viernes, 27 de enero de 2012

Tema del Viernes: Aerosmith

Hoy me apetecía rendir un homenaje a una de las más grandes bandas de rock'n'roll de todos los tiempos. Se trata de Aerosmith, la banda del padre de Liv Tyler (y quién diría que algún día su hija sería más famosa que él) Lo que pasa es que cuando una banda te gusta (y esta me gusta mucho) es muy difícil elegir un solo tema para representarles. He tratado de huir de poner una balada (que las tienen a patadas, y buenísimas) porque me parecía ir a lo fácil y seguramente muchas de ellas ya sean bien conocidas por el público en general. En su lugar me he decidido por un tema de los rápidos. Este en concreto tiene ya unos años y que precisamente por ello puede que no sea tan conocido como otros más recientes. Un trallazo de tema. Con ustedes...

Aerosmith - Dude (Looks Like A Lady)



Que pasen un buen fin de semana.

miércoles, 4 de enero de 2012

La vez que fui diseñador gráfico.

Hay experiencias que te mejoran  como persona. Hay experiencias que te hacen odiar a la humanidad y te dan ganas de iniciar un Armagedón que extinga toda la vida sobre la Tierra. Pero es cierto que hasta de la experiencia más negativa puede salir algo bueno. Esto es, un post.

Os supongo enterados -y si no, os entero yo ahora mismo- de que tengo una cierta afición por el Photoshop. Bueno llámale afición, llámale tocar de oído y no dejarme aconsejar, pero vamos, que algo estoy aprendiendo (a base de manuales, claro). El caso es que esto es algo conocido por mi círculo más cercano.

Así las cosas, hace un par de meses, un amigo (más exactamente, un amigo de un amigo, y seguramente en breve un ‘no te saludo así te vea caído en una zanja1) me llamó para comentarme que un amigo suyo necesitaba que le hicieran una cosilla en photoshop, y que como sabía que se me daba bien, había pensado en mí. Me dijo que incluso estaba dispuesto a pagarme por ello. Cincuenta eurazos, nada menos. Aquí debí darme cuenta de que algo no estaba bien. Hacedme caso amigos, si os ofrecen pasta por hacer algo, es que no os va a gustar hacerlo. Esto es así2.

El caso es que como está la cosita regulera tirando a fatal, me pareció buena idea decir que sí y sacarme un extra para gastillos. Error. Uno no sabe lo sacrificada que es la vida de un diseñador gráfico hasta que está atrapado en las garras de un cliente. Aquí viene la historia.

En primer lugar me gustaría señalar mi primer error: cobrar. Si le haces un favor a alguien, te lo tiene que agradecer, se tiene que conformar con lo que le hagas (aunque sea una mierda), y en el momento que te canses, le puedes tirar el encargo a la cara y encima decirle que es un plasta y que se joda. Sin embargo, en cuanto cobras, te conviertes en su esclavo (o dicho en términos más actuales, en su puta). Y aunque te pague una mierda por hacer algo (y obviamente pagará lo menos posible) ya se considera en derecho de establecer condiciones absurdas y plazos arbitrarios, cambiar de idea todas las veces que le de la gana y enfadarse porque no le leas el pensamiento. Es la magia del dinero, amigos3.

Bueno, como yo en aquel momento no sabía todo esto dije que sí, y que me mandaran lo querían a ver que se podía hacer. Esto era un lunes por la mañana. El proyecto había que entregarlo el viernes 'sin falta'.

En cuanto recibí la propuesta, me di cuenta en seguida de que estaba vendiendo mi alma al diablo. Lo que yo pensaba que se trataba de una vulgar chapuza para el amigo del amigo de un amigo (me niego a poner menos gente en medio, no me vaya a tocar con él) se convertía rápidamente en un trabajo semiprofesional muy mal pagado. Aquí debo decir que traté de bajarme del  carro. Después de examinar largamente lo que se me pedía y para qué era, respondí que yo no era profesional, y que aquello excedía con mucho de lo que se me ofertaba por hacerlo, así que gracias por el pescado y hasta otra. Una vez más, debí sospechar. Inmediatamente se me dijo que me adelantaban inmediatamente los 50€ y que al terminar se me daría otro tanto. Ya se me había doblado el pago y todavía no había hecho nada. Mala señal

