jueves, 17 de abril de 2014

Lo de las mascotas

Tal vez muchos de vosotros no lo sabéis porque esto no es un blog personal y guardo con celo mi intimidad, pero lo cierto es que tengo una mascota de la que no os diré el nombre -más que nada para no tener que cambiar las contraseñas de todos los sitios que visito en internet- pero a la que me me gusta referirme como "Bestia del Averno" o, más cariñosamente, como “Mordisquitos” (y de la que me parece que hablé tangencialmente al menos aquí y aquí). El caso es que buscando por internet una correa dotada de batería de 12 voltios para dar descargas en caso de ser necesario cuando lo saco a pasear (para disuadirle de que se meta cosas en la boca como otros perros o gente) me encontré con una tienda de comida para animales que parece ser nueva, animalear (y que al parecer tienen un concurso con el que te puedes llevar una año de pienso para perros o bueno, para lo que sea que tengas). Y esto me ha hecho reflexionar sobre el tema de las mascotas.

Hubo un tiempo en el que el tema de las mascotas estaba más o menos claro. Quiero decir, uno podía elegir, dependiendo de sus necesidades y posibilidades, más o menos entre tres o cuatro tipos de mascotas. Desde el típico gato o perro hasta la tortuga o el periquito. Pero ¿ahora? Ahora si tienes una cosa de estas de toda la vida no eres nadie. Para ser realmente original tienes que tener como mínimo... no sé. Un cerdo vietnamita, un hurón, una nutria. Una iguana, un camaleón, una boa constrictor. Un unicornio enano. Algo así. Mirad, a mí llamadme clásico, pero esto no lo veo. Para empezar, una cosa que se te puede comer, yo no creo que sea una mascota, sinceramente. Y ya por concretar, todo el espectro de los reptiles directamente lo descartaría. Es que eso es una cosa que ya se ve que no te va a coger cariño. A mí llamadme raro, pero algo que tienes en un terrario debajo de una lámpara y que le tienes que hacer fotos en días distintos y compararlas para saber si está vivo o muerto, no me parece lo mejor para hacerte compañía en casa. Eso por no mencionar la gente que tiene tarántulas y cosas así. Pero ¿estamos locos? Mirad, en general la norma sería que cualquier cosa que ves en el suelo y te dan ganas de gritar más que de achucharla, no sería mascota. Pero vamos, es mi opinión, allá cada uno.

En cualquier caso, como entre alguno de mis lectores puede haber interesados en adquirir una mascota y por el motivo que sea (llámale no haber tenido tiempo para documentarse, llámale ser de Omicron Persei 8 y no concocer la fauna local) voy a hacer una pequeña clasificación orientativa.

Gusanos de seda. Esto, por lo que sea, en un momento dado se consideró mascota y así se quedó la cosa ya para siempre. Es una de esas costumbres absurdas que pasan de padres a hijos como la monogamia o las navidades y que nadie acaba entender muy bien por qué están ahí pero que como en su momento a alguien le pareció que era lo normal, pues ¡venga! a pasarlo a la siguiente generación. Veamos, los gusanos de seda quizás tengan sentido en una fábrica de corbatas (si es que todavía existen las corbatas de seda, cosa que ignoro; yo soy más de sudadera chunga y camiseta de AC/DC) pero en una casa son una guarrería. Todo lo que hacen es tener un aspecto asqueroso y si tienes mucha, mucha suerte, meterse en un capullo y convertirse en una mariposa que supone una escasa mejoría respecto el aspecto que tenían antes. Que el pobre niño cuando ve los capullos espera que salga de ahí una mariposa como las de los dibujos animados, con unas alas enormes, llena de colores y hasta con pestañas y todo, y lo que sale se parece más a una polilla que otra cosa. Lo único a favor de tener esto como mascota es que quizás va preparando a la juventud a que la vida es una cosa llena de desilusiones y sufrimiento, que si bien como lección vital es una mierda, pero oye, igual cuando les llegue la adolescencia y se llenen de granos y traten de conseguir una cita, les viene bien tenerlo claro.

