miércoles, 31 de marzo de 2010

Enano Rojo: la serie.

Estoy de vacaciones. Eso debería implicar que tengo más tiempo para postear, pero como me conozco como si me hubiera parido he programado esta entrada por si acaso...

Descripción de la escena: Lister trata de animar a Rimmer que acaba de recibir una carta de su madre -con algo de retraso- dándole la noticia de que su padre a muerto. Lo que de todos modos no parece tener demasiada importancia teniendo en cuenta el hecho de que toda la especie humana se extinguió hace tres millones de años con excepción del único superviviente humano -Lister, recientemente despertado de hibernación- del holograma de Rimmer y de un tipo evolucionado a partir del gato de Lister...



"¿No duermes? Yo tampoco. Recuerdo cuando murió mi padre. Yo tenía 6 años y todos me hicieron muchos regalos como si fuese navidad. Recuerdo que deseé que muriesen más personas para completar mi mecano. Mi abuela trató de explicármelo, ya sabes, me dijo que se había marchado para no volver. Y yo quise saber a dónde, claro. Dijo que era feliz y que estaba en el mismo lugar que mi pez de colores. Así que pensé que lo habían tirado por el wáter...

Pensé que se había atascado en la curva del desagüe. Yo tiraba comida y revistas para que pudiera leerlas. Me llevaron a un psicólogo infantil porque me encontraron con la cabeza en la taza leyéndole los resultados de fútbol..."

(Emocionante monólogo de Lister en el segundo episodio de la segunda temporada de Enano Rojo)




Enano Rojo es uno de probablemente el único motivo por el que me alegro de ser mayor. Era una serie británica emitida por la BBC, una típica locura inglesa. Humor absolutamente absurdo y ciencia ficción, mezclados en un producto tan friki que me cuesta creer que durara tanto. Los ingleses están locos, supongo que ya lo sabíais. La recordaba vagamente de haberla visto en televisión de crío y hace poco la redescubrí por internet. Estoy disfrutando como un enano... Os explicaría más sobre ella, pero es una de esas cosas que o te gustan o las odias, y creo que hay que verla para saberlo.



"Buenas noches. Estas son las noticias del Viernes 27 de [incomprensible]. Arqueólogos cerca del monte Sinaí han encontrado lo que se cree sea una página perdida de la Biblia. La página se fecha por carbono en [Bonn]. De ser auténtica pertenecería al comienzo de la Biblia y se supone que dice así:

A mi querida Candy.


Todos los personajes que aparecen en este libro con ficticios y cualquier semejanza con personas vivas o muertas es pura coincidencia. 

La página ha sido proscrita por todas las iglesias."

Un fragmento de las noticias grabadas de dentro de tres millones de años, en el mismo episodio.


No sé vosotros, pero yo lo encuentro genial.

lunes, 29 de marzo de 2010

Cumpleaños

Hoy es mi cumpleaños. Bueno, en realidad hoy no, porque esto lo he escrito la semana pasada. Ahora mismo estoy hecho un ovillo debajo de la cama diciendo 'estoysuperjovenestoysuperjoven'...

Vale, cumplir años no mola. Molaba hasta que fue legal hacer ciertas cosas que de todas maneras ya estaba haciendo ya (llámame delincuente si quieres...) Reconozco que yo era de esos a los que tener cara de niño no acababa de gustar, así que me gustó que pasara el tiempo hasta tener edad suficiente como para que no parecer un crío. Una vez llegado ese momento, me dejó de parecer útil seguir haciéndome mayor.

Pero tenía un plan perfecto para evitar el paso del tiempo: no madurar. Ahora soy un adolescente atrapado en el cuerpo de un señor mayor madurito interesante. Bien mirado mi objetivo vital siempre ha sido llegar a parecerme al Cloney (bueno, siempre siempre no, antes quería parecerme a Bruce Willis, pero descubrí que para eso me tenía que quedar calvo y pasé). Mira por donde voy camino de conseguirlo. Aunque puede que todo el parecido acabe en lo de ser un adolescente en el cuerpo de un adulto... Y yo ni siquiera tengo un Armani.

A parte de eso, todo genial. Estoy medio estable laboralmente -al menos hasta que vuelva a dejar de estarlo, calculo que en unos tres años- en un sitio donde la mitad de la gente es tan rara como yo, así que les encanta que sea un poco excéntrico. He decidido empezar a dedicar tiempo a todas esas cosas que siempre he tenido aparcadas porque había algo más urgente. A partir de ahora ya no hay cosas urgentes, me voy a dedicar a mi. Eso implica hacer las cosas que me de la gana. Es lo que tiene la edad, que se relativiza todo bastante.

Últimamente hasta me empiezo a caer bien. Al menos a ratos.

Feliz cumpleaños, gilipollas. No sabes la suerte que tienes. Aprovéchala.

(este post es para mí y me hablo como me da la gana, ¿qué pasa? Es mi cumpleaños, cuando sea el vuestro podéis escribir lo que os de la gana en vuestros blogs...)

sábado, 27 de marzo de 2010

Pawnee

Vivo en el oeste, más bien al norte, en las montañas. Aquí el paisaje es tan grande que cuando lo miras se te encoge el corazón. El clima es duro y te hace sentir vivo. Por la noche se ven tantas estrellas que no puedes contarlas. Lo sé porque lo he intentado.

Vive conmigo una chica india. Es mi esposa por un malentendido con el jefe de su tribu al que trataba de venderle unas pieles. Al menos eso me explicó el viejo que me hacía de intérprete, aunque vi cruzarse un par de miradas cómplices que me hacen pensar que el único que no se enteró fui yo. La verdad es que no me importó demasiado. No entiendo una palabra de lo que dice, pero me gusta lo que cocina. Cuando se ríe le salen hoyuelos y sus ojos negros brillan como la luna llena en el fondo de un pozo. Su pelo negro brilla tanto que dirías que te puedes reflejar en él.

Yo me dedico a cazar para comer, y a veces voy al pueblo para vender las pieles y comprar algún vestido para mi india. Disfruto viendo sus ojos emocionados al ver lo que le traigo, aunque tiene un aspecto extraño con esas cosas tan cursis del este. Especialmente porque nunca lleva zapatos.

