martes, 30 de septiembre de 2008

Sensualidad


«Era una voz capaz de hacer que un "buenos días" pareciera una invitación a la cama»

Terry Pratchett describiendo lo indescriptible en "Rechicero".

Si, ahora me he enganchado con los libros de Pratchett. Ya para hacerme friki del todo creo que solo me falta volver a jugar a rol y acudir a salones del manga disfrazado de Naruto. Si me véis alguna vez entrar en un salón disfrazado de Naruto, por favor disparadme.

ACTUALIZACIÓN: por supuesto, también estoy enganchado con la colección de naves de Star Wars (es que... algunas de ellas solo las tenía una vez). ¿Dará el gobierno algún tipo de ayuda a los frikis? Por que a los demás no sé, pero a mí me está haciendo un montón de falta...

(Eso sí, a la de figuritas de superhéroes ya me negué. Es que... es de DC, y , claro, como yo soy más de Marvel...)

jueves, 25 de septiembre de 2008

En las duchas (again)

Ayer estaba yo dándome una ducha en el gimnasio (que no es que yo haga deporte ni nada de eso, que va, yo soy friki, friki; lo que pasa es que de vez en cuando me gusta... ducharme en sitios públicos, eso es; pero yo de deporte nada de nada, que quede claro) pensando en mis cosas (concretamente en un tema que me preocupa mucho últimamente: los guantes de pesas ¿se guardan con la ropa limpia o con la sucia?; en la bolsa del gimnasio, digo; porque limpios como la muda limpia que te has traído para cambiarte no están, pero sucios como la muda que te vas a quitar tampoco; vale, será una tontería pero es que mi bolsa tiene solo dos bolsillos y a mí esto me preocupa) cuando entra un topo a ducharse (eeer... vale, no voy a poner más paréntesis en esta frase, mejor lo explico en la siguiente). Bueno, no se si se llaman topos, pero yo les llamo así. Son unos tipos que van al gimnasio pero ya están macizos. Supongo que los habréis visto, en todos los gimnasios hay dos o tres. Que a lo mejor hay gente que no lo sabe, pero a esos les paga el gimnasio para que vayan, así la gente que está sudando en la cinta de correr se cree que si sigue yendo un par de veces por semana se va a poner así, pero que va. Para estar así hay que venir con buenos ingredientes de serie, ya os lo digo yo. Pensadlo un poco: ¿si estubiérais macizos irías a un gimnasio?. De ninguna manera. Estaríais por ahí haciendo lo que sea que hagan los macizos para distraerse, que no se lo que será, pero cualquier cosa más divertida que sudar como cerdos en un gimnasio. F*ll*r como campeones, seguramente. Pero me estoy dispersando. El caso es que según se mete en la ducha suena un teléfono en el exterior. El tipo murmura 'm**rd*' y sale corriendo a cogerlo. En ese momento pienso yo 'ves, por este tipo de cosas no acaban de cuajar las videollamadas'.

Luego lo medito algo más y pienso: 'claro, que si la cámara la controlara el que llama, lo petaban seguro'.

Vale, no tiene nada que ver con el texto, pero es que se me ha ocurrido poner en google 'tíos en duchas' y no sabéis lo que me he encontrado. Madremia que cantidad de guarrerías, cualquier día vuelvo a activar el filtro anti guarreridas. Hasta que se me pase el susto, podeis disfrutar de estos monísimos cachorros.



NOTA ACLARATORIA: Me gustaría comentar que considero desproporcionado que todavía a día de hoy entre gente en este blog por google buscando tíos en duchas cuando yo solo he colgado una anécdota sobre tíos en duchas una vez hace mucho tiempo, así que espero que con esta entrada quede definitivamente zanjado el tema de los tíos en duchas para siempre. Bueno, un amigo mío me conto hace poco una anecdota muy divertida sobre tíos en duchas, así que puede que cuelgue un post más sobre tíos en duchas próximamente, pero ya el último, eso si. Y no es que yo tenga nada contra los tíos en duchas, que quede claro, que yo soy un tío muy moderno e incluso conozco personalmente a... tíos que se duchan, eso es. Pero yo no, yo soy más de baño. Es que encuentro que relaja mucho más. Lo que pasa es que en los gimnasios no ponen bañeras. Mira, voy a dejar la nota aclaratoria porque creo que me estoy liando.

ACTUALIZACIÓN: Ha habido algún maledicente que me ha insinuado que este post no era más que una vulgar excusa para capturar visitas vía google, a lo que tengo que contestar que sí, que una de las cosas que más ilusión me hace para este blog es que entre gente que navega por internet con una sola mano buscando páginas web sobre tíos en duchas. ¿Estamos locos o qué?
Claro, que ahora que lo pienso... ¿a ver si va a ser esa la razón de que este blog tenga más lectoras que lectores? Por que otro motivo no se me ocurre. Bueno, puede ser por la combinación de colores de la plantilla que es muy mona. O por la cabra. Seguro que es por la cabra.

martes, 23 de septiembre de 2008

Otoño


Ayer estuve intentando hacer un poema al otoño, pero lo tuve que dejar.



