miércoles, 30 de julio de 2008

Cuestión de gustos

Me he estado informando y al parecer sobre gustos no hay nada escrito. Pues ya va siendo hora, no? (Y en la biblioteca del Departamento de Estética de las facultades de filosofía que tendrán? ¿Cintas?)

En primer lugar tengo que aclarar que yo soy relativista (es decir, que creo que a velocidades cercanas a la de la luz los objetos se comportan de manera extraña y que no hay verdades absolutas) y que como tal no soporto a la gente que sienta cátedra en sus opiniones (lo cual, automáticamente conlleva que las mías propias deban ser tomadas con la misma precaución, ya os lo digo yo). A mi me divierten como al primero las discusiones de frikis (que son una especie conocida por ser fundamentalmente dogmáticos) en las que se pueden escuchar cosas como 'Mcfarlane es Dios', 'Kevin Smith es Dios' o 'tú no tienes ni p*t* idea'. Pero claro, a los frikis nadie los toma en serio, excepto quizás ellos mismos (y puede que ni eso), y seguramente es por esta manera de argumentar. Los gafapastas son más complicados en este aspecto. Porque claro, un tío te dice que 'Las pelusas de mi ombligo' es mejor que el Spiderman de Straczynski, y a ver como le rebates eso. Yo al menos no pienso leerme algo llamado 'Las pelusas de mi ombligo para demostrarle que está equivocado. Y 'La insoportable levedad del ser' ya ni te cuento.
Y aquí es donde está mi problema claro. Porque si te gustan Bergman o Mahler, seguramente no necesites ser relativista. Vamos, que te la trufa todo. Pero es que a mí me gustan AC/DC y los tebeos de superhéroes. Y entonces ya lo llevo un poco peor, claro.

Pero es que además hay otra cosa. Es que mis gustos cambian. Yo le llamo 'el síndrome del queso de bola'. Cuando era pequeño pasaba el verano en un chalet con mis tíos. Un año mi tía dijo que había traído el queso que tanto me gustó el año anterior (y que yo no recordaba haber probado). Ni que decir tiene que me horrorizó. Desde entonces unos veranos me gustaba y otros no (en invierno ni lo probaba, supongo que mi madre pasaba de arriesgarse a comprarlo y tener que comérselo ella). Pues esto me ha pasado siempre. Hay cosas que no me gustaban y que un día me encantan, y viceversa. La primera vez que vi Kill Bill me horrorizó, la segunda vez me gustó (estoy deseando volver a verla para hacer un desempate) Esto, obviamente me hace ser cauto en mis opiniones. A menudo me cuesta decir que 'x es una p*t* obra maestra' porque no estoy seguro de que la próxima vez que la vea me guste tanto. Yo soy mucho más de decir 'cuando la vi me gustó'. O -mucho peor- 'la primera vez me gustó, pero la volví a ver hace poco y creo que no era para tanto'. Ni que decir tiene que trato de ocultar estos cambios de gusto ante la mayoría de la gente, porque me convierten automáticamente en alguien sin criterio; cambiar de opinión está muy mal visto en esta sociedad. Y sobretodo la estabilidad está sobrevalorada.

Pero esto no es así con todo, claro. No creo probable que de un día para otro me dejen de gustar las mujeres. Y desde luego creo que el solomillo va a ser una de mis carnes favoritas durante mucho tiempo (y aún así soy incapaz de decir que sea mi plato favorito, porque depende del día). Consecuentemente soy incapaz de hacer listas, lo que me molesta porque es como muy friki. Las diez mejores películas, los diez mejores libros, las diez mejores canciones... (¿alguien ha visto 'Alta Fidelidad'?; allí era incluso más exagerado) es que no creo que tal cosa exista, francamente. Yo tengo un iPod de 30 gigas y siento profundamente no tener uno mayor. Porque es que nunca se que me va a apetecer escuchar. A veces quiero escuchar a los Planetas a veces a Anthrax y a veces a Marlango. Pero tampoco puedo borrar a Diana Krall por que nunca se sabe. No puedo hacer una lista de los diez mejores de nada porque no se a quien voy a querer quitar o poner mañana.

Es por esto que, a pesar de que odio los refranes, no puedo estar más de acuerdo con la sentencia 'para gustos colores'. Y es que no puede ser más cierta. Porque a pesar de que hay colores tan bonitos como el rojo o el naranja, seguro que hay un montón de inconscientes a los que les gusta el verde. Y aunque estén claramente equivocados, ello no me permite darles una paliza por su pésimo gusto (si habláramos de partidos políticos o equipos de fútbol, hay gente que opina que sí, pero eso sería otro tema).