Por las noches le cuento historias de lo que hacía antes de conocerla y me gusta como me mira embobada aunque no entienda una palabra. A veces pienso que me entiende más que la gente que habla mi idioma. A veces pienso que en realidad entiende todo lo que le digo, y un escalofrío recorre mi espalda. No sé si quiero que sepa tanto de mí.

Pronto llegará el invierno.

jueves, 25 de marzo de 2010

Polvo y termodinámica

Asumámoslo: los tíos no vemos la suciedad. Un tío puede vivir en un piso en el que las ratas se encarguen de acabar con los restos de comida del fregadero sin que le importe. Bueno, exagero. En el piso de un soltero no hay restos de comida, son el desayuno del día siguiente. Sospecho que un tío podría vivir sin limpiar la casa si no fuera porque lo visita su madre (aunque he escuchado de casos espeluznantes en que esta visita es para limpiar), la guardia civil con una orden de sanidad, o alguna mujer con la que tenga posibilidades de intimar (al menos en el caso de encontrar una superficie lo suficientemente limpia donde apoyarse).  No hay testimonios documentados de un tío que haya limpiado nunca para que vayan sus colegas a ver el fútbol o para una timba de póker.

Antes las cosas eran más sencillas. Siempre he creído que el invento del suelo fue una idea de las mujeres. Bueno, seguro que lo hizo un hombre, pero porque se le ocurrió a su mujer. A los hombres ya nos iba bien el suelo de tierra de las cavernas. Vale, no brilla mucho, pero al menos no exige mucho mantenimiento. No hay que limpiarlo. ¿Para qué? Se va a quedar igual... Además, justifica que no tengas que inventar la lavadora. ¿Qué necesidadad hay de lavar la ropa, si luego te vas a tumbar en el suelo? Si, me parece que la época ideal del hombre fue la de las cavernas. Pero en seguida se empezó a complicar todo. Me imagino a la mujer de las cavernas diciendo "¿No crees que esto quedaría mucho mejor con gres?". Y ahí la cagamos. Porque en seguida se tuvo que inventar la escoba.

Pero estoy divagando. Decía que los hombres no vemos la suciedad, y estoy convencido de ello. Puede ser algo ambiental o genético, no lo se. Somos los que cazábamos osos y buscábamos minerales para hacer herramientas. Llevamos un millón de años de evolución prerarándonos para la suciedad (bueno, o hemos evolucionado poco, no sabría decir). No se nos puede poner en un ambiente estéril y esperar que veamos  motas de polvo. Es como "oye, que la casa está echa un asco". Tú miras, buscas charcos de barro y restos de cadáveres de animales y dices "No sé, yo no la veo tan mal..." (que si dijéramos algo más sería: de hecho esta es con mucho la cueva más limpia en la que he despellejado un oso).

Para las mujeres es distinto. En su caso (y ahí si que estoy seguro de que es ambiental) las han educado como princesas. "No juegues con barro, que eres una señorita" y cosas así... A ellas se las entrena para ver el polvo (a menudo se piensa que el único superpoder de la percepción visual de las mujeres es el de percibir más de los siete colores existentes en la naturaleza, pero esto es falso: son todos imaginarios) Para los chicos, el polvo es un material invisible que produce alergia en ciertas personas, como los ácaros o el compromiso. Es por eso que los chicos tenemos que esforzarnos el doble para limpiar. Es como pedirle a un sordo que toque una canción de oído...

Además, la limpieza está llena de sutilezas. Un hombre puede llegar a comprender el acto de barrer con mucho esfuerzo, aunque lo que de verdad pilla bien es lo de fregar (al menos sabes por dónde has pasado, más que nada porque está mojado). Para nosotros barrer exige hacer un ejercicio de topografía mental para recordar por dónde has pasado la escoba, porque no vemos diferencia entre antes y después. Como mucho vemos un montoncito de tierra en el recojedor, pero eso nos pone melancólicos ("mira, ahí un antepasado mío cazó un búfalo"). Después de pegarte una paliza barriendo y fregando ves la casa igual y dices ¿para qué he perdido el tiempo en eso? Seguro que podría haber estado haciendo algo que manchara como cambiarme el aceite del coche o jugar al fútbol con los colegas (es curioso la cantidad de hobbies masculinos que manchan). Si amigas, deberíais apreciar que la limpieza es algo que hacemos por vosotras, nosotros podríamos tirar serrín como hacían en los bares del oeste (o en algunas discotecas cutres) y estaríamos igual de cómodos. Puede que más, porque un ganchito que se cayera al suelo se convertiría mágicamente en una croqueta...

Y no digo que a un hombre no le guste tener una casa limpia. Pero es como lo de que se te marquen los abdominales. Está bien, pero no acaba de compensar el esfuerzo que requiere. Primero hay que recoger trastos. Los trastos, como el polvo, se acumulan en las superficies horizontales sin que nos demos cuenta. Bueno, es un hecho conocido que los hombres, al igual que las ranas, tienen dificultad para percibir los objetos inmóviles (lo que explica que seamos incapaces de encontrar cosas en la nevera que están claramente a la vista y que sin embargo nos atraigan hipnóticamente las mujeres cuando corren o saltan -hay mucho movimiento ahí...). Un objeto que pare más de cinco minutos en una estantería pasa a formar parte de la decoración, lo que no nos molesta, porque si hay otro concepto que no acaba de entender un hombre el de "objeto decorativo". Y aquí me vais a tener que perdonar, pero comprar cosas (o aceptar las que te regalan tus familiares, lo que es mucho peor) para que estén en las estanterías ejerciendo la única función de que haya que quitarlas para limpiar el polvo, son ganas de tocar las bolas...

Yo, que a pesar de ser de letras tengo unos ciertos conocimientos científicos, aprendí en seguida que la lucha contra el orden y la limpieza está perdida. La segunda ley de la termódinamica nos dice que el caos tiende a aumentar en el universo. Eso implica que limpiar el polvo es una tarea de magnitud cósmica ¿Qué nos creemos que somos, dioses? Es más, aumentar el orden de una parte del sistema aumenta el caos en otra invariablemente, lo que quién sabe de qué tipo de cataclismo cósmico nos haría responsables...