Tortuga. Entiendo que esto es el siguiente escalafón en mascotas. Es decir, requiere quizás algo más de mantenimiento que los gusanos, pero te tienes que fijar bastante para ver si están vivas o muertas (probablemente esto también sea una ventaja en el caso de que se te olvide una semana darles de comer). Son frías, un pelín repugnantes -como todos los reptiles en general- y en algunos casos muerden, pero por otra parte también apestan. Normalmente son de tamaño reducido y esto tiene como única ventaja una bonita actividad recreativa que consiste en que se escapan de su recinto y hay que buscarlas por toda la casa (y te recomiendo encarecidamente hacerlo, porque es mucho mejor encontrarlas vivas que tenerlas un mes apestando detrás de un mueble (o encontrarlas con los pies).

Hamster o conejillo de indias. Estamos todavía en el límite entre lo achuchable y lo asqueroso. Porque si bien ya son de sangre caliente y tienen pelo como las mascotas de verdad, todavía se parecen bastante a algo que puede haber salido de una alcantarilla, lo que es como mínimo inquietante. Para mejorarlo todo, si tienes una pareja puedes descubrir: 1) que la frase criar como conejos no es una metáfora y 2) que la maravilla de la vida puede ser bastante horripilante cuando una madre decide comerse a sus crías para no tener que competir con ellas por el alimento.

Erizo. Saliendo ligeramente de las mascotas tradicionales, me parece interesante hacer mención específica de esta especie de rata con pinchos que a algunos les ha dado por tener como mascota ¿En serio puedes imaginar algo menos abrazable? Yo sí, a Esperanza Aguirre. Pero por ahora no parece que la vendan en tiendas de animales. Ahora, que al tiempo.

Gato. Es superior a ti y lo sabe. Por mucho que lo alimentes, le limpies el cajón de arena y lo soportes encima cada vez que al señorito le apetezca estar, no esperes la más mínima gratitud. Como mucho ese leve desdén de un lord inglés hacia su mayordomo. Descienden de los tigres y nos siguen viendo como una especie de monos graciosos a los que dejan vivir para que les sirvamos y porque sospecho que les divertimos. Pero poco más. La parte buena es que puedes saber cuál es el mejor sitio de la casa, porque él estará allí. Y si ese sitio es tuyo, te jodes. Bueno, y que no entienden que ciertas actividades como leer o ver la tele sean mejor que admirar su belleza, por lo que siempre se van a poner donde estorben más. Pensándolo bien, esto quizás no sea una ventaja.

Perro patada (es decir pequeño). Son esos perros que ladran todo el rato y cuyo contacto más habitual contigo quizás sea que  le des patadas todo el rato porque siempre se ponen donde no lo ves. Pueden ser cariñosos hasta lo patológico, quizás porque tienen tendencia a sufrir ansiedad de separación. La gente tiende a pensar que son muy listos porque cuando te pones el abrigo se ponen contentos por si los vas a sacar, ignorando el hecho de que hasta las palomas son capaces de aprender condicionamientos sencillos y de que en un cerebro del tamaño de una nuez no pueden caber muchos pensamientos aparte de dame de comer y ladro porque tengo miedo de todo.

Perro pisotón (es decir grande). Este te puede hacer daño a ti cuando te pisa (no digo ya si le da por morderte) por lo que sugiero manejar con cuidado (y a ser posible por parte de personal cualificado). Tienen la ventaja de que pueden servir como defensa (siempre que ellos quieran, claro) y el inconveniente de que comen una burrada y antes o después todo eso que comen lo tienes que recoger del suelo (y una vez digerido, que da más asco). Son más o menos tan complicados de educar como un niño, con la desventaja de que no puedes hablar todo el rato de las cosas que hacen como los que tienen niños porque pareces imbécil (injusticias de la vida en sociedad; yo todavía no entiendo por qué la gente con niños piensa que tienen que ser tan fascinantes para todo el mundo).