Con más buena intención que esperanza, me puse manos a la obra. Inmediatamente me di cuenta de que las especificaciones eran algo ambiguas. Y aquí me temo que aquí está la Primera Verdad Universal del Diseño Gráficotm:


1. El cliente, no tiene la razón. No solo eso, el cliente no tiene ni puta idea. Es más, el cliente no sabe lo que quiere. Solo sabe que quiere que sea barato y quede bien. Eso sí, tus sugerencias estéticas se las pasa por el forro, que para eso el cliente y tiene la razón. O eso se cree él.

Aquí empieza un cruce de correos entre yo y el amigo de mi amigo (y en lo sucesivo 'en intermediario' para abreviar), que a su vez se los pasaba a su amigo (o 'cliente'). En algún momento creo recordar que pedí respuestas del cliente directamente y por escrito, para evitar malentendidos. Con escaso éxito, tengo que decir. El cliente, una persona al parecer muy ocupada, no tenía tiempo para responder correos. Como mucho para llamar al intermediario y que éste me lo transmitiera todo a mí. Me dan ganas de decirle al intermediario que los mensajes se los de a mi madre y ella me lo pase a mi todo, para que la cosa sea graciosa de verdad, pero me contengo. Aquí llega la Segunda Verdad Universal Del Diseño Gráficotm:

2. El tiempo es oro. Pero el del cliente. El tuyo es como una costra en el pie izquierdo de una zarigüeya, algo con menos valor no hay. Pero el del cliente tiene muchísimo valor. Eso implica que si, por poner un ejemplo, tú haces una cosa y el cliente no la puede ver hasta que está muy avanzada y lo tienes que cambiar todo, pues te jodes y en paz. Total ¿quién eres tú? Él es el cliente y tiene derechos ¿no lo sabes?

Y aquí voy a hacer un paréntesis. Por motivos de claridad expositiva (y por mantener la confidencialidad de la obra) vamos a suponer que a mí lo que me piden originalmente es pintar un techo ¿vale? Digamos que yo tengo conocimientos de brocha a nivel usuario y cinco kilos de plástico de Titán (la empresa de pinturas, no el satélite de Saturno). El martes comienzo a pintar y voy mandando muestras del trabajo para que me den conformidad de que todo bien. La recibo, pero solo del intermediario. Hacia la mitad del jueves (recordemos que mi término improrrogable era el viernes) recibo correo del intermediario que me dice 'Ah oye, y mira de poner unos angelotes; pero poca cosa, doce o trece'.

Aquí me preocupo un poquito, pero poco. Primero porque soy una persona muy tranquila, y segundo porque el dinero -poco- que me ofrecen no me hace falta para comer. Así las cosas le llamo al intermediario y le digo -por segunda vez- que esto no es lo que habíamos quedado y que muchas gracias, pero que yo me bajo aquí. Se suceden unos cruces de correos (y llamadas) entre ellos, que concluyen en aumentarme el plazo una semana (pero ¿esto no era imprescindible que lo presentara el viernes 'sin falta'? me pregunto desconcertado) y en duplicarme el precio del trabajo (hago un cálculo rápido: si todo sigue así, en dos meses puedo pagarme la hipoteca y cambiarme de coche; por un Porsche, seguramente). Acepto cada vez más mosqueado. Eso sí, voy continúo mandando muestras de mi trabajo para que me vayan dando visto bueno del proyecto. A todo esto, como mientras hago esto sigo trabajando (en lo normal, es decir, en lo que me pagan de verdad por hacer) y con un curso de inglés, estoy durmiendo más bien tirando a poco y la gente me empieza a preguntar si no me iba mejor con el caballo, que la metadona parece que no me sienta bien, y que tome un euro para un bollo, que parece que estoy pasando hambre.

El lunes recibo correo del intermediario respondiendo unas dudas sobre los angelotes (o más bien ignorando las preguntas que le hice y contestando cosas que ya se veía por mi correo que tenía claras, pero en fin) y comentando algo de 'por cierto, el fondo mejor en azul cielo, gracias; con nubes'.