Claro, que hay una ley de la termodinámica mucho menos conocida que comienza con el enunciado: "¿Pero tú has visto como tienes la casa, que está hecha un asco? Venga a por la escoba ahora mismo..."  (que esta no se si es de Planck, yo a quién se la he oído más es a mi madre, que se ve que estudió mucha física en las Teresianas)

Y ahora si me disculpan les dejo, que tengo la casa que da asco y voy a tener que limpiar un poquito, no se le ocurra venir a mi madre de visita...

lunes, 22 de marzo de 2010

Valencia's Failures 2010

Me temo que tengo que disculparme por una larga ausencia inesperada. La cosa es que tenía unos días libres y se me presentó la oportunidad de visitar las fallas. Porque han sido las fallas, supongo que os habéis enterado ¿no? La verdad es que no pensaba hacer crónica, porque tampoco creo que de para un post, pero teniendo en cuenta que hace más de una semana que no cuelgo nada, no voy a tener más remedio...


Las fallas con una fiesta que conmemora el primer ataque de los vikingos a la ciudad de Valencia. Por este motivo se celebran quemando cosas, bebiendo alcohol en grandes cantidades y tirando petardos (los vikingos eran muy de tirar petardos, esto lo sabe poca gente). Documentándome para este post he visto que en la wikipedia dicen que se celebran en honor a San José, patrón de los carpinteros. Si claro, vamos a recordar al patrón de los carpinteros quemando muñecos de cartón ¿estamos locos o qué?
Hacedme caso, es por lo de los vikingos.

Bueno, supongo que habréis oído hablar todos de Valencia, ¿verdad? Lo digo porque se han gastado un montón de pasta montando carreras de barcos y de fórmulas unos en la ciudad para que salga en los mapas y sería una pena. Bueno, yo juraría que tengo un atlas que me regalaron de pequeñito en el que creo que ya salía, pero se ve que la borraron luego por algo. Pero vamos, que la alcaldesa dice que gracias a ella ya vuelve a estar en todos los mapas, así que con lo que ha costado ya estáis comprando todos mapas nuevos para amortizarlo. Espero que al menos lo hayan puesto en letras gordas...

Lo primero que llama la atención cuando llegas a Valencia es el ruido. En cualquier momento del día explotan una media de 1,5 petardos por segundo (en ciertas horas incluso más). Un escolta destinado al País Vasco puede tener una crisis nerviosa a los cinco minutos de pasear por cualquier calle (se han dado casos). Otra cosa es la cantidad de gente. Hay mucha gente. Pero mucha, mucha. Especialmente en las calles, claro. No se me ocurrió visitar ningún museo, seguro que allí no había nadie.

Ambas características se dan cita simultáneamente en lo que se denomina 'mascletà'. Para los que no la conozcan, se trata de una ceremonia en la que toda la población de la provincia más los turistas que la visitan por fallas se dan cita en la plaza del ayuntamiento (llamada así en honor del acto físico del amor) para escuchar juntos como se tiran unos petardos, que se ve que el resto del día no se escuchan bastantes. Una advertencia para los turistas: es una broma típica de los locales decir que hay que abrir la boca para que no revienten los tímpanos por la onda expansiva. Es mentira. Hasta donde yo sé, a nadie le han reventado nunca los tímpanos por asistir a una mascletà. Eso sí, ver turistas con la boca abierta es gracioso... Otra advertencia: las carteras vuelan, como en cualquier aglomeración, así que mucho ojito. No, estoy hay que avisarlo, que luego pasa lo que pasa.

La cosa funciona más o menos así. Llegas entre 30 minutos y una hora antes (según el día que sea, las del 18 y el 19 son las que más gente acumulan, y conviene ir antes) para coger sitio. Te tiras todo ese tiempo allí plantado esperando mientras llega más gente que trata de ocupar el mismo espacio físico que tú. Al principio no parece posible, pero yo juraría que en la que vi yo, una familia de Ciudad Real y varios japoneses compartimos mi cuerpo (sí, se producen muchas cópulas durante las mascletàs; de ahí el nombre de la plaza). Bueno, al final empieza, se tiran una cantidad indeterminada de petardos (que van entre muchos y muchísimos según lo que se quiera pasar el pirotécnico el límite de pólvora por el forro fallero) y al final la gente aplaude. Después se da una situación muy divertida que a mi me recordó una ocasión que estuve en una estampida de búfalos. Lo que podríamos denominar 'toda esta gente que ha tardado horas en juntarse aquí va a tratar de irse lo más rápidamente posible y en todas direcciones'. Hay varios estudios sobre cómo es posible que no muera nadie en la estampida, aunque mi teoría es que sí que mueren, lo que pasa es que no se encuentran los cadáveres.

En la imagen, la mascletà. Igual no es muy inteligente hacer fotos de un evento fundamentalmente sonoro. Estos son los que llegaron antes que yo (por eso están delante).


Estos son los que llegaron después, aunque la foto es de antes. Luego la gente se apretó un poquito más. Las fallas son ideales para la gente con agorafobia.

Después de la mascletà es costumbre ir a tomar una caña en un bar cercano. Como solo un setenta y cinco por ciento o así de los asistentes suelen tener la misma idea, esta actividad puede requerir alejarse un poco del centro y hacer algo de cola. Para que os hagáis una idea, a la altura de Cuenca hay que esperar una media hora por una caña y unas bravas, pero esto aumenta a medida que nos acercamos al centro (se han dado casos de gente que este año estaba esperando la tapa del año pasado).

Eso del fondo es una falla. Lo de alrededor es gente. No hay mucha porque es la hora de comer.

Otra cosa muy conocida de las fallas son las propias fallas, también llamadas monumentos por los entendidos. Son una cosa grande de cartón piedra rodeada de gente. Se sabe la importancia por estos dos parámetros, precisamente. A más gente y más grande, mejor es el monumento. Esto dificulta ligeramente la tarea de verlos de cerca, por cierto. Pero bueno, con paciencia y un poco de buena voluntad, uno se puede acercar lo suficiente para darle la vuelta a alguno (a paso de procesión y empujado por el resto de la multitud, eso sí). A estas alturas yo ya empezaba a ver que la actividad principal de las fallas no era tirar petardos, sino frotarse con desconocidos.

Detalle de falla. Creo que es una alegoría de carácter satírico sobre un tema de actualidad. No tengo ni idea sobre cual, no pregunté tanto.