De la misma forma, hay gente a la que le gusta el queso y gente a la que no. Gente a la que le gusta el salmón ahumado y gente a la que no. Y ello no les hace mejores ni peores que nadie.

Hay veces que te apetece un lenguado menière o un magret de pato, y otras en que lo que quieres es una ración de morro y unas bravas o una hamburguesa del McDonald's. Es así de sencillo.

Y sin embargo, cuando te pones a hablar de cine, música, libros o cómic, la cosa se complica. Porque claro, es difícil hablar de 'Cayo Largo' en los mismos términos que 'Predator'. Y eso que a mí me gustan las dos. Cuando tengo que defender 'La jungla de cristal' contra cualquiera de Egoyan pues empiezo a tener problemas. Y en música ya ni te cuento. Trata de defender las virtudes del Skate punk ante un fanático de Tom Waits y verás lo que te digo. ¿Porqué hay gente que tiene la necesidad de demostrar que sus gustos son mejores que los de los demás? Es que no lo entiendo.

Por eso en mi opinión, todo está bien. ¿Que disfrutas con Los Serrano? Pues me alegro. ¿Que te gustan los culebrones? Pues vale. Si es que tiene que haber de todo. Probablemente tengamos muy poco que hablar, pero respetaré tus gustos. Porque a fin de cuentas a mí me gustan un montón de cosas que no soy capaz de defender delante de nadie. Pero a mí me gustan, y con eso me vale.

Es decir, no todo vale. Hay cosas mejores que otras. Dicen que fue Sturgeon el que dijo que el 90% de la ciencia ficción es basura*. Y probablemente sea verdad. Lo que pasa es que disfruto más con ese 90% que con [inserte aquí tipo de literatura culturalmente más aceptada]. Probablemente disfrutaré más con cualquier novelucha de ciencia ficción por mala que sea anque que con una profunda novela aplaudida por la crítica, de gran calidad artística y con unos personajes que maduran y tratan de encontrar el sentido a su existencia... creo que me entendéis. Obviamente hay obras buenas y malas. Pero es difícil para mi decidir cuales son las de cada tipo cuando me apetece más ver una película de acción que 'Ciudadano Kane'. Así que no puedo echarle en cara a nadie que le gusten cosas que personalmente me desagradan. Soy relativista, tengo que aguantarme. Eso sí, no intentes restregarme por la cara tus gustos culturalmente elevados, porque entonces si que me estás tocando los h**v*s. Si te gusta porque disfrutas con ello, no eres mejor que yo. Si te gusta porque piensas que es mejor, eres un p*t* snob.

Y una vez puesto esto en claro, ya podemos empezar a hablar sobre gustos.




PD: Y para que no se diga que no soy relativista, ahí va la opinión de alguien que está en completo desacuerdo conmigo.
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*En realidad al parecer en una entrevista le echaron en cara que el 90% de la ciencia ficción** fuera basura y contestó tranquilamente que el 90% de todo es basura, lo que como respuesta no está mal.

**Theodore Hamilton Sturgeon era un escritor de ciencia ficción. Y no precisamente uno de los malos.

lunes, 21 de julio de 2008

La piratería acaba con Xbox


Bien amigos, es un hecho: la Xbox se va a la mierda (y es posible que detrás toda Microsoft, pero de eso ya no estoy seguro). Y me explico.

Durante estas vacaciones he estado en una de esas islas del territorio español que salen en un recuadrito abajo a la izquierda según se mira el mapa del tiempo, pero que luego resulta que están lejísimos (para mí tres horas de viaje vienen a ser el límite de lo razonable para llegar a cualquier sitio; más aún si dos horas antes tienes que estar en el aeropuerto tomando bocadillos resecos a precios abusivos para poder facturar, y la media hora siguiente a la llegada te la pasas apretando el culillo delante de la cinta por si te han perdido las maletas). A esas islas que decía, la gente antes iba –aunque no exclusivamente, supongo– a comprar productos varios aprovechando que estaban mucho más baratos, pero se supone que ya no vale la pena. Al menos el empleado de la agencia nos dijo que en productos electrónicos ya no valía la pena, si acaso en perfume y tabaco. Bueno, yo desde luego compré perfume y tabaco. Y unas gafas de sol de una marca que no me puedo permitir y bastantes prendas de ropa que en las rebajas no había visto tan baratas... en fin. Diré en mi defensa que no compré nada que no necesitara. También tengo que decir que mi lista de ‘cosas que necesito’ depende bastante de mi estado de ánimo y de lo que esté viendo en ese momento, pero ese sería otro tema. Pues bien, digamos que arrastrado por una especie de arrebato consumista y aprovechando que necesitaba una nueva tarjeta de memoria para mi cámara digital, decidí acercarme a una tienda especializada en basura tecnológica para preguntar el precio de alguna consola. Aquí tengo que hacer un paréntesis.

