiado estadística en la universidad, pero como te dirá cualquier matemático eso no son matemáticas de verdad. Es mentir con estilo.

En la definición del diccionario Jargon File 4.3.3 de geek, dicen que 'La mayor parte de los geeks son hábiles con los ordenadores (...), pero no todos ellos son hackers'. Lo cual es bastante cierto en mi caso. Se me da bastante bien encender y apagar un ordenador, consultar mi correo electrónico y navegar por internet. Soy bastante bueno en instalar algunos programas y luego soy capaz de desinstalar un cierto porcentaje de ellos. Incluso bajo ciertas condiciones de presión y temperatura soy capaz de formatear un ordenador. Y luego hacer que vuelva a funcionar, lo que es bastante más difícil porque incluye el dominio de habilidades sociales del tipo 'oye tío, no consigo que mi p*t* PC arranque, ¿te importaría pasarte por mi casa y me lo solucionas?'. Lo de entrar en los archivos secretos de la C.I.A. o cambiar el rumbo de satélites espías no lo he intentado nunca, pero sospecho que no se me daría bien. Tampoco lo acabo de ver útil, la verdad.

Me gustaría decir que mi ventaja sobre los demás es que domino más la comunicación, tengo más conocimientos de arte e historia, y aprecio más los libros que la media de los geeks, pero me temo que esto es en gran parte un estereotipo reduccionista, porque conozco geeks que podrían dar un máster en cine o literatura. Bueno, yo soy capaz de dibujar un mono con una katana, a ver cuánta gente es capaz de hacer eso.

Así que si alguna vez me las doy de geek y patino mucho tratando de explicar algo muy técnico o muy científico (y esto terminará pasando antes o después, aunque trate de evitarlo), vosotros me lo perdonáis, que por lo menos le pongo mucho interés. Además, la teoría de las supercuerdas tampoco la ha entendido nunca nadie y ahí sigue.

miércoles, 19 de noviembre de 2008

In Memoriam

† Ipod 5G 30Gb (24/12/2006-18/11/2008)
Siempre se van los mejores.

martes, 18 de noviembre de 2008

Preparémonos para lo peor

Hoy tenía pensado un post estupendo y muy divertido, pero temo que ello no va a ser posible. Escribo estas líneas entre lágrimas por el dolor que me acongoja.Me encuentro deshecho por el sufrimiento ante la enfermedad de uno de mis seres más queridos.
Si amigos, hoy tengo una terrible noticia que daros: mi ipod está grave.

Ayer, cuando me acompañaba en la bicicleta estática se quedó colgado reproduciendo el último album de Metallica. Quizás algunos pensaréis que fue demasiado, pero él estaba acostumbrado. Finalmente se apagó. 'No será nada', pensé al principio. Pero cuando lo intenté iniciar de nuevo empezó ha hacer unos ruiditos de lo menos tranquilizadores, mientras trataba en vano de iniciarse. Ni si quiera fui capaz de terminar mi sesión de abdominales. Es que sin él no son lo mismo.

Los menos veteranos de mis lectores puede que no lo conozcan, pero la verdad es que mi ipod me acompaña desde los inicios de este blog. De hecho protagonizó una de las primeras entradas del mismo (la segunda, en realidad). Han pasado menos de dos años desde entonces, y temo que haya pasado a mejor vida. Era tan joven... Es cierto que nunca conseguí que reprodujera vídeo y que la batería no duraba demasiado, pero yo lo quería igual. A menudo me dejaba tirado cuando más falta me hacía, y como era muy elitista y solo quería cargarse en el ordenador de mi casa, en los viajes tenía que racionar la batería para que me durara hasta la vuelta. Finalmente compré un cargador para él, pero casi no he tenido tiempo de utilizarlo. No somos nadie.

Miradlo, si parece que está dormidito. Venga nene, dime que estás bien. A ver, di "soporte técnico".

Esta misma tarde parto hacia el servicio técnico donde lo dejaré en espera de recuperar pronto a mi amigo, que tan solo me ha dejado. ¿Qué voy a hacer sin él? Me acompañaba a todas partes, en mi día a día. ¿Que se supone que tengo que hacer ahora? ¿Escuchar a la gente?. ¡Pero si la mayoría no dicen más que tonterías! Estoy destrozado.