Sobre esto hay que comentar otra cosa, como se puede pagar para ver los monumentos de cerca, hay una valla que impide que los que no pagan se acerquen lo bastante como para leer los carteles. Bueno, esto tiene lógica, pero le resta algo de sentido popular a la fiesta. Dar la vuelta a la falla mirando los muñecos alegóricos pero sin leer los carteles en los que explican por qué están ahí pierde algo de gracia. Yo al final me dediqué a buscar tetas. Por algún motivo que desconozco en todas las fallas hay tetas. Se ve que los valencianos son más de tetas que de culos...

¡Tetas! Digo... obsérvese el laborioso trabajo de las medias. Tenía otra foto en la que se vería mejor, pero entonces no salían las tetas.

Luego está la música. En fallas, Valencia está tomada por bandas de música. Es bien sabido que el pueblo valenciano está entre los mayores amantes de la música del mundo. En fallas esto alcanza su máxima expresión. Es casi imposible recorrer la ciudad sin escuchar grandes obras inmortales de la música popular como 'La cabra', 'Si te ha pillao la vaca, jódete', 'El tractor amarillo' y otras. Eso sí, tocadas por músicos que normalmente no parece que hayan dormido lo suficiente y que igual llevan alguna cerveza de más. Pero bueno, al menos tocan fuerte...

Los músicos habitualmente van detrás de las comisiones falleras, que no se a dónde van, pero está Valencia de comisiones falleras que das una patada y salen tres. Estas comisiones no van en ropa cómoda que sería lo normal para recorrer grandes distancias andando: van en el traje regional. Este traje regional merece un comentario a parte. Concretamente el traje de fallera, que me parece que realza muchísimo la belleza de las mujeres. De las que no lo llevan, al menos. Uno ve falleras y piensa 'hay que ver que guapas están las mujeres cuando no llevan eso'. Hay teorías que dicen que los valencianos no descubrieron la reproducción sexual hasta a mediados del siglo XIX, cuando las mujeres empezaron a vestir otro tipo de ropa. Esto, por supuesto es falso. Durante las aglomeraciones de las fallas es imposible encontrar un servicio libre, así que es habitual que la gente tenga que aliviarse en cualquier callejón entre dos coches. Ahí se descubrió el sexo (esto nos llevaría a otro tema que es 'a qué huele la ciudad de las flores' en el que no pienso entrar).

Bonito efecto artístico logrado utilizando conjuntamente las técnicas 'luz deficiente' y 'pulso para robar panderetas'. Las falleras, en el acto más emblemático de la fiesta, se dirigen a Zara para mirarse algún trapito. Bueno, a mi de lo explicaron así.

Otra cosa curiosa de las fallas es que no hay una o dos. Hay como un millón. Cada calle tiene la suya. Esto produce un cierto efecto sobre el tráfico. Es lo que los expertos en circulación llaman infarto masivo. En fallas la única manera eficaz de desplazarse es en moto. De hecho hay gente que compra motos solo para fallas, luego las vende. Bueno, también se puede andar, pero entonces hay que ir con cuidado de no morir atropellado por las hordas de motoristas. Además, cansa muchísimo más.

Por lo demás, las fallas son como cualquier otra fiesta popular. Beber mucho, dormir poco, comer cochinadas a horas indecentes... si, estoy hecho un asco, la verdad. Menos mal que la semana que viene tengo vacaciones para descansar, que si no...

viernes, 12 de marzo de 2010

Tema del viernes: Dogs d'Amour

Aunque a veces lo parezca, no todo está en internet. Mi ballena blanca personal es una versión del 'Billy Two Rivers' de los Dogs d'Amour tocado en directo. Lo tengo grabado en una cinta hace mil años y no sé de que disco la grabé ni quién me dejó. Prácticamente desde que se inventó internet estoy tratando de encontrar ese tema, pero solo lo encuentro en versión acústica (ésta se puede encontrar en Liquid Cemetary Demos y en In The Dynamite Jet Saloon; curiosamente no está en Dogs Hits & Bootleg Album que es de donde pensaba que lo había sacado). Sé que buscaré este tema hasta que tenga bastante dinero para conseguir que la banda se reúna y lo toque de nuevo...

Para quienes no los conozcan, los Dogs d'Amour son una banda que encarna a la perfección la estética romántica de los perdedores en su versión más molona: poetas alcohólicos con aire de western. Una gran banda a la que, como a otras muchas de aquella época, no benefició aparecer en una de las peores épocas de la música: los ochenta (ardan en el infierno todos aquellos productores y sus terribles producciones). Éstos eran buenos, pero se confundieron en la ola de lo que después se llamó 'hair metal' y pasaron un tanto desapercibidos para la mayoría.



Pfff... vale, me rindo. Ni siquiera encuentro la letra de la puñetera canción... Os dejo un par de estrofas y el estribillo, pero ya aviso que todavía no estoy capacitado para hacer traducciones de oído...

Hey nena
Deja entrar al diablo
Tienes buen aspecto
Pero quizás demasiado delgada
Oh, por qué no echas un vistazo al cielo?
Hay un tío ahí arriba a punto de morir

Y mientras cae
Cae en desgracia
Hay un silencio de un billón de dolares
Y alguien ocupa su lugar

...

Nena, ¿te encontrarás conmigo en el Desert Inn?
Billy Two Rivers está alli
Y parece bastante delgado.

jueves, 11 de marzo de 2010

Conversaciones de messenger

(Esto es un extracto de la conversación de messenger de ayer con tres amigas anónimas)


-yo quiero votar al partido de roleros del mundo
-¡¡¡que la seguridad social regale dados, ya!!!

-dados para votar? se puede ganar unas elecciones por un crítico?

---
 -X es fachistoide
-bueno, de derechas

-no son de derechas. son de centro
-son como 'no puedo creer que no sea de derechas'
(...)
-son como la sacarina. un sucedáneo

-en cuanto sepan de qué, ganan unas elecciones...
-JAJAJAJAJAJAJAJAJAJ

---
-jajajjajaja jez es roja y republicana
-es del partido de Thulu, pero creo que no se presenta aquí...