Periquito. Es un hecho conocido que los pájaros son los mayores transmisores de enfermedades después de las ratas (bueno, realmente este dato no lo he consultado en ningún sitio, así que digamos sólo que podría ser cierto). Que un animal sea pequeño y pueda cantar (la verdad es que no estoy seguro de que los periquitos canten; bueno, al menos sé seguro que hay pájaros que cantan, lo he visto en la tele) no significa que no sea potencialmente letal. En cualquier caso no entiendo bien la compañía que hace algo que solo está con nosotros porque lo tenemos encerrado. Quizás deberíamos revisar nuestro concepto de compañía.

Loro. Ligera variación sobre el anterior, bastante popular por su aparición en series y películas (normalmente con cómicos resultados). Mira, carguémonos el mito: los loros no hablan. Bueno, vamos a ver. Esos que hay en las tiendas de animales y que valen una pasta, sí: hablan por los codos. Pero la cosa verde y fea que tienes en tu jaula lo único que va a hacer es darte picotazos si le acercas el dedo. Supongo que es la manera que tiene la naturaleza de recordarnos que los pájaros no están hechos para estar en jaulas y que lo mejor que podemos hacer es soltarlos (y se carguen la arquitectura y los monumentos a base de cagar encima, que parece que no, pero es una cosa que hacen muchísimo).


Conejos. Vale, en este punto pienso ser inflexible: los conejos no son mascotas, son comida. Vale que por fuera parecen adorables, pero en serio, por dentro están deliciosos. Para evitar este posible conflicto, en mi opinión lo mejor es comprarlos ya troceados. Así es mucho más difícil cogerles cariño. Y por otro lado, así son más fáciles de cocinar, claro.

Peces (he estado a punto de poner pescados). Aquí me habéis pillado, claro. Porque como tenemos palabras distintas para los que nadan y los que nos comemos, no puedo decir estrictamente que sean comida (aunque para mí esto es una cuestión puramente semántica, y como tal, absurda. Además en cualquier caso, siguirían siendo comida potencial ¿no? Por cierto ¿qué sabor tendrá un pez de colores? ¿Sabrán a fruta?). Con todo, son el animal más parecido a un salvapantallas que hay en la naturaleza. Entiendo que haya que tener un cristal para que no se escape el agua pero sinceramente ¿qué sentido tiene tener un animal que no puedes tocar? Hazme caso, es mejor un salvapantallas animado. Además, estos tienen la ventaja de que no le tienes que cambiarles el agua (y bueno, que si te aburres de ellos siempre los puedes cambiar por unas tuberías de colores o algo así.

Ladillas. Lo siento, por mucho que estiremos el concepto, no son mascotas. Y ve al médico a que te recete algo, anda.

Bien, pues yo creo que con esto estaría lo principal. Sé que me dejo bichos fuera, pero el que quiera algo más raro, que busque en la wikipedia. Ahora, la verdad es que no sé si esta sería la mejor entrada para alguien que está pensando en comprar una mascota. No parece que trate de animaros ¿no? Mejor, el que quiera una que sea ya sabiendo los inconvenientes, no queremos arrepentidos luego.


En la imagen, una piedra mascota. Tienen la ventaja de un bajo mantenimiento y de ser relativamente poco peligrosas (salvo en caso de ser arrojadas). Por otra parte, son al menos tan cariñosas como una serpiente, tan alegres como una tortuga y bastante más acariciables que un pez. Y no me lo estoy inventando, realmente existen*.

Nota: ningún animal ha sufrido daño durante la realización de este post. Al menos no directamente, claro. Aunque solo sea porque la mayoría no saben leer y no puedo herir sus sentimientos. Bichos estúpidos...