Y sabed amigos, que mi dolor no ha llegado a su fin. Por que -¡hay de mí!- temo que la garantía venció. Y que cuando lo recoja de la reparación es cuando voy a saber lo que es la pupita de verdad. Me van a p*t*r el c*l*. Perdonadme, es el dolor, que habla por mí.

Actualización: Me temo que las noticias son más terribles de lo que esperaba. Si bien la tecnología actual ha avanzado mucho, ciertas intervenciones en microcirugía con extremadamente caras. Y por desgracia para mi economía, la seguridad social por ahora no cubre los trasplantes a seres artificiales, por muy avanzados que éstos sean. El tipo del servicio técnico me dijo que me salía mucho más barato comprarme uno nuevo. Desalmado. ¿Pero cómo se le puede decir algo así a alguien destrozado por el dolor? Permitidme que me retire a prepararme mentalmente para desenchufar a mi amigo...

jueves, 13 de noviembre de 2008

¿Porqué la vida no se parece más a las películas?

Esta mañana estaba yo hablando con un compañero de trabajo (no recuerdo exactamente de qué) cuando ha tenido la ocurrencia de sacar la cartera para enseñarme las fotos de sus niños. Que yo instintivamente me he agachado, porque he visto muchas pelis de guerra. He pensado, 'vamos, a éste no le quedan ni dos minutos de metraje'. Pero nada, que me ha seguido largando su rollo hasta que se ha cansado. ¿Dónde están los francotiradores alemanes cuando hacen falta? Si es que ya ni en los nazis puede confiar uno, hombre...

Y es que la vida no tiene nada que ver con una película. Vas conduciendo tranquilamente y escuchas una sirena a tu espalda. Y piensas 'ya está: ahora pasa un camión a toda velocidad destrozando todo a su paso con un par de tíos colgados en el exterior disparando con ametralladoras y todos empezamos a tener accidentes y a explotar'. Pues para nada. Ni siquiera destrozan el típico puesto de fruta. Viene un coche de policía, sí, pero ahí a lo lejos, y tarda una hora en encontrar hueco entre los coches del atasco. Que mientras lo ves por el retrovisor avanzando despacito te dan ganas de llamar a la poli y decir 'mira, dime donde van y ya me acerco yo que me pilla más cerca, por que a éstos les va a costar una hora con el embotellamiento que hay...'

O por ejemplo un chico va a declararse a una chica. Pero no suenan violines ni se pone a cantar, ni nada. Va el tío y le suelta que es que le gusta un montón y que le gustaría salir con ella y ya está. Que claro, por eso siempre dicen que no, es que así no hay manera de que una chica se ponga romántica (bueno, si el tío está bueno la cosa cambia bastante porque ni se tiene que declarar ni nada, se lía con ella directamente y punto; si, ser guapo supone una gran ventaja en lo de ligar, a lo mejor ya os lo imaginabais).

Vas por una calle oscura y un tipo sale de las sombras y te dice que le des todo lo que llevas encima. Y te dices: 'la has cagao, macho; en 15 segundos está aquí Batman y que te va a dar lo tuyo'. Pues vamos, que ni aparece Batman, ni Spiderman, ni los polis de antes (que se ve que siguen en el atasco, seguramente). Que por cierto, a mí no me ha atracado nadie desde los diecisiete, pero supongo que todavía hay atracos. A mi es que se me nota mucho que domino las siete maneras efectivas de desarmar a un enemigo desde esta posición (tres desarman con un mínimo contacto, tres matan, la otra... duele). O que he leído muchas veces el cómic donde se explica. Eso y que tengo pinta de no llevar un duro encima, la verdad.