La verdad es que llevo bastante tiempo deseando comprarme una nueva consola, pero no me acababa de decidir. Me llegué a plantear una Playstation 2 –por el precio, mayormente-, pero me daba nosequé comprar una consola muerta (llamadme aprensivo, pero me daba miedo que saliera por la noche a devorar cerebros). En realidad lo que yo quería era una Playstation 3, pero el precio me echaba un poco para atrás. La verdad es que he tenido un MSX, una Super Nintendo y una Playstation (la uno, que igual que la Guerra Mundial, hasta que salió la segunda nadie vió necesario ponerle número), y de los tres sistemas el que más satisfacciones me ha dado ha sido el último (oh si, esas cargas en cassette del Hit-bit tenían mucho encanto... pero compensaban poco), así que no veía necesidad de cambiar.

Por desgracia, llevo un tiempo aficionado a un par de podcast sobre videojuegos (Game Over y Arcadia Gamers, a lo mejor os suenan; claro que también es posible que no) que no parecen ser muy fans de Sony (de hecho diría que en el segundo son X-boxers declarados). Esto en principio me mosqueó un poco y finalmente me obligó a analizar la situación. Vale que no entendía que se atacara de esa manera a una marca que se había convertido en sinónimo de consola (todo el mundo sabe lo que es una Playstation, pero pregunta a cualquiera como se llama la consola de Microsoft y lo meterás en un lio) pero tuve que reconocer que quizás una cierta animadversión hacia Microsoft me había hecho soslayar con demasiada rapidez una consola que parecía interesar a los entendidos. Analicemos pues.

El precio. Parece haber un acuerdo generalizado en que La Wii de Nintendo se vende a un precio que no parece justificado por lo que ofrece a cambio (tanto en tecnología como en catálogo). Sony tampoco creo que sea conocida por vender barato, y por otro lado ha sido la última en llegar y su tecnología es la más avanzada, así que me temo que va a estar intratable durante un tiempo. A día de hoy en la web del Corte Inglés (quizás no sea el sitio más adecuado, pero es el que me pillaba más a mano) encontramos una Playstation con disco duro de 40GB por 420€, mientras que podemos llevarnos una Xbox por escasos 300€ (incluso por 200 si nos contentamos con la versión Arcade). Punto para Xbox. Por si a alguien le interesa, una Wii se puede encontrar al precio de amigo de 250€. No está mal para una consola de la generación anterior.

El catálogo. Bueno, si la consola la quieres para juntarte con amigos que no saben quien es Solid Snake y hacer el chorra delante de la consola de vez en cuando los sábados por la noche, sin duda Nintendo es lo tuyo. Aparte de una gran campaña de marketing, tienen un mando revolucionario... de escasa precisión. Si, lo he probado y no me interesa. Pienso que si de verdad te gustan los videojuegos la decisión está entre Playstation 3 y 360, y me temo que actualmente la consola de Microsoft gana por goleada. Nos encontramos muchas más joyas entre los juegos exclusivos de la Xbox que en la consola de Sony. Punto para Xbox.

Estooo... copias de seguridad. Una semana antes de irme de viaje me encontré con un amigo que tenía la Xbox y hablaba maravillas de ella. ‘Es superfácil de piratear, debo de tener ya unos ochenta juegos y me sigo bajando...píllate una y te los grabo todos’ Bien, amigos, se que a todos nos parece mal la piratería... pero como ya he comentado anteriormente (en otro post), ahora ya pagamos un canon por los CD’s vírgenes, sean para lo que sean. En realidad, también por comprar DVD’s, discos duros, ordenadores... (¿se pagará canon también por el disco duro de una consola? Supongo que sí) Me parece que si pagamos una multa por piratear cosas hacer copias de seguridad es que es legal, ¿no? No tendría sentido que me penalizaran por algo que de todas maneras no puedo hacer. Bueno, no sé. A mí todo esto me lo dijo un demonio pequeñito que apareció en mi hombro izquierdo. Creo que tenía que haber aparecido un angelito en el hombro derecho, pero me parece que tenía el día libre o algo. Por otro lado, al parecer la Play no es pirateable (de la consola de Nintendo no sé nada, se ve que nadie se ha molestado; ¿para qué? no tiene juegos...) Otro punto para Xbox.