*Si alguien se pregunta por el mono de la documentación (al ver que la imagen tiene relación más o menos con el tema de la entrada) dice que el tono general del post le ha ofendido y por eso ha decidido no colaborar en ella. Por otro lado, no tengo claro que a un gorila africano de 200 kilos se le pueda llamar mascota, no sé por qué se siente tan ofendido...

viernes, 4 de abril de 2014

Lo de los auriculares (y 2)

Bueno, acabemos con esto. En la entrada anterior hablé un poco sobre los tipos de auriculares que hay para, introducir el tema. En esta comentaré mis preferencias y por qué opino que no es necesario gastarse una cantidad enorme de dinero en unos. Ruego paciencia, esto va a ser un pelín largo y con pocos chistes (si a alguien no le interesa este tema puede pinchar aquí y volver a leer la vez que me hice un TAC, que en contra de lo que pueda parecer, es bastante divertido).

En primer lugar quiero aclarar que no soy experto en sonido, más que nada por si entra aquí alguien desde Google y tras leer la entrada me lo echa en cara (los que lean este blog habitualmente seguro que se dieron cuenta hace tiempo). Lo que sí que es cierto es que me gusta la música y llevo auriculares el 90% del tiempo (aunque no siempre con música, bastante es escuchando podcasts o radio convencional). La música que suelo escuchar es básicamente rock y blues (desde los Stones a Eric Clapton pasando por AC/DC, Metallica y muchas cosas que seguramente no conocéis) y me gusta hacerlo a buen volumen. La mayor parte de la música la escucho desde un iPod Nano y a veces desde mi Sony Xperia Z1, normalmente en casa y a veces por ahí, por lo que me interesan los auriculares cerrados para no molestar a nadie cuando escucho thrash metal a todo volumen (creo que olvidé hablar de auriculares abiertos y cerrados en mi entrada anterior, mierda). Siempre en mp3 ("blasfemia" escucho gritar a los audiófilos) si bien procuro que sea al bitrate más alto posible. 

Bien, con esto creo que ya podemos entrar en materia.

Siguiendo con el tema de la entrada anterior, supongamos que por el motivo que sea, te quieres comprar unos auriculares. Como cualquier toma de decisión que implique coste (es decir, dinero) lo suyo es tomarla asumiendo unos criterios racionales. Si quieres entrar en YONOSOYTONTO y comprarte lo primero que te entre por los ojos, por mí bien. Pero vamos, en ese caso te puedes ahorrar el resto de la entrada.

Lo primero que te tienes que plantear a la hora de comprar unos auriculares es qué escuchas. Uno tiende a pensar que hay auriculares que suenan 'bien' y auriculares que suenan 'mal', y que normalmente a más precio, mejor sonarán. Pues bien, esto sería simplificar tanto el escenario que podría ser (y en no pocos casos) falso. Los expertos defienden que hay auriculares que suenan mejor para rock y auriculares que suenan mejor para clásica, por poner un ejemplo. No voy a entrar a detallar esto, mi consejo sería probarlos si es posible (lamentablemente en muchos casos no lo es). O al menos documentarse un poco por internet.

Lo segundo que quizás sería necesario plantearse es cuánto dinero estás dispuesto a gastarte. Porque vale que gastarse mucho no sea siempre una garantía de buen sonido, pero obviamente si tu presupuesto son 10 euros te vas a ver seriamente limitado en cuanto a capacidad de maniobra.

Muy relacionado con la anterior es que te preguntes qué capacidad auditiva tienes. Quiero decir, si tienes el oído musical de un ladrillo (y hay mucha gente así) no te recomiendo que te gastes mucha pasta porque sinceramente, la estás tirando a la basura. Si lo que vas a escuchar son podcasts, música en mp3 a bajo bitrate o grabaciones muy antiguas (que ya de por sí vienen grabadas en unas condiciones muy deficientes) tampoco te merece la pena gastarte 50 euros en unos auriculares.