Otra cosa es lo de la música. Es difícil mostrar tensión en una secuencia si no te acompaña una música adecuada. Que ahí los centros comerciales hacen lo que pueden. Pero claro, no me imagino a James Bond siguiendo a un tío y que suene de fondo 'Bulería, bulería'. Que no digo yo que esté mal, pero es que le falta tensión dramática. Lo más parecido que hay ahora son los tonos mp3 de los móviles -manda 'real' al 666 con el texto 'soytonto' y solo te cobraremos 2 euros con cincuenta durante el primer mes y lo que nos de la gana los siguientes durante toda tu vida, HA-HA-HA (risa maligna)...-. Gracias a esta nueva tecnología, uno puede hacer una entrada espectacular acompañado de la Marcha Imperial (o cualquier otro tema de Star Wars). Por desgracia, en este campo es más frecuente 'La camisa negra' de Juanes, que tampoco acaba de ser lo más adecuado. Además, suenan fatal. Por otra parte la música de ascensor estaría bien para las escenas de transición, lo que pasa es que es mentira. ¿Quién ha subido alguna vez en un ascensor con música? En los que yo subo como mucho hay pintadas y quemaduras de mechero. Otra cosa que se ve que solo pasa en las películas...

Por no hablar del sexo, que eso si que se parece poco a una película. Y no, sobre esto no voy a dar más explicaciones, que ésto se parece cada vez menos a un blog familiar .

El mono de la documentación sigue de morros, así que voy a tener que colar la imagen que me ha pasado sin rechistar. Tengo que decir que la encuentro profundamente turbadora, aunque no sabría decir porqué. Será que a mí me gustan más los melocotones...

Y luego dicen que cuando palmas ves toda tu vida en una película. Que debe de ser para que te de menos pena morirte, porque vamos, tragarte una peli que ya has visto, sin música ni efectos especiales y con unos diálogos reguleros, ya me dirás tú... Que por lo menos te podían dejar elegir que peli vas a ver, ya que es la última. A mí la que me gustaría ver es la del Clooney, que esa si que tiene que molar.

Nota: durante la elaboración de este post no murió ningún animal (al menos no que yo sepa) pero fueron consultadas las siguientes fuentes:

40 cosas que solo pasan en el cine
, (parece estar traducido de otro sitio) que recordaba haberlo leído hace mucho tiempo y me quería asegurar de que no plagiaba demasiado. Destacaría especialmente la primera 'Siempre se puede encontrar sitio para aparcar justo enfrente del edificio al que quieres entrar'. Y añadiría que además no hace falta cerrar el coche. Mi padre siempre decía '¿Que pasa, en América no roban coches o qué?'. Que yo contestaba 'A Harry el Sucio, no creo'.

Algunas frases célebres de personajes de cómic, donde curiosamente la cita que buscaba está ligeramente mal; lo sé porque la había consultado ya en mi propia biblioteca. Me gusta mucho la de 'No puedo salvar a todo el mundo porque no soy Dios... pero puedo intentarlo porque soy Superman'. Con un par. Estoy deseando poder colarla en alguna conversación, a ver que cara me ponen.

Y recuerda: si alguna vez tienes que desactivar una bomba sólo necesitas unos alicates. Pero el cable que tienes que cortar siempre es el otro. Ayuda bastante cambiar de opción en el último segundo.

viernes, 7 de noviembre de 2008

Y finalmente... c) pintar mi casa (4 de 3) -más vale tarde que nunca-

Resumen de lo publicado: Si hombre, para hacer resúmenes estoy yo. Pero, ¿tú has visto lo que mide este post?. Nada, nada, si quieres saber que pasó antes, te lo lees, que para eso están los hipervínculos. Yo es que me indigno...

Amigos, aquí llega el final de una trilogía. De cuatro. ¿Que pasa, George Lucas puede hacer una trilogía de seis, y yo no puedo hacer una de cuatro? Es que al final me he dado cuenta que no estaba contando el post de introducción. Bueno, lo que sea.