Monto en cólera (pero poco, porque a estas alturas ya me han ofrecido una cantidad de pasta que hace que que contenga) y comento algo de que lo malo del fondo es que está detrás, y que hubiera sido un bonito detalle que se me hubiera informado de tal eventualidad antes de pintar la mitad de angelotes. De todos modos pregunto inocentemente 'entonces ¿los angelotes bien? Por favor, contestarme antes de que pinte el resto, no me vaya a pasar como con el fondo y tire todo el trabajo (Nota al margen: a dios gracias el Photoshop  trabaja por capas, lo que te permite que si eres cuidadoso y separas, puedas cambiar lo que necesites, solo pierdes el tiempo utilizado en esa capa).

Se me responde como a la altura del miércoles que sí, que los angelotes estupendos. Eso sí, que si pueden ser todos negros e ir vestidos de Armani. Por lo demás genial. Ah, y que el fondo mejor en azul no, que queda como el culo. Mejor rojo y con explosiones. Y que ya si pudiera poner en primer plano una versión de la última cena pero con retratos de músicos famosos, fabuloso (pero que no me mate demasiado: Elvis, Dylan, Paul McCartney... en fin, lo normal). Se me pregunta que si va a estar todo a tiempo, que el plazo se acaba el viernes.

Le digo que sí, que todo a tiempo. Ahora, que si se refiere a este viernes voy a necesitar un DeLorean y algo de plutonio. Me contengo las ganas de decirle lo que puede hacer con el dinero y renegocio las condiciones. En los siguientes térnimos: 'Mira machote, ya me has puteado bastante. Si lo quieres para el viernes va a ser con el resto de angelotes como están. El fondo te lo cambio porque soy muy bueno, pero si quieres alguna modificación més, prepara billetes; muchos. Con todo, el trabajo estará el viernes pero más bien tirando a la noche, porque he pensado que al menos me gustaría dormir un día de esta semana. Llámame señorito, si quieres'. Se me contesta que todo Ok a las nuevas condiciones, que no problemo. Me lo creo (inocente...)

Termino el proyecto. Al final monto un simulacro de incendio en el curro para que se vaya todo el mundo y poder tenerlo listo por la mañana (llámame profesional). Envío y pregunto si todo ok. Espero respuesta.

Pasa el fin de semana. Pasa el lunes. Pasa el martes. Pasan dos semanas. Temperatura 20 grados, humedad relativa, estado de la mar, llana. Sigo sin noticias de Gurb.

Finalmente recibo un correo. En esta ocasión del cliente directamente. 'Oye, que me hace falta el archivo editable con todas las capas de lo que has hecho para poder modificar todo a mi antojo. A la mayor brevedad, por favor'.

Me voy al botiquín y doy un trago largo de agua oxigenada (ya sé que no es como el alcohol de las heridas, pero es que no queda). Respiro. Me relajo. Me repito como un mantra 'nolemandesalamierda, tedebelamitaddelapasta'. Doscientas cincuenta veces. Escribo un correo mandándole a la mierda. Lo tiro. Escribo otro preguntándole que si se cree que soy tonto, que yo quiero un Windows de código abierto y me jodo (aunque es mentira, esto me la trufa). Lo tiro también. Escribo otro en el que le digo que eso se pide antes y que vale más, pero que me diga lo que quiere y veré lo que puedo hacer. Sin coste añadido. Eso sí, que por favor y si no es molestia, que cómo iría lo del resto del pago. Por curiosidad, más que nada.

Silencio en las comunicaciones. Dos semanas más..

Recibo nuevo correo del cliente: 'Oye, que pedí un archivo editable y no has contestado. Mándalo rápido, que me urge'. No hay mención alguna sobre el pago. Me parece leer GRASIAS DE HANTEVRASO, pero me lo ha debido de hacer la vista, que del esfuerzo de las tres semanas sin dormir, todavía se me nubla un poco.