Finalmente, y de nuevo muy relacionado con el punto anterior, es cuánto estás dispuesto a pagar por parecer más molón. Y no trivialicemos esto. Vivimos rodeados por el diseño. Mucha gente se compra un coche fundamentalmente porque es bonito (aunque luego intelectualice mucho su decisión). No digo ya nada de las motos, donde las prestaciones puras van a menudo muy por detrás del aspecto (yo mismo tengo una custom, sé de lo que hablo). Las cosas que nos gustan nos hacen sentir bien, y una parte muy importante es que sean bonitas. Además, de un tiempo a esta parte los auriculares se han convertido en un complemento de moda y no me parece completamente mal (a fin de cuentas es algo que cada vez más gente lleva por ahí en público). Lo que hay que tener en cuenta es que esto no sea como comprar una silla de diseño realmente espectacular pero muy incómoda (que si es para mirarla, bien, pero si piensas sentarte en ella, no me parece buena idea). En la mayoría de los casos, se suele buscar un compromiso entre diseño y función. Es decir, que mole lo suficiente sin dejar de ser utilizable para su uso. Otra cosa bien distinta es que gente como Beats By Dre te trate de estafar con auriculares de 300€ que suenan a caca (la crítica parece ser unánime en esto) solo porque gente como Justin Bieber los llevan por ahí (fuente). Yo mismo estuve a punto de picar con unos Marshall que me parecieron bonitos y pensé que sonarían bien para el rock'n'roll pero parece que no (podéis leer un análisis aquí).

Para terminar esta larga introducción, durante las últimas dos o tres semanas he dedicado mucho tiempo a investigar por internet para conseguir información. He visitado desde auriculares.org hasta Old & Newsound pasando por cualquier cosa que encontrara por google. Mi conclusión es que todos apestan. Vale, se aprende un montón (y eso que yo ya sabía algo) pero cuesta mucho separar el grano de la paja. Para empezar en los foros ni te molestes por preguntar por nada que cueste menos de 150€ porque te van a ningunear (o mucho peor, tratar con condescendencia). Si te gastas 300, mucho mejor. Y conste que yo esto lo entiendo. La gente de esos foros son fanáticos del sonido e invierten grandes cantidades en su pasión. Por otro lado hay una estrategia mental llamada disonancia cognitiva que hace que cuando gastas mucho dinero en algo pienses que ha merecido la pena y son los demás los que son idiotas por no verlo. A nadie le gusta pensar que es idiota y está tirando el dinero. En cualquier caso, para ser coherente con este nivel de frikismo es necesario escuchar música en FLAC en lugar de MP3 y utilizar reproductores de alta fidelidad que pueden costar de 350€ a 1.200 según tu nivel de exigencia. Si queréis saber mi opinión, es demasiado para algo que se te puede caer al suelo en cualquier momento.

Los blogs de tecnología que hacen reseñas no son mucho más útiles, porque la mayoría de ellos no pagan por los auriculares, por lo que cuando dicen que unos auriculares de 300€ suenan muy bien, no se plantean si suenan 150€ mejor que unos que valgan la mitad o cuatro veces más que unos de 75€. Y esta es una reflexión que yo recomiendo hacer siempre (vale también para pedir vino ¿realmente ese vino de 30€ estará tres veces mejor que el de 10? Y así con todo).

A mí al final lo que más me valió fue hablar con un par de técnicos de sonido que conozco, y ese es el motivo de esta entrada tan larga: transmitir mis conocimientos prestados (la mayoría de gente lo más técnico con lo que puede hablar es un dependiente de Media Markt que probablemente no sepa lo que es la impedancia*).


Al turrón


Dicho todo esto, para la mayoría de la gente suele ser suficiente con unos auriculares cómodos y que no suenen demasiado mal. Tengo una buena noticia: los Sennheiser MX 170 de botón de los que hablé en la entrada anterior suenan bastante bien por unos diez euros. Por otro lado, si decides comprarte un cacharro de apple descubrirás que sus nuevos auriculares han pasado de ser normalitos (y no digo que nunca estuvieran mal) a muy buenos (como ya decía Jatz Me en los comentarios del post anterior) lo que ha sido una verdadera sorpresa. Siempre que no te importe que sean blancos (¿qué le pasa a esta gente con el blanco, es que son del KKK? Opino que igual que puedes elegir el color del reproductor se tendría que poder optar al menos por un negro más discreto) o que sean asimétricos (es decir, que están diseñados de tal manera que el derecho solo se puede poner en el oído derecho y el izquierdo en el izquierdo). A mí tengo que decir que esto sí que me pone un poco nervioso (nunca acierto a la primera con el auricular que me tengo que poner).