La cosa viene a ser más o menos así. Alguien en tu casa -y seguramente no tú mismo- decide que hay que pintar las paredes porque: a) supondría una gran mejora para la calidad de vida en la vivienda; o bien porque b) así no se puede seguir viviendo, que mira como está todo esto, que es que está todo hecho un asco, hombrepordiós (táchese la que proceda). Yo soy tan amante de las cosas limpias y bonitas como cualquiera, pero me parece que luchar contra la entropía es una completa pérdida de tiempo. Es que es una batalla perdida desde el principio. En mi opinión es mucho mejor hacerse a la idea de que las cosas envejecen y se estropean, que se le va ha hacer. Pero esta no parece ser una opinión muy popular actualmente, claro (no hay más que ver a los actores de Hollywood). La cosa es que cuando se propone la idea de pintar la casa, te planteas tus opciones -coger tus cosas y huir rápidamente o quedarte y apechugar- las meditas seriamente -mi colección de cómics no cabe en una maleta ni de coña, y eso por no mencionar las figuritas- y decides actuar en consecuencia.

En esta ocasión, al menos, la opción de pintarla yo mismo fue descartada desde el principio (soy un buen artista, pero no se me da bien respetar los plazos de entrega) por lo que se decidió contratar a unos expertos en la materia -llámale expertos, llámale chapuzas-, a los que mantendremos en el economato más que nada para evitar que me roben el protagonismo de la historia. Si se quieren hacer famosos que se monten un blog, hombreyá... En cualquier caso la dirección de la obra la seguiría realizando yo para asegurar la calidad artística del proyecto. A ver si os vais a creer ahora que Miguel Ángel pintó la Capilla Sixtina él mismo, ahí por las noches con un pincelito. No hombre, no; él lo hacía primero en pequeñito y luego se lo pasaba a unos señores que ya se encargaban. Una cuadrilla de rumanos, creo.

Bueno, para los que nunca hayan pintado una casa (ni siquiera por delegación), hay ciertas consideraciones a tener en cuenta.

En primer lugar, el color. En el colegio muchos de vosotros habréis aprendido que hay siete colores. Pues bien: es mentira. Cualquiera que alguna vez haya tenido que pintar su casa sabrá que hay por lo menos unos setecientos. Y no tienen nombres normales como 'azul claro', sino que se llaman cosas como 'atardecer en Niza' o 'luna de miel'. Vienen todos en un librito que te entrega el pintor para que te lo vayas pensando. Que yo me pregunto quién le pondrá los nombre a todos esos colores.

-Manolo, y a éste como le ponemos?
-Pues ponle rojo.
-Es que el de antes también era rojo.
-Pues le pones rojo oscuro y en paz.
-Es que el siguiente es más oscuro.
-Pues le pones 'matanza de gorrinos', a mí que me cuentas...
-No se yo, no lo acabo de ver comercial...

Los colores del librito tienen la misteriosa propiedad (que está siendo estudiada actualmente por la Nasa, junto con 'por qué la tele engorda' y 'cuánto es exactamente un momentito') de que el color que sale en la muestra luego cuando lo pones en la pared parece distinto, así que hay que tener mucho cuidado cuando lo eliges. O no. Total, al final el que te sale no va a ser el que querías...

Luego hay otra cosa que no se suele tener en cuenta cuando se decora la casa, que es que todos esos muebles que nos cuesta un montón elegir -o pagar-, todas esas estanterías, esos bonitos cuadros de cacerías de ciervos -un clásico-, lo único que hacen es estorbar cuando toca pintar las paredes. Que de todas maneras, hay que reconocer que las paredes es que están muy mal colocadas. Es que están al fondo, detrás de todo lo demás. Las paredes vendrían a ser como los fondos de los cómics. Son eso que hay detrás de Lobezno. Y todos sabemos el caso que le hacen los dibujantes a los fondos. Los fondos no cuentan nada, están ninguneadísimos. Pero la situación sería completamente distinta si los fondos estuvieran delante. "Ja, ¿quién es el que manda ahora?. Lobezno no, desde luego. Lobezno está ahí detrás, tapado por los edificios". Lo que pasa es que claro, nadie compraría un tebeo de 48 páginas sólo con fondos. Bueno, a lo mejor algún gafapasta, pero sólo por esnobismo. Y el mercado se resentiría, claro. Mmm... un momento, que estoy tan perdido que creo que voy a pararme a preguntar.


Aparentemente esta imagen no tiene nada que ver con el texto. Me estoy planteando seriamente despedir al mono que se encarga de la documentación. Demostración de lo poco que se cuidan los fondos en el cómic actual. A ver ¿quién ha dicho que esta imagen no tiene nada que ver con nada? Si es que la gente tiene más mala idea... Estooo... me voy un momento a comprar plátanos para el mono, que lo tengo medio mosqueadillo por otra cosa...