Le mando correo a intermediario (amigo de amigo, no olvidemos) diciéndole que si su amigo es gilipollas o se cree que lo soy yo. Me contesta amablemente que es la última vez que hace de intermediario y que haga lo que me pide su amigo, que no cree que tenga problemas en cobrar. Mucho más tranquilo porque 'no crea'. Yo tampoco creo, que soy ateo. Yo soy más de contar billetes.

Finalmente mando correo a cliente. Le digo que ya está bien, y que cuándo podemos quedar para arreglar lo del pago, que ya va para más de un mes que entregué. Que lo que le hace falta, sigo diciendo que vale, pero que me gustaría ver antes los billetes. Llámame desconfiado.

No recibo respuesta. Renvío correo. El mismo, porque temo que si añado cosas me empiece a poner borde, y paso.

Ayer recibo respuesta. Uno diría que después de tres semanas de putearme y un mes de no pagarme nada me sorprendería. Al parecer mi capacidad de sorpresa es infinita.

El cliente responde que 'en qué mundo vivo', y que después de entregar 'tarde y mal' que 'no me ponga nervioso', que él ya me pagará. Que a ver si me creo que lo que he hecho es la 'Capilla Sixtina'. Que ha quedao fatal eso, con angelotes negros vestidos de Armani y un fondo rojo con explosiones, que a quién se le ocurre...

Y esto me lleva a las Tercera y Cuarta Verdades Universales Del Diseño Gráficotm:


3. El cliente pagará. Pero cuando pueda, si puede, o cuando le venga bien, si le viene, o cuando le rote, si es que le rota. Tú déjalo, que para eso el el cliente y tiene muchos problemas ¿tú te crees que la gasolina del Mercedes la paga el gobierno? Afortunado tú, que eres un artista bohemio y eres feliz tocando la flauta bajo un puente del río. No, si los artistas sí que sabéis vivir bien, quién pudiera...

4. Ahora, agradecimiento no esperes mucho, porque todo lo que esté bien habrá sido mérito suyo (del cliente) mientras que todo lo que esté mal será fallo tuyo, que eres un inútil y no eres capaz de leer el pensamiento (para adivinar el matiz exacto del color que tiene el cuarto de sus niños) o de hacer una sencilla impresión de un póster de cuatro metros con una imagen de referencia de 300x300 píxeles. No oye, de verdad, es que si te lo voy a tener que explicar todo, para eso ya lo hago yo ¿sabes? 

Pienso para mis adentros que no, que no me creo que lo que he hecho sea la Capilla Sixtina. Cuando el papa le preguntaba a Miguel Ángel que cuándo estaría terminada la Capilla Sixtina, él contestaba que cuando estuviera terminada, y que dejara de tocar los huevos o lo retrataba como demonio. Y para su propia suerte, Miguel Ángel no tenía correo electrónico...

Contesto parcamente que gracias, y que el pago mejor en billetes pequeños y sin marcar, que lo voy a gastar en contratar una banda de rumanos. Pero para otro proyecto, uno más personal.

Acto seguido voy a casa, desinstalo el Photoshop, quemo todos mis manuales y me vuelvo al Paint, que es algo más limitado pero da muchos menos dolores de cabeza. Dónde va a parar...



Por si alguien no lo sabe, esto es una Capilla Sixtina. Empezó con una llamada telefónica a Miguel Ángel de un amigo una mañana de lunes "Oye, ¿tú que tienes mano con eso de la brocha no le podrías pintar un techo a un amigo? Si lo haces van 50€ para ti."

1Si fuera un amigo al menos podría pasar a ser ex-amigo pero ¿un conocido que puede pasar a ser? Porque desconocido no, ya me gustaría a mí olvidarme de él…

2Y sí, esto incluye el sexo. La única manera de que sea bueno es que te cueste dinero a ti. Cuenta la leyenda que cuando no le cuesta dinero a nadie ya es fabuloso. Lo siento, tendréis que preguntarle a alguien sin internet para que os informe sobre esto, la verdad es que no tengo tantos datos. 

3 Hacedme caso niños, el dinero es caca. Y la mayoría de problemas del mundo son culpa de él. Pensadlo y veréis.