---

-el Rey mola
-bueno, desde lo de 'y por qué no te callas' lo de ser campechano ya no me parece tan guay...
-está a diez minutos de ser John Cobra...
-jajajajajajajajajajajaj
-es cierto, deberíamos tomar notas

---

-dios mio, huid! su ego está a punto de deborarnos...!!
-deVorarnos
-es que él se refiere a Débora...
-al menos su ego se tomó la molestia de aprender a escribir ¬¬+

 -JAJAJAJAJAJAJJAAJ
-me vais a comer las dos la ortografía...
(Y así todo el rato)

 Y el que me dio la idea para el post:

-muy buenos los dos últimos comentarios

(...) 
-no, me refería al de jez y al de bh en esta conversación. No a mi blog
-es cierto, desperdicio mi talento haciendo los mejores comentarios aquí. Alguien debería tomar notas...
-jajajajajajajaja

(Al parecer alguien lo hizo)

miércoles, 10 de marzo de 2010

Mi perro se comió el post de hoy, sin en cambio...

Próximamente una amiga se va a Nueva York. Con este motivo (y más que nada porque no tenía nada para hoy) se me a ocurrido hacer un post sobre qué puedes hacer para que parezca que has ido a Nueva York pero sin ir. Es que últimamente se ha puesto tan de moda ir a NY con eso de que está barato, que parece que si no vas no eres nadie. Lo que pasa es que claro, como eso coincide con que la cosa está un poquito mala por aquí, pues resulta que tampoco se puede. No pasa nada, os dejo unos consejos para hacerlo creíble y veréis como con esto os podéis pegar de haber visitado la gran manzana (la tienda nueva de Apple, seguro que la habéis visto).


1) Dilo a todas horas, a todo el mundo, desde dos o tres semanas antes, que te vas a Nueva York. Para cuando vuelvas, la gente seguramente estará tan harta de ti que no te preguntará nada...

2) Compra algo de Apple. Todo el mundo lo hace. Claro que ahora que ya todo el mundo tiene un iPhone (al menos en mi curro cabronesconsuerte) si quieres impresionar a la gente te vas a tener que pillar el iPad. Eso si, teniendo en cuenta que ahora mismo vale una leña, lo mismo te sale más a cuenta ir de verdad y traerte una gorra de los Nicks... 

3) Cuenta que hay gordos inmensos por todas partes. Todo el mundo lo hace, así que si cuando vuelvas dices que todos parecían salidos de CSI, van a saber que no has estado. Además, teniendo en cuenta la evolución de la dieta local, es cuestión de tiempo que deje de ser algo noticiable porque aquí vamos a estar igual.

4) Enseña muchas fotos. Gracias a Flickr, Google Images y cosas así, hay un montón de imágenes en la web disponibles para que parezca que has estado. Eso sí, procura que no haya una tía con las tetas al aire delante, porque igual no cuela (que esto pasa mucho en google). Igual a la gente le extraña que no salgas en las fotos, pero puedes decir que es que como ganaste unos kilos con la comida basura de allí (que esto también se dice mucho), no querías salir que te veías mal. O eso o te puedes hacer una de esas fotos que se hacen las adolescentes a si mismas aguantando la cámara con una mano, que como solo salen las caras puede ser cualquier sitio...

5) Di que viste un famoso. Esto también lo hace todo el mundo (pero que sea uno de allí, a ver si vas a contar que viste a Pablo Motos, que eso no se lo va a creer nadie). Lo mejor es que elijas a una famosa muy guapa y digas que en directo pierde mucho (Scarlett Johansson y Beyoncé se gastan mucho para esto) o algún actor de una serie y digas que tenía pinta de ser imbécil. Yo seguramente diría que vi a Barney Stinson (y que me invitó a una cerveza). En cualquier caso para que sea creíble no tiene que ser ni muy famoso ni muy poco. Nadie se va a creer que has visto a Clooney o a la reina de Inglaterra. Y ni se te ocurra decir que has visto a Frank Miller porque nadie va a tener ni idea de quién es...

Barney Stinson. Si cuando lo ves no lleva traje y un whisky en la mano, ni le preguntes, no es él.

6) Di que vas a salir en la Earth Cam de Times Square. Luego cuando te digan que no saliste cuentas que cuando que pasaste por allí no funcionaba o que había una cola de dos horas para salir... O mejor, di que si que saliste. Total, ¿quien va a estar ahí pendiente de si sales o no? Anda que no hay cosas para mirar en internet...


7) Saca un montón de datos de la wikipedia y taladra con ellos a los que te pregunten ¿que tal el viaje? Con esto la gente creerá que has estado y dejará de preguntar. Los datos sobre edificios como el Empire State, o sobre cosas históricas suelen ser especialmente aburridos...

8) Inventa una anécdota colorista. Nadie que esté de viaje vuelve sin contar una rica anécdota. Algo como ese divertido malentendido del cadáver con el recepcionista del hotel, o la memorable historia del enano y la stripper. Eso sí, procura que sea creíble, que no eres Barbijaputa (si lo eres, puedes contar lo que quieras, a ti te creen).


9) Compra regalos para los allegados. Es un hecho aceptado que los souvenirs se compran en el aeropuerto a la vuelta, así que no hace falta que te escurras demasiado. Claro que para que cuele que están comprados en el aeropuerto de allí, tiene que ser algo típico de la zona. Una Uzi estaría bien, creo que es lo más entre los afroamericanos. También puedes pillar algo de crack y ya tienes el lote completo (un saludo cariñoso a los afroemericanos que me leen: Hey, bro!).

10) Este es de relleno. Es que un decálogo con 9 puntos es una mierda. Pero vamos, que yo podría hacer 15 o 20 si quisiera. Será por ideas. Lo que pasa es que ahora mismo no me apetece.

Bueno, y con esto creo que ya estaría todo. Y sobretodo ni se te ocurra mencionar lo altos que son los edificios. Que vale, que son altos, pero no querrás parecer un paleto. Total, yo he estado en Benidorm dos veces, más impresionante no creo que sea...

Nota: este post no tiene nada que ver con que envide a Bichejo por su viaje y quiera hacerle la puñeta. Que vá. Además, quién necesita ir a los USA cuando hay tantos sitios para ver por aquí? Yo mismo hace un montón que no visito Cuenca, igual debería volver...

lunes, 8 de marzo de 2010

Cocina para dummies

Supongo que debería seguir con colada para dummies (2), pero no quiero hacerme aburrido con el tema, así que voy a colar en medio algo distinto para desengrasar. Además, bien mirado, esto puede que sea más necesario para la subsistencia...