Es que tiene una rima malísima.

lunes, 15 de septiembre de 2008

El muro

Se ve que este año el septiembre viene fuertecito, así que como ando algo liadillo –es decir, que tengo un curro de tres pares de c*j*n*s– no me ha quedado más remedio que tirar se un post congelado (ligeramente actualizado, eso sí). No volver a congelar una vez descongelado, que si se rompe la cadena del frío luego ya es fatal para todo.

Creo que ya he contado alguna vez que me gusta dibujar. Aunque como lo mío son más bien tonterías de esas de tíos en pijama, y cosas así, la verdad es que hasta ahora me había apañado bastante bien con lápices y rotuladores. Pero creo que ya iba siendo hora de que me atreviera con el arte con mayúsculas. Perdón. ARTE CON MAYÚSCULAS, quería decir.

Pues este verano pasado encontré la ocasión, aprovechando que tenía una mañana libre -de hecho creo que tuve esa y otra- y me animé a realizar por fin mi primera gran obra. Y en color, nada menos. Pensé en comenzar por un mural porque me parece que es una técnica que refleja mi naturaleza expansiva. Y que se ve más, que c*ñ*.

Para su realización utilicé fundamentalmente brocha y rodillo, tratando de ceñirme a la ortodoxia -que tampoco se trata de renovar completamente el mundo del arte en mi primera gran obra. El material utilizado fue un plástico acrílico, elegido fundamentalmente porque nos recuerda lo artificial de la sociedad en la que vivimos. Por eso y porque sale bastante bien de las manos con agua y jabón sin tener que estar frotando luego con aguarrás, que es un coñazo. Aquí tenéis una muestra. La he titulado 'Pared marrón'

Recreación digital de una muestra de la obra. La obra real no se permite fotografiarla por motivos de conservación. El boceto original incluía una reproducción de la 'La rendición de Breda' realizada enteramente con unos y ceros, pero luego me dió pereza.


La obra está expuesta actualmente en mi vivienda habitual, concretamente en el muro exterior que limita mi propiedad, no estando previsto en principio, su traslado a algún otro lugar, por lo que debe ser admirada 'in situ'. El color elegido es un marrón chocolate que trata de recrear el retorno a la tierra del hombre del siglo XXI, al mismo tiempo que sirve para disimular las manchas de m**rd* porque viene a ser del mismo color. No puedo negar que mi principal influencia han sido 'Reformas González' y otros artistas seguidores de la misma escuela. En realidad trataba de aproximarme al estilo costumbrista de los ‘50, aunque de un modo secretamente irónico. De todos modos he tratado de no autolimitarme demasiado en mis referentes haciendo guiños al naïf y sobre todo al dadaísmo. Sé que me arriesgo a que no todo el mundo sea capaz de apreciar la profundidad de mi obra, pero estoy seguro de que los que no capten todos los matices de su complejidad, al menos apreciarán que le haya dado dos capas, lo que le hace ganar bastante en profundidad, y sobre todo en durabilidad (espero). Para una mayor veracidad de la obra, durante su realización fueron ingeridos varios botellines de cerveza y un bocata de jamón. La actividad pictórica fue asimismo acompañada de una arriesgada performance (concretamente a partir del tercer botellín) en la que el artista tarareaba temas populares (fundamentalmente de Manolo Escobar y El Fary) y lanzaba alegres piropos a las vecinas más jóvenes que acertaban a pasar por las proximidades. Esto último, según me han informado, parece que va a ser ampliamente tratado en la próxima reunión de vecinos. En forma de debate-coloquio, supongo.


Tras reflexionar profundamente, he decidido concluir aquí esta fase de mi evolución artística para evitar caer en la monotonía y la autocomplacencia. Es cierto, no obstante, que hay sectores de la crítica que insisten en que no debería dejarlo tan pronto y seguir experimentando con el formato. Uno de ellos en concreto opina que o termino con los tres muros que faltan o termino mi formación artística donde la comencé, es decir, en casa de mi madre. Es lo malo de hacerse un nombre en esto del arte: al final o te vendes a la crítica o al público.