Vale, ya se donde estoy. Bueno, el problema es que cuando nos ponemos a decorar una casa, decía, no pensamos en las paredes. Si bueno, están ahí, las damos por supuestas (menos en algunos lugares de África y en las empresas de telemarketing). Pero no les damos importancia. Las utilizamos para colgar cuadros, apoyar estanterías, colocar muebles. Y ellas no dicen nada. Pero piensan 'ya tendrás que pintar, ya'. Porque las paredes son muy vengativas, esto no lo sabe mucha gente. Y cuando tienes que pintar descubres que te costaría menos trabajo mudarte de casa. Más que nada porque si te mudas, al menos los muebles se quedan ahí.

La teoría de la operación es sencilla, lo difícil es llevarla a la práctica. Llega un señor con aspecto de no haberse duchado mucho últimamente y de peinarse con una costilla del Foster's Hollywood y revisa toda tu casa para hacerte el presupuesto. El presupuesto de un pintor viene a ser más ajustado que el de una empresa de reformas en cuanto al precio pero más o menos igual de preciso en cuanto al plazo, así que si te dice que el trabajo le va a costar más o menos una semana, tú puedes añadir un 50% a la duración prevista y solo te quedarás corto en un 50%. Luego te dice 'mañana vengo con el chaval, si eso me van despejando la habitación pequeña'. 'Fácil', piensas tú. 'Se pasa todo a la siguiente habitación, y en paz'. Bueno, ésto es más fácil de pensarlo que de hacerlo, también te lo digo, pero se hace. Llegan los señores, pintan y se van. Pero antes de irse te dicen 'mañana vamos a seguir con esa'. Y esto ya no parece una aviso, suena más como una amenaza. Que aquí ves el fallo de tu razonamiento. En primer lugar, la habitación que acaban de pintar no va a estar seca, con suerte, antes del día siguiente. En segundo, la habitación que tienes que vaciar contiene todas sus cosas y las de la anterior. Haces un cálculo rápido y te das cuenta que en tres o cuatro días vas a necesitar una habitación del tamaño de una casa para contener todas las cosas que tienes que mover. Concretamente, del tamaño de tu casa. Entonces te das cuenta de que mudarse no era tan mala idea.

En mi caso concreto no me mudé porque la operación tampoco me parecía mucho más sencilla -ni desde luego barata, teniendo en cuenta la situación actual del mercado inmobiliario-, pero opté por un plan alternativo que consistía en irme fuera unos días. Como decía Napoleón cuando le preguntaban sobre la conquista de Rusia, parecía buena idea en aquel momento. El plan me permitía de una tacada, librarme de la molestia de los pintores y ponerme ciego de tapas y vinos hacer turismo por la España rural. Se trataba de que a mi regreso la casa estuviera ya pintada y lista para volver a habitarse. Lo que no calculé bien es que cuando volviera de allí las cosas no estarían exactamente donde solían estar, sino más bien donde estarían si hubiera pasado por allí un tornado. Las paredes, eso sí, estaban perfectamente pintadas. Y muy despejadas, de hecho. Claro que los muebles amontonados en el centro de cada habitación no lucían igual de bien.

Y aquí es donde las tramas de las tres (cuatro) entradas anteriores se cruzan y me encuentro, molido de agujetas, resacoso, con un virus de resfriado mutante en plena efervescencia, y con la casa destrozada por el ataque despiadado de un grupo de pintores enloquecidos. Que seguramente no sería el estado ideal para redecorar una casa (léase devolverla a su estado original).

Eso si, la casa ha quedado muy mona. Llena de paredes pintadas. Más o menos como antes, ahora que lo pienso. Bueno, éstas están pintadas hace menos tiempo, pero poco más. Creo que la próxima vez le doy dos vueltas más a lo de mudarme.

Y con esto termina el primer post seriado de la historia de este blog. Y probablemente el último. Aunque nunca se sabe. Próximamente más historias de tíos en duchas. O lo que sea.