Si los prefieres de tapón (por ejemplo para disfrutar un mejor sonido o para aislarte más de un exterior ruidoso) durante mucho tiempo he usado los CX 300-II, también de Sennheiser, y la verdad es que suenan realmente bien, aunque en mi opinión llevan pocos tapones de goma (esos mamones tienen tendencia a perderse) y solo de un tamaño. Los últimos que tuve tenían solo dos pares, ignoro si han mejorado esto. Aquí ya nos metemos casi en los 50 euros, eso sí.

Después de eso probé unos RHA 450i -de los que también podéis ver una foto en la entrada anterior-  por eso de que hay que probar cosas y de que leí una reseña estupenda en microsiervos que me hizo lanzarme inmediatamente a comprarlos en la tienda de Apple (un día tengo que contar esta historia) y la verdad es que aunque el mando incorporado me encantó (vale tanto para pasar canciones como para controlar el volumen, aunque solo funciona para reproductores de Apple, aviso) y estos sí que tienen un montón de tapones de goma de distintos tamaños, el sonido no acaba de ser ideal para la música que yo escucho (potencia poco los bajos). Para cosas más acústicas van algo mejor, ignoro como irán para jazz y electrónica (aunque sospecho que bien y mal respectivamente).


Después de esto decidí pasar tímidamente a algo más grande y probé los AKG K430 supraaurales (y plegables) muy parecidos a los K451 de los que puse foto. El sonido era muy bueno sin llegar a ser brillante. El aspecto, por desgracia, nunca me convenció. El mando incorporado se limitaba al volumen lo que me pareció un paso atrás respecto a los RHA. La comodidad de uso es un tanto subjetiva, pero tengo que decir que me apretaban un poco. Eso sí, la posibilidad de doblarlos supone una ventaja para su transporte salvo por el hecho de que eran tan feos que preferías que no se vieran por ahí (ahora han mejorado un poco).

También tengo unos Sennheiser de deporte para usarlos en el gimnasio, de los que lo único que voy a comentar es que solo los uso allí porque el tipo de enganche (son de los que cuelgan de la oreja con un gancho) no me acaba de gustar y me terminan haciendo daño al rato de usarlos. Además, son asimétricos igual que los nuevos de Apple y ya he dicho que esto me pone un poco nervioso.

Finalmente llegamos al punto actual, en el que decidí que me apetecía tener algo grande de verdad. Obviamente al ser algo más vistoso me parecía interesante que tuvieran buen aspecto (y voy a confesar que este no era un punto secundario, suponía que cualquier cosa bien diseñada sonaría bien; error). Otra cosa que me preocupaba era el volumen, y aquí me temo que me voy a poner un poquito técnico.

En todos los auriculares que he tenido siempre he echado en falta algo más de volumen. Cuando uno busca unos auriculares puede encontrar en la caja (o en la web) unas especificaciones que teóricamente le ayudarán a saber por qué está pagando más dinero. Es falso, la verdad es que la mayoría de información es inútil. En primer lugar está la frecuencia de respuesta. Un oído humano normalmente percibe entre 20 y 20000 Hz, por lo que puedes dejar de preocuparte por esto (la mayoría de los auriculares amplían este rango por arriba, por debajo o ambos. Luego la sensibilidad, que debería indicar el volumen que son capaces de alcanzar pero que al parecer es un dato en el que las marcas suelen mentir tanto como las de coches en el consumo medio (lo leí por ahí, lamento no poder aportar la fuente). Te puede interesar la longitud del cable , eso sí (si los piensas usar como yo para dispositivos portátiles, cualquier cosa por encima de 1.2 te va a molestar; es habitual en auriculares tipo estudio o DJ encontrar cables larguísimos). Y luego, claro está, tenemos la impedancia.