Todo el mundo sabe que un soltero se puede alimentar de cerveza y pizza congelada hasta prácticamente los treinta (luego ya va siendo necesario tomar complementos dietéticos como ganchitos y frutos secos) pero hay algo más cierto todavía: una de las claves para conquistar a una mujer, es poder cocinarle algo.

La verdad es que a la hora de escoger pareja valoran mucho más que un hombre pueda poner una lavadora (bueno, de hecho, valoran que lo haga, no solo que pueda) o dejar los baños relucientes, pero esto lamentablemente no es tan fácil de colar como cita ('Mmm... nena ¿te vienes a mi casa y miras como me hago los azulejos de la cocina?'). Y es una pena, porque seguramente algo así les excitara bastante más que un strip-tease (reconozcámoslo: una actividad que requiere tener buen aspecto en ropa interior y realizar movimientos sexys al ritmo de la música no parece diseñada para que la realice un tío; al menos no para la mayoría).

Si las mujeres no fueran víctimas de ese tremendo engaño llamado romanticismo (no es culpa de ellas, las han educado así) lo que apreciarían de verdad es que cuando un hombre las invitara a cenar fuera capaz de hacer comida de verdad. Pero claro, hay que reconocer que una cena a base de lentejas o garbanzos, por muy saludable que sea, es poco romántica. Por ello voy a dar unas sencillas indicaciones para realizar algo simple y efectivo. El que tenga interés en el tema seguro que puede encontrar información en la wikipedia (vamos, digo yo).

Personalmente para una cena romántica recomiendo la pasta. En primer lugar es fácil de preparar y le gusta a casi todo el mundo. En segundo, se recomienda acompañar de vino*, lo que siempre... mmm... facilita algo las cosas. Otra ventaja de la pasta es que se puede preparar de mil formas distintas. Para este ejemplo usaremos mi versión de los spaghetti carbonara, que ya aviso a los puristas que se parece a la original como un huevo a una castaña, pero a mi me funciona. Que están buenos, quiero decir.

El primer punto a tener en cuenta antes de cocinar es que la cocina a de estar limpia. Si los haces en tu propia casa -y ya tocaré este tema en más detalle cuando hable de la limpieza doméstica- es conveniente que tengas la precaución de haber realizado una limpieza intensiva de las instalaciones. Nadie puede comer muy tranquilo si ha visto ratas jugando al poker con las cucarachas en el fregadero.

Otro detalle importante (y en el que más suelen fallar los hombres) es que las mujeres aprecian mucho que la cocina quede después en el mismo estado en el que se encontraba antes. Esto quiere decir que después de haber cocinado todo tiene que haber vuelto a su sitio, y el banco tiene que estar reluciente. Ya si friegas los utensilios y los guardas en sus lugares correspondientes es posible que ella termine abusando de ti directamente en el suelo de la cocina antes de tocar la cena (por esto es conveniente que el suelo tampoco esté lleno de salpicaduras de aceite). En cualquier caso es posible que si has hecho todo esto, no le importe demasiado que tu especialidad culinaria sean los bocadillos de nocilla fritos con salsa de ketchup y mahonesa. Pensará que al menos lo más difícil ya lo tienes aprendido...

De todos modos, no conviene exagerar. Si cocinas en su casa y te pilla desmontando los filtros del estractor para limpiarlos puede pensar: a) que eres un maniático de la limpieza, b) que piensas que es sucia y la ofendas, o c) que limpias mucho mejor que ella. Y ninguna de estas cosas les gusta. Especialmente la tercera, porque les quita su tema de conversación favorito con las amigas que es 'lo mal que limpia/lo poco que hace en casa' (y no querrás descubrir que su siguiente tema favorito de tertulia con las amigas es 'lo mal que lo hace en la cama').

Bueno, como todo el mundo sabe, para hacer unos spaghetti en condiciones hacen falta: 1) spaghetti (tallarines también valen), 2) agua, y 3) salsa. Para que tengan un mínimo de mérito: 1) la pasta tiene que estar ligeramente dura (lo que se denomina 'al dente'; si están gordiblandos como se suelen servir en los bares de menú, es que los has sacado tarde), y 2) la salsa la tienes que hacer tú mismo (úsala de bote cuando cocines para ti).

Y ahora voy a dar un par de trucos premium. El secreto de mis spaghetti es que cuando salen del agua ya están casi listos para ser consumidos. Si hierves algo solo con agua, sabe a agua. Si utilizas con imaginación las especias (dependen de la receta, pero suelen funcionar bien la pimienta, la nuez moscada, el orégano, la albahaca...) ya tendrás medio trabajo hecho. Por supuesto, en el agua hay que echar también siempre sal y aceite de oliva (sé que hay gente que recomienda mantequilla, supongo que esto va a gustos). El otro truco es que cuando metas la pasta en la cacerola lo hagas con estilo: se ponen verticales en el centro de la misma y se sueltan de golpe. El resultado es que los spaghetti se reparten en círculo al rededor de la cacerola formando una bonita figura. Los expertos dicen que es para que se repartan bien y no se peguen, pero lo cierto es que el efecto es el mismo que el de barajar un mazo de cartas como a la americana: parece que sabes; así que luego si la cosa no sale bien siempre se puedes achacarlo a la mala suerte... (he olvidado decir que la pasta no hay que echarla nunca antes de que el agua hierva; yo de hecho suelo dejarla hervir un rato más antes de echarla para que coja el sabor de las especias).

Por supuesto el secreto de la cocina es el mismo que el de una pareja duradera el amor mucha dedicación. Es decir que no esperes que te salga bien si estás todo el rato saliendo de la cocina. En cualquier caso no vas a poder, porque seguramente se te acumule el trabajo (además, tienes que ir removiendo la pasta para que no salga toda de una pieza). Otra cosa importante es la potencia del fuego, pero esto por desgracia se aprende con la práctica. Solo te puedo decir que si no estás muy seguro, procures hacer las cosas despacio (esto viene a ser como... bueno, como todo).