Actualización: a riesgo de agotar el formato, y aún a costa de un gran desgaste físico y emocional, recientemente he terminado la serie con ‘Pared marrón 2.0: una revisión’ y ‘Pared marrón III: el fin de una trilogía’, gozando ambas con gran éxito de crítica y público. Si bien se me ha hecho notar que quizás sería recomendable que no diera por agotado completamente el formato hasta hacer una cuarta parte (concretamente, la de la parte de atrás de la casa). De hecho mi representante insiste mucho últimamente que, aprovechando que el mercado es favorable a estas iniciativas artísticas, ‘al techo le va haciendo falta una manita de pintura’.


El arte es una amante insaciable.

miércoles, 3 de septiembre de 2008

Despertares



"Sinceramente... ¿Cada cuánto tiempo te fijas en los zapatos de alguien?"

Red(Morgan Freeman) en
Cadena Perpetua, (Frank Darabont, 1994)

Es un hecho conocido que hay gente salta de la cama tan pronto como suena el despertador, dispuesta a comerse el mundo llenos de energía y gente se arrastra lentamente sin ser capaz de decir nada coherente hasta que le ha hecho efecto el café. Yo pertenezco a la segunda clase. A menudo digo como broma que yo me suelo despertar en el coche ya llegando al trabajo.

Hoy me he despertado aparentemente más despierto de lo habitual. Después de tomarme el café revisando mi correo -si, desayuno de cara al ordenador, ¿que pasa? es una adicción como otra cualquiera- he pensado que esta tarde podía aprovechar para ir al gimnasio. Para ello tendría que comer en la ciudad, pero podría pasar por casa de mi madre y comer con ella y ya de paso darle algo que llevo para ella en el maletero hace unos días y nunca me acuerdo. Pero había un inconveniente. Recuerdo haber pensado 'como me haga la bolsa a estas horas, seguro que se me olvida algo'. No sería la primera vez que me tengo que volver del gimnasio porque al llegar me he dado cuenta de que no he recordado coger la toalla o las chanclas de la ducha, y eso haciendo la bolsa en plena posesión de mis facultades -lo que tampoco es decir mucho, claro. Pero, como ya he explicado, estaba más despierto de lo habitual, y me encontraba lleno de fe en mi mismo y energía, así que he hecho una lista mental de las cosas que necesitaba y me he asegurado de que estuvieran todas en la bolsa. Después de eso me he duchado, (des)peinado -me gusta ir informal-, vestido, e incluso he tenido un detalle de lucidez de recordar ponerme antes crema hidratante, cosa que no sucede a menudo. Bueno, la hidratación es importante. Antes de salir de casa he comprobado que los perros tuvieran agua, y he salido dispuesto a comerme el mundo.

Justo en el último semáforo antes de llegar a mi trabajo, he notado un curioso cosquilleo en el pie derecho. He pensado 'parece que se está rompiendo la suela, que raro'. Al mirar he descubierto que lo que yo esperaba que fuera una chancla de cuero muy mona -en estos días de septiembre todavía me gusta ir algo veraniego al trabajo- era en realidad la viejísima chancla deshilachada que utilizo para ir por casa, que en tiempos tenía un aspecto informal pero que actualmente parece que la haya recogido de un contenedor. El hecho de que desde mi pie izquierdo una elegante chancla de cuero la mirara con desprecio no hacía más que resaltar el contraste. Ha sido en ese momento cuando me he dado cuenta que es cierto que realmente me despierto despacio.

La idea de volver a casa ha pasado por mi mente, pero la he desechado por absurda. He vuelto ha mirarme los pies pensando que no podía ser para tanto, pero he comprobado que efectivamente el efecto era lamentable. Era la versión hard-core del clásico genio despistado que lleva un calcetín verde y uno naranja. He pensado 'no pasa nada, es mi día de suerte: llevo la bolsa del gimnasio'.
Bueno... vale. Suerte, suerte tampoco. En la bolsa del gimnasio llevo exactamente unas chanclas de ducha -que no es que estén muy mal, pero es que no tratan de engañar a nadie: son de ducha; creo que las daban con una revista, no te digo más- y unas Nike Pegasus muy espectaculares -léase chillonas- comodísimas para correr pero que no me molesto en limpiar nunca porque habitualmente lo hago por caminos de tierra. Otra opción era aparecer a trabajar envuelto en la toalla de ducha. Entonces seguro que nadie reparaba en mi calzado.

Hoy veré si es cierto que la gente no se fija en los zapatos de otros. Eso si, no puedo esperar a ver la cara que pone mi madre cuando vaya a comer a su casa.

"Pero hijo, no me digas que has ido a trabajar con esas zapatillas todas sucias. Desde luego es que eres un desastre..."

Si es que la estoy oyendo.

martes, 2 de septiembre de 2008

Mensajes de error postmodernos

Pues nada, que estaba yo viendo vídeos de youtube trabajando esforzadamente cuando me ha parecido el siguiente mensaje de error:


¿El error 500 será mucho peor que el 404, o solo la versión de este año?

