miércoles, 3 de septiembre de 2008

Despertares



"Sinceramente... ¿Cada cuánto tiempo te fijas en los zapatos de alguien?"

Red(Morgan Freeman) en
Cadena Perpetua, (Frank Darabont, 1994)

Es un hecho conocido que hay gente salta de la cama tan pronto como suena el despertador, dispuesta a comerse el mundo llenos de energía y gente se arrastra lentamente sin ser capaz de decir nada coherente hasta que le ha hecho efecto el café. Yo pertenezco a la segunda clase. A menudo digo como broma que yo me suelo despertar en el coche ya llegando al trabajo.

Hoy me he despertado aparentemente más despierto de lo habitual. Después de tomarme el café revisando mi correo -si, desayuno de cara al ordenador, ¿que pasa? es una adicción como otra cualquiera- he pensado que esta tarde podía aprovechar para ir al gimnasio. Para ello tendría que comer en la ciudad, pero podría pasar por casa de mi madre y comer con ella y ya de paso darle algo que llevo para ella en el maletero hace unos días y nunca me acuerdo. Pero había un inconveniente. Recuerdo haber pensado 'como me haga la bolsa a estas horas, seguro que se me olvida algo'. No sería la primera vez que me tengo que volver del gimnasio porque al llegar me he dado cuenta de que no he recordado coger la toalla o las chanclas de la ducha, y eso haciendo la bolsa en plena posesión de mis facultades -lo que tampoco es decir mucho, claro. Pero, como ya he explicado, estaba más despierto de lo habitual, y me encontraba lleno de fe en mi mismo y energía, así que he hecho una lista mental de las cosas que necesitaba y me he asegurado de que estuvieran todas en la bolsa. Después de eso me he duchado, (des)peinado -me gusta ir informal-, vestido, e incluso he tenido un detalle de lucidez de recordar ponerme antes crema hidratante, cosa que no sucede a menudo. Bueno, la hidratación es importante. Antes de salir de casa he comprobado que los perros tuvieran agua, y he salido dispuesto a comerme el mundo.

Justo en el último semáforo antes de llegar a mi trabajo, he notado un curioso cosquilleo en el pie derecho. He pensado 'parece que se está rompiendo la suela, que raro'. Al mirar he descubierto que lo que yo esperaba que fuera una chancla de cuero muy mona -en estos días de septiembre todavía me gusta ir algo veraniego al trabajo- era en realidad la viejísima chancla deshilachada que utilizo para ir por casa, que en tiempos tenía un aspecto informal pero que actualmente parece que la haya recogido de un contenedor. El hecho de que desde mi pie izquierdo una elegante chancla de cuero la mirara con desprecio no hacía más que resaltar el contraste. Ha sido en ese momento cuando me he dado cuenta que es cierto que realmente me despierto despacio.

La idea de volver a casa ha pasado por mi mente, pero la he desechado por absurda. He vuelto ha mirarme los pies pensando que no podía ser para tanto, pero he comprobado que efectivamente el efecto era lamentable. Era la versión hard-core del clásico genio despistado que lleva un calcetín verde y uno naranja. He pensado 'no pasa nada, es mi día de suerte: llevo la bolsa del gimnasio'.
Bueno... vale. Suerte, suerte tampoco. En la bolsa del gimnasio llevo exactamente unas chanclas de ducha -que no es que estén muy mal, pero es que no tratan de engañar a nadie: son de ducha; creo que las daban con una revista, no te digo más- y unas Nike Pegasus muy espectaculares -léase chillonas- comodísimas para correr pero que no me molesto en limpiar nunca porque habitualmente lo hago por caminos de tierra. Otra opción era aparecer a trabajar envuelto en la toalla de ducha. Entonces seguro que nadie reparaba en mi calzado.

Hoy veré si es cierto que la gente no se fija en los zapatos de otros. Eso si, no puedo esperar a ver la cara que pone mi madre cuando vaya a comer a su casa.

"Pero hijo, no me digas que has ido a trabajar con esas zapatillas todas sucias. Desde luego es que eres un desastre..."

Si es que la estoy oyendo.

4 comentarios:

Calpurnia dijo...

yo no me fijo en los zapatos, me fijo en los pies... pero eso son filias mias
mas suerte (o café) la proxima vez :P

Anónimo dijo...

¿Chanclas? ¿Pues tú no currabas de cara al público o algo así? Aaaaammmmm, que gusto da volver de las vacaciones y ver que seguís aquí. Y la semana que viene las vuelvo a coger, jejeje

Anónimo dijo...

Por cierto, cuanto honor, me han mencionado en un post... Esta noche ya no duermo :-P

Blanco Humano dijo...

Calpurnia: vaya, tenemos una fetichista. Yo soy más de corsés de látex y botas por encima de las rodillas, pero vamos, a mi en principio todas las parafilias me parecen bien.

Gárgamel: La verdad es que nunca me han dicho nada de cuidar la imagen, lo deben considerar inútil. De todas formas solo se me ve de hombros para arriba. De hecho en verano iba en bermudas. Me planteé seriamente atender sin pantalones, pero no quería escandalizar a las de la limpieza...

Y de lo otro no es nada hombre. Si hubiera tenido que pagar ya sería otra cosa. Bien pensado podría cobrarlo. Ya lo estudiaré.