La impedancia es el quid de la cuestión, la madre de todos los números. Indica la resistencia eléctrica del auricular y se tiende a pensar que a mayor valor mejor sonido. Bien, esto es falso para empezar ("lo ideal siempre es que un aparato ofrezca la mejor resistencia", me explicó un técnico) pero en el caso de los dispositivos portátiles (reproductores de mp3 y móviles) es directamente al contrario: menos es más.

Unos auriculares con un valor de impedancia más alto necesitan más electricidad para moverlos, lo que hace que agoten antes la batería y -mucho más importante- alcancen un menor volumen. El drama es que la mayoría de auriculares grandes tienen de 32 para arriba (para que os hagáis una idea, los auriculares normales para mp3 suelen tener 16). Los de estudio, DJ o audiófilos pueden tener valores mucho mayores sin preocuparse porque ya se supone que vas a tener un buen amplificador trabajando para ellos, con lo que nos podemos encontrar tranquilamente con monstruos de 70, 120, 250 e incluso 600 (los técnicos de sonido sabrán para qué).

Para solucionar esto hay unos amplificadores portátiles para mp3, que se conectan entre el auricular y el reproductor. Los más potentes vienen a tener el tamaño de un iPod classic (lo que personalmente me parece enorme, especialmente si lo que estás usando es un iPod nano) aunque encontré uno, el FiiO E06 que es muy pequeño (justamente del tamaño de un iPod nano de la generación anterior, el cuadradito) muy ligero y no demasiado caro (unos 30€). Tuve la oportunidad de probarlo durante unos días (bueno, en realidad era el E05, un modelo anterior) y mis sensaciones fueron contradictorias. Es cierto que da algo más de potencia aunque no mucha. Con auriculares de 30 Ohmios o algo más puede funcionar, pero los usé con unos AKG 240 Studio de 55 Ohmios y definitivamente se quedaba corto. A cambio, poner un ampli entre el auricular y el reproductor anula la opción de usar el mando a distancia para pasar canciones** y supone una complicación innecesaria. Mi veredicto general es que no compensa (lo que no quita para que no descarte terminar comprándome uno si veo una buena oferta porque tampoco está mal tenerlo para cuando alguna vez te apetece algo más de tralla o para grabaciones que tengan bajo volumen).


Los Sennheiser Momentum over-ear (circumaurales o "grandes"). No diréis que no son preciosos.

Por suerte, hay modelos de auricular que tienen en cuenta esto del audio portátil y fabrican directamente pensando en este tipo de uso. Después de mucho estudiar me quedé con los Sennheiser Momentum (que son la cosa más bonita que he visto desde Scarlett Johansson) y con los Beyerdynamic Custom One Pro (que son un pelín más macarras pero al parecer tienen unas prestaciones fabulosas). Los primeros tienen versión over-ear y on-ear (o sea, grandes y pequeños) ambos con una impedancia de 18 Ohmios. Los Beyerdynamic llegan hasta los 16. El problema en todos ellos, el precio: unos 300, 200 y 160 euros respectivamente.

Los Beyerdynamic Custom One Pro. Son customizables, por cierto (de ahí el nombre). Por si te parece que no te han costado bastante dinero.

Llegados a este punto y envuelto en un mar de dudas, tuve la oportunidad de hablar con un técnico de sonido que me dijo literalmente "mira, no te gastes 200 euros en unos auriculares: no vas a notar la diferencia". Es más, me dijo que me dejaba unos suyos de 50€ y los que tenía para trabajabar (unos AKG de 200€) y que si era capaz de notar la diferencia ya me podía gastar tranquilamente lo quei quisiera. La verdad es que noté la diferencia. Los caros me gustaron menos.