Mientras la pasta está cociendo tienes un rato para preparar la salsa, sobre la que luego hablaré. Eso sí, recomiendo poner una alarma para que no se te pase el momento de sacarla. Sobre esto hay teorías. El método más espectacular de saber si está en su punto es tirar un spaghetti contra los azulejos. Si está poco hecho rebotará, si está en su punto irá cayendo poco a poco como si estuviera vivo (si se queda allí como parte de la decoración es que te has pasado) De todos modos lo considero una guarrería. Es mucho más sencillo seguir las indicaciones del paquete (llámame atrevido si quieres) y un minuto o dos antes de lo que dice probarlos (es recomendable que el fuego no sea muy vivo, tienen que hervir, pero lo mínimo posible). Si te parece que tienen la textura adecuada es que se pueden comer. En ese momento, los pasas al fregadero y de ahí al escurridor (ni se te ocurra hacer eso fuera del fregadero). Entonces los remojas bien en agua fría debajo del grifo. Pero lo justo para enfriarlos, tampoco los vayas a duchar. Los dejas escurrir un momento y los pones en la sartén donde tienes la salsa y los remueves bien allí para que se mezclen y cojan temperatura.

Sobre la salsa, la verdad es que se puede hacer la pasta con casi cualquier cosa. Yo de hecho suelo empezar sofriendo ajo y cebolla en aceite de oliva (puedes freír un zapato en esto y que sea comestible) para después echar lo que me apetezca en el momento. Para esta receta en concreto utilizo un poco de ajo, bastante cebolla (el punto correcto de la cebolla es cuando se vuelve transparente, justo antes de ponerse marrón), bacon cortado pequeño, champiñones en láminas (de lata valen, no hace falta que los recojas tu mismo del bosque) y alcaparras (de las pequeñitas; y no demasiadas, que no le gustan a todo el mundo). No olvidar que a esto también hay que echarle sal, pimienta y alguna especia (yo soy muy de especias; el orégano especialmente). Si haces todo a fuego lento evitarás que se queme algo. La receta original lleva huevo y queso, pero encuentro que quedan más ligeros como yo los hago. La idea es no estar demasiado hinchado por si luego surge algún tipo de actividad física (una partida de twister, footing o algo así).

En este punto, se echa en la sartén la pasta, nata para cocinar (un brick de 200cc suele valer para dos raciones) se remueve un ratito y se prueba. Todavía estás a tiempo de añadir sal o especias si es necesario, pero ojito con la pimienta, que engaña.

Con esto ya estaría todo. Se puede decorar la mesa con velas si crees que no peligrará la vida de nadie con ello (y si estás seguro de que no le molestan las cursiladas). Si durante la velada escuchas lo que dice y no le miras todo el rato el escote (aunque un poco sí, se tiene que sentir atractiva) ya fabuloso. Eso sí, si esto funciona y terminas quedando con la chica más veces, te aviso de que vas a tener que aprender a cocinar más cosas...

*No me importa si tu bebida favorita es el Don Simón con Coca Cola, esta receta se acompaña de Lambrusco tinto. Además, no es demasiado caro y a las mujeres suele gustarles. Si no encuentras, los rosados navarros suelen pegar bien. Ni lo intentes con un tinto de La Rioja, eso es más para carnes. Ella lo encontrará fuerte y te terminarás bebiendo la botella... con catastróficas consecuencias.

viernes, 5 de marzo de 2010

Perra de los comentarios (y 2)

En primer lugar me gustaría dar las gracias por la amplia acogida del atraco a mano armada al que os sometí el otro día. Tengo que decir que estoy sorprendido. La verdad es que no hemos llegado ni de lejos al récord de comentarios de este blog -si, no siempre he tenido menos de cinco; es verdad que era antes cuando no tenía msn y algunos posts se convertían en tertulias- pero si que lo hemos batido ampliamente en cuanto a número de comentaristas. Esta maniobra sucia y rastrera de chantaje emocional me ha servido para descubrir, no sólo que hay lectores fieles a los que no conocía, sino que hay una cosa llamada 'rss' en la que tengo 25 seguidores (gracias por el dato, Lester y Barbi) aunque desconozco si alguno está repetido porque no sé quienes son. Curioseando en el reader también he descubierto que hay gente que marca los posts que les gustan, aunque básicamente solo una chica. Bueno, asumiré que los otros 24 suscritos siguen leyéndome esperando encontrar un día un post que les guste (suerte con eso).

En cualquier caso muchas gracias a todos los que han salido del armario y a los que ya agradeceré uno a uno personalmente en los comentarios correspondientes. No os sintáis obligados a seguir comentando, creo que esto ha sido suficiente. Eso sí, seguiré agradeciendo algún comentario de tanto en tanto para saber que sigue habiendo alguien ahí (es cuestión de tiempo que se me agoten las ideas y este blog pierda todo interés; de hecho yo había calculado que eso pasaría a mediados del año pasado).

Bueno, pues eso era todo.

Ah, si; lo del gatito.

Me gustaría decir que estoy profundamente conmovido por la reacción conseguida y que he decidido perdonarle la vida al gatito. Y que en este tiempo me he encariñado con él y he decidido quedármelo, porque a un supervillano como yo, siempre le va bien tener un gatito para acariciar mientras da su discurso final antes de cargarse al héroe.

Me gustaría, pero claro ¿he dicho que he visto VEINTICINCO SEGUIDORES vía RSS? En fin, no soy mucho de números, pero diría que alguien no ha hecho los deberes. Y ¿qué clase de villano sería yo si no cumpliera mis amenazas? No quiero que la próxima vez que amenace a la humanidad me digan 'Si, ya; como lo del gatito...'.

De todos modos, no sufráis, seguramente tenga una muerte rápida e indolora despedazado por las fauces de mi fiel 'Drax'. Espera, eso no ha sonado tan tranquilizador como yo pretendía...

-¡Drax, ven aquí! Tengo una golosina para ti...

Ustedes perdonen, voy a por la fregona, que mi Drax es mucho de jugar con la comida antes de comérsela y me veo que lo va a dejar todo perdido...
 

Imagen de archivo. Esta salpicadura es de otra vez. No recuerdo de qué exactamente, este tipo de cosas no suelo anotarlas...

martes, 2 de marzo de 2010

Perra de los comentarios

Aclaración: debido a mi increíble torpeza, y como ya me ha pasado más de una vez, un post que debía quedar guardado como borrador, ha estado publicado durante una fracción de segundo. Pensaba que tales actos quedaban impunes (maldito RSS, ni siquiera sabía que alguien me seguía por ahí) pero al parecer no. Ahora me siento obligado a publicarlo (no quería colocar dos posts serios tan seguidos, la verdad) y pasar a la semana que viene el magnífico (¿estará mal que yo lo diga?) cocina para dummies, antes de que se convierta en un post de culto y empiece a circular de mano en mano en versión fotocopiada. Ustedes disculpen.