"Lo sentimos, algo ha ido mal.

Un equipo de monos altamente entrenados han sido despachados [eliminados] para manejar esta situación.

Por favor, incluya la siguiente información en su informe de error"

Lo que todavía no se es si el que la gente que controla estas cosas sea cada vez más friki me divierte o me empieza a dar miedo.

Por supuesto, me he apresurado a copiar el mensaje de error para mandarles un mensaje de error. Cuando iba por la mitad me he preguntado si eso no sería también una broma...

lunes, 1 de septiembre de 2008

Novedades en la antartida (el blog, no el continente)

Bueno, después de mucho tiempo, finalmente he realizado algunas mejoras en el blog. La primera y más llamativa es que, después del atentado del otro día, mi Gemelo Maligno™ finalmente está acreditado como co-autor de este blog. Esto quiere decir, que seguramente no volverá a postear nunca más. El es así.

Otra de las novedades es que finalmente he actualizado los links añadiendo alguno de los comentaristas habituales (últimamente). Mención especial merece Calpurnia, que no solo me vinculó en su blog, sino que me dijo una da las cosas más bonitas que me han dicho nunca (bueno, lo planteaba como hipótesis, pero sigue molando; todavía me estoy preguntando que entrada mía pudo lograr ese efecto). Debo reconocer que el blog de Barbijaputa me resistía a añadirlo por la contundencia del nombre. Lo que pasa es que luego lo he visitado y he descubierto que es azafata. Y claro, uno nunca sabe cuándo puede necesitar una amiga azafata. Como mínimo mola para citarlo en conversaciones casuales, y eso. Y bueno, con Ender empezaba a tener una deuda histórica, porque la verdad es que se pasa por aquí ya hace un tiempo.

Bueno, esto es todo por ahora. No descarto realizar más cambios en el blog más adelante. No lo prometo, pero tampoco lo descarto. Esto es lo que se suele llamar no mojarse.

Actualización: Repasando el post me he dado cuenta de que he cometido un fallo y me gustaría aclarar que no he podido mencionar a Gargamel como comentarista habitual más que nada porque como no tiene blog, no he podido actualizar nada, pero que me ha parecido feo, que los que no tienen blog también tienen derecho a la vida. ¿Os imagináis que cada lector de periódico tubiera su propio periódico? Porque lo de los blogs es parecido...
Ya de paso aprovecho para mandar un saludo a todos aquellos que pasan por aquí sin comentar con lo que me evitan el trabajo de tener que contestar algo y animarles cordialmente a hacerlo, que siempre hace ilusión.

La vuelta al cole

Bienvenidos a la madre de todos los lunes. Hoy es uno de septiembre. Más lunes que hoy solo está el 2 de enero, y ese es malo por la resaca, no por el SPV (Se acabaron las Putas Vacaciones Síndrome Post Vacacional).

Hoy es el día de '¿Que tal las vacaciones, cortas?' y de 'Ha costado levantarse hoy, eh?'. Las preguntas se dan con respuesta porque nadie quiere que le contesten algo sorprendente. No importa lo que digan, a la gente no le gustan las sorpresas. '-¿Que tal las vacaciones?', '-Bien, gracias, he descubierto que no soporto ha mi mujer, vamos a divorciarnos'.'-¿Has ido a algún sitio en vacaciones?', '-No, la hipoteca nos tiene ahogados; todo el mes en casa con mis suegros y los niños; pensé en dejar el gas abierto y acabar con todo, pero es que tenemos vitrocerámica'. '-¿Cómo llevas la vuelta de las vacaciones?' '-De coña, al llegar a casa nos habían reventado el piso; no tendrás una tele de sobra, ¿verdad?'. Las vacaciones son un infierno, todo el mundo lo sabe, amigos. Por esto es mejor no dar ocasión para que te cuenten la verdad.

Así que tened cuidado con qué preguntáis. Y sobretodo, tened cuidado con a quién preguntáis.

Porque como uno más me pregunte sobre si me ha costado mucho volver, no respondo de mis actos. No me ha costado volver hoy. A lo mejor me costó un poquito hace un mes cuando se acabaron mis vacaciones, pero como casi ya ni me acuerdo, pues ya normal. O sea, de mala leche, que si el curro fuera divertido, lo mismo no pagaban por venir. Ahora, lo que ya estoy llevando un poco peor es aguantaros a todos con esa cara de relajación de 'casi estoy todavía de vacaciones' y con ese moreno de 'apuré en la playa hasta el último momento'.

Hartito me tenéis todos, de verdad. Lo tranquilo que estaba aquí yo solo en agosto, leñes.

Y no, lo mío no es SPV. Lo mío es mala leche ¿vale?