Esto tiene una explicación, obviamente. Unos auriculares de estudio están pensados para que el sonido sea fiel a la realidad, para advertir imperfeciones. Pero no para tener un sonido vibrante escuchando un directo de AC/DC. Ignoro el motivo de que una grabación que está hecha por técnicos de sonido y ecualizada por profesionales no puede sonar perfecta en unos auriculares de sonido plano, pero es así. Al parecer el dios de la música se mueve por caminos misteriosos.

Después de probarlos un par de días decidí hacerme con unos auriculares como los suyos, unos (wait for it) Panasonic RP-HTX7 con un aspecto retro tan bonito casi como el de los Momentum y más cómodos que los Beyerdynamic (que definitivamente son demasiado grandes para llevarlos por ahí -no me probé esos, pero sí unos similares). Son terriblemente cómodos, muy ligeros y suenan de miedo, con la ventaja añadida de que al ser totalmente cerrados tienen un volumen tan alto que no necesito llevarlos a tope a pesar de tener una impedancia de 40 ohmios  (lo que evita la necesitad de un ampli, además). El el lado negativo, no tienen mando en el cable, lo que es algo que puede tener más o menos importancia según los gustos (ver de nota al pie). Con todo, me costaron unos 40€ (comprados por internet, transporte incluido), lo que me parece un ahorro suficiente para pasar por alto pequeñas carencias (como que no tengan cable de repuesto o bolsa de transporte como modelos superiores).

Panasonic RP-HTX7 (foto by Magnus D) Disponibles en varios colores. Son más bonitos en directo que en foto. Y lo mejor es que suenan bien.

Ahora como conclusión final, la verdad es que no sé si estoy tan satisfecho por la disonancia cognitiva o por haber esquivado la bala de palmar un dineral en unos auriculares. Probablemente malgaste lo que me he ahorrado en otra tontería (soy caprichoso, matadme) pero en un momento dado me pregunté "¿de verdad quieres ser el tío que se gasta 300€ en unos Sennheiser Momentum Over-ear (que son los que me hubiera comprado si de verdad el dinero no hubiera sido un problema) que te va a doler ponerte por ahí por si se te estropean o pierdes?". La verdad es que la mayoría de reseñas eran buenas (aunque en alguna le ponen pegas al sonido de los bajos) pero ¿de verdad 300€ TAN buenas? No lo sé  -no tuve ocasión de probarlos-  pero lo dudo. Mi segunda opción era la versión On-ear, 100€ más barata pero que en mi opinión tiene la desventaja precisamente de no cerrarse alrededor de la oreja, con lo que supongo que ni aislan bien ni son tan cómodos. Y al final estéticamente me parecían una parodia de los auriculares retro que trataban de imitar. Con todo esto estaba planteándome seriamente los Beyerdynamic como alternativa hasta que me di cuenta que eran demasiado over-ear (es decir, grandísimos -ver foto). Unos auriculares así no pueden ser cómodos de sacar de casa y sospecho que terminan quedándose en un cajón. Por otro lado, no me apetecía gastar tanto en algo cuya estética no acababa de convencerme.

Bueno, pues esto sería todo. Espero que me disculpéis la brasa que os he metido, pero después de tres semanas buscando información sobre auriculares me tenía que quitar esta mierda de encima. Y bueno, si le he podido servir de ayuda a alguien que esté buscando unos buenos auriculares, pues oye...

Imagen de archivo puesta por el mono de la documentación sólo para compensar el tochaco. Igual tenía que haber puesto también un maromo, pero dice que de eso no entiende, que le parecemos todos una cosa a medio cocer.

*Me ha pasado.

**A mucha gente le puede parecer absurdo un mando a distancia en el cable cuando utilizas un reproductor portátil, pero lo cierto es que la mayoría de veces que escuchas música lo vas a llevar en un bolsillo, por lo que es mucho menos accesible. La opción de pasar de canción sin sacarlo cada vez del bolsillo me parece realmente útil.