Este post en primer lugar es para agradeceros a todos que esteis ahí aguantando mis posts. Fundamentalmente por dos motivos: primero porque lo que escribo lo hago por que me divierte y no para que le a nadie le guste. Ni siquiera tiene por qué interesaros lo más mínimo. Segundo porque ahora os tengo con la guardia baja para daros el palo.

Me encantaría decir que soy un tío superseguro de mí mismo que no necesito el favor del público. No es verdad, nadie es así. El ser humano hace cosas para que le den palmaditas en la espalda y le digan lo guay que es. Si no, le iban a dar mucho a la penicilina, a la Capilla Sixtina y a las patatas con sabor a jamón (bueno, esto último es posible que lo hicieran por la pasta). En el fondo la mayoría de bloggers queremos que nos digan que somos la última coca-cola del desierto, el mejor invento desde la pizza carbonara. Sé que decimos que no lo hacemos por eso, pero si fuera cierto escribiríamos nuestras entradas en un diario con un candadito que guardaríamos debajo de la cama (claro, que así sería mucho más difícil insertar vídeos). Nos gusta escribir, pero sobre todo nos gusta sentir que alguien disfruta leyéndolo.

Yo antes de escribir, leía blogs. Quiero decir, sólo los leía. Alguna vez comentaba, pero la verdad es que poco. Me gustaba la tranquilidad del anonimato que disfrutaba cuando leía sin comentar. Era un poco como cuando vas al teatro y te sacan para hacer el mono. Que actúen ellos, yo solo vengo a mirar...

Pero la verdad es que no es lo mismo. A un actor se le aplaude al terminar la actuación (o al menos no se le lapida, aunque a veces lo merezca). Un bloguero lo único que tiene son los comentarios. Leer una entrada que te guste sin comentar es como escuchar la actuación de un músico callejero sin dejar una monedilla. No es obligatorio, pero es lo justo.

La mayoría de nosotros no nos haremos famosos por esto. Nunca nos haremos ricos, ni siquiera viviremos de ello. Y no lo hacemos por la fama (bueno, yo lo hago para que me acosen las mujeres por el messenger, pero creo que soy el único). Lo hacemos porque nos gusta y tenemos tiempo. Y lo dejaremos cuando deje de divertirnos o dejemos de tener el tiempo que esto requiere (es más del que parece).

No cobramos nada por esto. A menudo nos autoimponemos la obligación de escribir, aun cuando a veces dudamos de nuestra propia capacidad o no se nos ocurre nada. En muchos casos perdemos la fe y nos parece que hemos perdido la capacidad. A veces incluso podemos terminar cambiando el tono del blog para adecuarnos al gusto de mi público (yo mismo estoy a dos entradas de empezar a escribir 'chic lit', cuando lo que de verdad me gustaría es hacer posts de tetas...).


Todo esto no lo digo por este blog. Reconozco que mis entradas son a menudo difícilmente comentables. Lo digo en general, para los otros blogs que visitéis. No hace falta comentar siempre, y desde luego no es necesario que hagáis el comentario más ingenioso (que para eso ya estoy yo). Simplemente saludad de vez en cuando. Nos encanta saber que estáis ahí.

Y que no entrasteis solo para buscar porno.


Cada vez que alguien se pasa sin comentar, dios mata un gatito. Que coño, como haya un comentario menos que visitas, yo mismo me pienso cargar al puñetero bicho. Es broma, yo sería incapaz... se lo daré de comer a mi perro.

lunes, 1 de marzo de 2010

Este post no debería estar aquí, pero una amiga me ha dicho que debería publicarlo y la verdad es que no tengo otro sitio donde ponerlo. Y aunque no me lo ha dicho nunca, sospecho que piensa que debería follarme mi blog más a menudo, así que ahí va...

Vivo en algún lugar en el sur. En el interior, aunque lo suficientemente cerca de la playa como para ir a ver el mar cada vez que lo necesito. Vivo en uno de esos pueblos donde en invierno hace frío de verdad y hay que partir leña. Donde todo el mundo se conoce, aunque yo vivo lo bastante en las afueras para que nadie me moleste demasiado.

Vivo en una casa grande con aspecto un poco abandonado. A medio camino de convertirse en algo bonito, que parece llevar allí toda la vida. Voy al pueblo en un todo terreno que parece tener tantos años como yo y siempre llevo un perro, ya viejo, que todavía asusta a la gente, aunque hace tiempo que no quiere meterse en problemas. Solo me sigue a todas partes como si fuéramos a alguna parte. Aunque alguna vez tuvo otro nombre, yo le llamo Duke porque me recuerda a John Wayne en los andares...

En el cobertizo debajo de una sábana hay una Harley de 1952 que consume tanto aceite como gasolina y que saco a pasear de vez en cuando para que me de la brisa en la cara. Nunca corro demasiado con ella y nunca voy a ninguna parte. Solo deambulo...

De vez en cuando salgo con un grupo de moteros locales. Me llaman ‘la bestia’ porque no hablo demasiado y porque siempre parezco a punto de darle un puñetazo a alguien, aunque lo cierto es que nunca nos metemos en líos. Solo bebemos demasiado y hablamos de mujeres. Yo siempre me vuelvo antes de ponerme melancólico…

Los del pueblo me llaman ‘el pintor’ porque suelo llevar un mono con manchas de pintura y porque saben que en la estancia más grande de la casa -lo que era el comedor- hay cuadros apoyados en las paredes a medio pintar. Aunque nadie me ha visto nunca pintar nada y desde luego nadie ha conseguido comprarme ningún cuadro.

Sé que en el pueblo corren historias sobre mí. Se dice que huyo de algo. Que sufrí un desengaño. Que quizás murió alguien. Nadie sabe exactamente a que me dedico, o que hice antes. Solo que de vez en cuando me visita una mujer, que nadie sabe quién es. Solo que cuando viene desaparezco un tiempo. Siempre saben cuando va a venir porque compro ron y más comida de la habitual. Saben cuando se ha ido porque compro whiskey y menos comida.

Los pocos amigos con los que mantengo el contacto me dicen que estoy demasiado delgado y que debería volver a llevar una vida normal. Siempre les digo que esto es temporal. Todo lo es…