jueves, 8 de octubre de 2015

Televisión para dummies

Tengo que confesar que veo poco la tele. Esto, que puede parecer una muestra de intelectualidad, o en el peor de los casos, de esnobismo, me aísla ligeramente de la humanidad. Soy ese tipo de gente que cuando anuncian una edición 'VIP' de un reallity no conoce a nadie o que de repente ve actuar a alguien muy mal en un anuncio de perfume y comenta "este seguramente sea alguien, porque lo hace fatal", sólo para ver como alguien al lado pone los ojos en blanco (me ha pasado y al parecer era alguien muy famoso; un futbolista, creo).

A pesar de esto, tengo que reconocer que últimamente la televisión me fascina. No los canales principales, por supuesto. Esos siguen haciendo más o menos lo de siempre. Desde el timo del TDT (del que ya hablé) hay un montón de canales absurdos hacia el final (si programas adecuadamente el mando deberían quedar entre el seis y los canales infantiles y de radio (que sigo sin comprender quién querría escuchar la radio por la tele ¿no hay otros aparatos ya para eso?).

El funcionamiento de estos canales va más o menos como sigue: el directivo de turno va a una feria de televisión con una maleta llena de billletes y se lleva las cosas que quiere comprar para el canal principal (que son las que valen pasta) y una vez terminado, con lo que le sobra va a unos tenderetes, o puede que incuso unas mantas en el suelo, donde se puede adquirir programas absurdos en cantidades inmensas. Es así como podemos disfrutar de programas tremendamente estrambóticos como unos en los que se abren trasteros y la gente puja por ellos (me gustaría ver a estos tíos pujando por lo que tengo en mi trastero, la verdad) o unos que buscan oro en las montañas con extrañas maquinarias que arreglan ellos mismos (reconozco que de este no he sido capaz de ver nunca más de dos minutos).

Curiosamente, porque los programadores de televisión no tienen una mente como tú y como yo (especialmente como tú) sino una prodigiosa (pero REALMENTE prodigiosa), cuando cargan con digamos, no sé, 23 kilos de programas de algo (estos programas se pagan a kilos por tradición, aunque sospecho que ahora se facilitan en un pen1) no es, como se solía hacer, una programación semanal ordenada. Qué va. Eso es cosa del pasado. Todo el mundo sabe que la gente ahora son como cerdos en cochineras que consumen a lo bruto y sin medida. ¿Qué toca Empeños a lo bestia? Pues Empeños a lo bestia a todas horas. ¿Qué toca Tartas a lo bestia? (o como se llame) Pues ya puedes hacer zapping que te vas a hartar de merengue a todas horas. Esto es así.

Odio mucho mucho que se llame pen a los dispositivos USB. Pero mucho, mucho. Mirad, si queréis llamarles simplemente USB, todavía, pero ¿PEN? ¿En serio? Por favor... Una vez alguien me pidió un lápiz en el trabajo y me miró como si YO fuera idiota al facilitarle mi magnífico Faber Castell HB del Nº2. A ver si hablamos con más precisión, copón.

Quizás el sentido común dictaría que sería más normal, no sé, programar un episodio de cada serie al día, a la misma hora, o puede que incluso uno semanal. Más que nada porque puede que alguien no disfrute viendo un programa en el que una novia elije un vestido para casarse (no estoy diciendo que yo no, ojo. Gente. Otra gente, a lo mejor). Pero ¿para qué queremos TDT? TENEMOS MÁS CANALES DE LOS QUE PODEMOS PROGRAMAR COHERENTEMENTE (al parecer). Esto quiere decir que nuestro ejecutivo se vuelve con 20 kilos de Arreglamos tu casa y 40 de Novias comprando trajes (ignoro totalmente el nombre de este programa y no lo pienso mirar) y tú te los comes como vengan, que para eso estás en casa, probablemente en paro y por tu culpa (es obvio que la gente que trabaja tiene dinero para pagar canales de pago, que ahí sí que hay mandanga buena). Y si te gustaba un programa que estábamos emitiendo hasta la semana pasada a todas horas, digamos no sé, Top Gear, pues te jodes porque esta semana no tenían. Más suerte la próxima vez.

En fin. El caso es que en estos canales te puedes tirar unos dos o tres meses, que pongas el canal a la hora que pongas, ves lo mismo. Esto me resulta fascinante, porque pueden pasar dos cosas. O bien el programa te encanta y te tienes que pedir una excedencia en el trabajo para verlos todos, o lo odias y te tiras dos meses sin ver ese canal. O más. Hasta que un día se te ocurre ponerlo por curiosidad, y resulta que hacen algo que te encanta y te has perdido unos 250 episodios en dos semanas.

Programas de estos al parecer en América (EEUU, quiero decir)  hay un montón, y sospecho que no deben ser caros, porque es lo que más ponen. Recuerdo al principio de la TDT que lo que se ponía eran refritos de series de producción propia, lo que me parecía fascinante. Uno podía volver a ver "Farmacia de Guardia", "Manos a la obra" o "Los serrano" (o incluso la ya olvidada "Los ladrones van a la oficina") sin que la calidad de tales series lo justificaran en absoluto. Gracias a Dios a nadie le dio por recuperar "Lleno por favor" o "Menudo es mi padre", que yo sepa. Pero no descartemos aún que eso pase algún día. De aquella época la única que ha sobrevivido es "Aquí no hay quien viva" y sospecho que es sólo para poder contraprogramar "La que se avecina" (que tampoco la ponen casi).