Fin del paréntesis. Con la decisión ya tomada, me acerqué al mostrador y le pregunté a la vendedora sobre el precio de la Xbox.

-¿Xbox? No tenemos, las hemos devuelto todas.

-¿Y eso?

-Es que no se venden. Las Wii se las llevan como churros, pero las 360 las teníamos aquí muertas de risa. Además deben de ser muy fáciles de piratear porque no vendíamos ni un juego.

-Si, estoo... algo he oído por ahí –creo que hasta mi demonio parecía avergonzado.

-Pero claro, si teníamos consolas nosotros teníamos que tener un stock de juegos aquí para ofrecer a los clientes. Pero solo nos ocupaban sitio. De la Play 3 si que vendemos juegos. Ésa si que la tenemos, te puedes lleva una.

-Ya, pero es que tengo entendido que el catálogo de la Xbox es mucho mejor.

-Eso si...

Bueno, yo no soy periodista, pero como no quería arriesgarme a que se tratara de una decisión extraña tomada solo en una tienda me paré en otra. Tampoco tenían Xbox. Solo Play 3 y Wii. Bueno, pues noticia contrastada (es más de lo que hacen los de la prensa del corazón, ¿no?). De hecho podría incluso analizar la noticia. Ahí vamos. No creo que la mayoría de gente se informe tanto como yo antes de elegir una consola, así que pueden no saber que no están comprando la mejor consola del mercado. Y tampoco creo que la mayoría de gente que tiene pasta como para comprase una consola piense en piratearla y bajarse juegos de internet (claro que a lo mejor sí, en esto puedo equivocarme). Y sobretodo, creo no es un secreto que España (creo que de hecho toda Europa) es territorio Playstation. Ahí va mi pronóstico: los casuals –jugadores no habituales– van a comprar Nintendos (aunque luego no van a jugar con ellas más que un par de veces, estoy seguro), los harcore gamers –consumidores de shooters, juegos de lucha, cualquier cosa que necesite la compra de una guía para saber como c*j*n*s se mata al final bossvolverán a comprar Playstation. Además, por el mismo precio tienes una consola y un reproductor que Blue Ray ¿qué más se puede pedir? Conclusión: la Xbox se va a la mierda. He dicho.

Blanco Humano para Noticias desde la Antártida, una vez más anticipándonos a los hechos.

Actualización: este post ha sido colgado también en el blog de game over (que fue la intención con la inicialmente fue escrito, aunque luego como me gustó, decidí colgarlo también aquí), así que si después de leerlo aquí, quieres volver a leerlo allí... pues ya te vale, francamente. Definitivamente mi plan de dominación mundial marcha según lo previsto... HA-HA-HA (risa maligna).

jueves, 17 de julio de 2008

La explicación que os debo... parte II.

Bueno, pues ya he vuelto de mis vacaciones. En realidad, he vuelto del viaje, que de vacaciones pienso seguir hasta fin de mes, aunque ya en mi casa (no hay nada como el hogar). No tengo ganas de hacer una crónica extensa sobre el tema, así que solo voy ha hacer un par de puntualizaciones.

1º. Lo de la flema británica es un mito. Quítale a una inglesa la tumbona y verás como no es cierto que todos ingleses son fríos y educados (y que el gesto de la ‘v’ de la victoria si se hace al revés es algún tipo de taco).

2º. Que en un hotel te dejen comer todo lo que quieras no es bueno. De hecho, si te dejan comer todo lo que quieras, puedes estar seguro de que no te va a apetecer.

3º. En verano es conveniente beber mucho líquido, pero es recomendable que parte de él no lleve alcohol. Y no, el hielo no cuenta.

4º. El voley-playa está sobrevalorado, hay que reconocerlo. Eso, si, cualquier deporte que se practique en bikini e implique dar saltitos tiene todo mi apoyo.

Y 5º. Estar una semana sin internet no solo no es malo, sino que incluso puede que sea sano. Lo malo es lo que tardas en volver a ponerte al día de todo.

Ahora si ustedes me disculpan, voy a retirarme un ratito, que eso de las vacaciones cansa un montón.

Permanezcan atentos.