Luego de esto llegó la fase producción extranjera. Aquí hubo cosas que estuvieron bien. Yo recuerdo que un verano me enganché a Bones y me vacuné todo de una. Era muy gracioso ir viendo episodios de temporadas distintas sin entender nada porque las subtramas se enredaban todas. Llegó un momento que me preguntaba ¿Es que en América (EEUU) no se muere nadie con la carne encima de los huesos? Todavía quedan series de estas, pero es difícil saber qué ponen en cada momento. Ahora diría que está de moda Hawaii 5.0, un remake de una serie setentera que tiene como única virtud haber reciclado a un par de actores de Perdidos (Hugo y John  Locke) además de a todos los actores de origen asiático que circulan por las series americanas (por cierto, el chino de Perdidos también está aquí, además de Hiro de Héroes). Por lo demás tiene la virtud de tener al protagonista menos creíble de la tele (por bajito) haciendo de policía. Es que yo creo que no pasaría las oposiciones de local ni en un pueblo de Palencia.

Pero después de esto vino la mierda de la buena, porque descubrimos un universo de programas antes desconocido. El mecanismo viene a ser siempre más o menos el mismo, se toma un modus operandi, se ponen cámaras y a rodar. Con tener técnicos para edición y voz en off, suele valer, con lo que te ahorras guionistas (así está tuiter de graciosetes, con tanto guionista en paro) y a veces hasta presentador, porque se encargan los protagonistas. Eso sí, hace falta tener un reparto variopinto y estrambótico. Si los personajes se llevan un poco a matar, mejor que mejor.

De este tipo de programas he visto desde unos que llevaban una casa de empeños (que ya ves la emoción que tiene eso a no ser que se peleen los personajes entre ellos) hasta uno que restauraba muebles (en serio) pasando por gente que hace cosas de las más variopintas, desde piscinas bizarras a espadas (en serio, este lo vi hace poco). Además de tartas decoradas (no vi que nunca les preocupara a nadie el sabor), transporte peligroso por carreteras heladas (apasionante), gente que trata de colar cosas por las aduanas... De esta categoría reconozco que en su momento me fascinó MTV Tunning, cuya idea parecía consistir en coger un coche viejo, llenarlo de altavoces y pantallas de plasma (cinco he llegado a ver en un coche) alguna excentricidad si toca (como una mesa de billar o un futbolín) y dejarlo lo más hortera posible. Es que no he visto ni uno que saliera de ahí ni medio bonito. Eso sí, todos hasta arriba de pantallas y altavoces, no vaya a quedar hueco en el maletero para hacer la compra.

Se llegó a hacer una versión española de esto en la que cometieron una tremenda atrocidad con un 124 que estaba para entrar a exponer en un museo y o les cancelaron el programa o les mataron por horteras (espero que lo segundo).

Ahora el que estoy viendo mucho es uno que se llama Fast'n Loud, que se parece al anterior con la única diferencia de que los coches los compran y luego los tienen que vender, motivo por el cual los tratan de dejar chulos. La parte que más me fascina es la de los regateos (que se da tanto en la compra como en la venta) hasta el punto de que me la ha contagiado un poco.

-Son 112 con 59 caballero

-Bueno, no tan deprisa. Es cierto que yo he venido a comprar, pero me parece mucho dinero ¿qué tal si te ofrezco 60 y trabajamos a partir de ahí?

-Caballero, me está haciendo cola en la caja ¿Llamo a seguridad y que le acerquen a un Día% a ver si allí quieren regatear?

-Calla, calla, que he oído como son sus cajeras. Vale, te pago los112.

-Con 59.

-Eso.

Otra mención merece Crónicas carnívoras. Un programa que cosiste en que un gorderas (supongo que cuando empezó el programa no lo era) recorre EEUU (América) parando en los sitios en los que se venden platos más enormes y/o picantes. Y se los come ante la cámara dando muestras de gran fatiga. En serio ¿se supone que esto es divertido?  Es un programa que tiene la virtud de dar hambre y angustia todo a la vez (o alternativamente).

También recuerdo un programa muy majo en el que unos decoradores muy finos (o al menos ellos se creían eso) iban a una casa muy hortera y la dejaban a su gusto. A ver ¿nadie ve un fallo aquí? Quiero decir, si yo tengo la casa como un hortera, seguramente es porque soy un hortera, no me tiene por qué gustar cómo me la dejan unos que van de modernos. Esto es como si yo soy un garrulo y voy a la tele para que me cambien la imagen (que esto si no está pasando ya, es cuestión de días que a alguien se le ocurra hacerlo). En fin.

Luego ya otro tema sería ¿hacen falta tantas series de detectives? NCIS, Bones, el Mentalista, Mentes Criminales, Navy: Investigación criminal, CSI Las Vegas, Nueva York, Miami, Calamocha... ¿Es que no hay series en las que no muera gente? Bueno, pero con lo de las series me meteré otro día, que veo que da para otro post y creo que están a punto de poner en la tele una serie de gente que pesca peces enormes que tiene pinta de ser apasionante.


¿Cómo que esta foto de Olivia Munn no está justificada? Esta chica ha trabajado en series. Vale, el mono de la documentación no está y he tenido que tirar yo de archivo personal (esta foto se la hizo concretamente en mi cocina). Pero vamos, que esta foto está justificadísima. Es más, podría ir aquí aunque no hubiera ningún texto en la entrada. Vamos, yo esto lo veo clarísimo...