miércoles, 13 de enero de 2010

Al final no era nada

(Esta entrada vendría a ser la continuación de 'El TAC', pero es que 'El TAC 2' me sonaba poco original como título; además, en esta no se habla de ningún TAC, así que se me podría demandar por publicidad engañosa)

Cuando vas al médico, ¿prefieres que sea algo o que al final no sea nada? Vale, te alegras de que no fuera nada, pero tú fuiste por algo, ¿no?
Yo cuando no es nada me quedo con ganas de que me devuelvan el dinero.

Ayer finalmente me vio el especialista. No he contado mucho sobre esto porque la verdad es que considero que mi vida carece de importancia (no es cierto, mi vida tiene que importar muchísimo a todo el mundo, lo que pasa es que la información privada la cobro aparte) pero vamos, que era una cosa sin importancia que me pasa cuando corro mucho (a más de doscientos a partir de media hora) el tiempo empieza a correr hacia atrás que se me cargan los tobillos y fui a mi doctora (en su versión no-creo-que-sea-nada-pero-te-mando-al-especialista-y-que-te-lo-mire de la que hablaba el lunes) para que me mandara lo que fuera para curarme la lesión bien. Pero ella me mandó al radiólogo y luego al especialista y éste vio una cosa que no le gustó nada una mancha en la pantalla, me parece y me mandó un bombardeo de radiaciones enorme para ver si desarrollo nuevos superpoderes un TAC (mira, si que se mencionaba el TAC ¿será tarde para cambiar el título?) y finalmente después de mucho tiempo y muchos viajes ayer me vio el especialista ya con todos los datos necesarios para dar con la solución a mi problema.

Después de un preámbulo un poco absurdo que voy a ahorraros por aburrido y que hace que me den ganas de financiar de mi bolsillo cursos de informática para todos médicos de la seguridad social (ver a un tipo manejar un ordenador tecleando con dos dedos a unas dos pulsaciones por minuto da muchísima confianza en sus conocimientos tecnológicos) finalmente se pudo conectar a la intranet para acceder a mis datos (de cuando trató de imprimirlos y me dieron ganas de arrancarle el ratón de la mano para hacerlo yo mismo ya es que no pienso ni comentar nada).

-Pues... parece que no tienes nada.

(Silencio)

-Ah.

(Más silencio)

-¿Entonces?

(Más silencio)

-Que parecía que tenías algo, pero se ve que no.

-Ya...

Ante mi carencia de entusiasmo, el galeno se vio obligado a dar una explicación más detallada.

-No, es que parecía que aquí había una manchita, pero no hay nada. Se ve muy bien... Bueno, tienes un hueso de más, pero aparte de eso...

-¿¿Un hueso de más??

-Si, pero no pasa nada. Mejor, que sobre que no que falte, no?

¿He comentado ya alguna vez que considero que la naturaleza es muy sabia? Al parecer no tiene demasiada importancia cuantas piezas metas dentro de algo, siempre que funcione.

-Ah. Bueno, y ¿el dolor?

-¿Qué dolor?

-Es que yo vine porque cuando corro mucho me duelen los tobillos...

-Ah, claro. Podrías nadar...

Nos ha jodido la eminencia. Aquí me empecé a plantear que el chiste de 'Doctor me duele aquí/pues póngase allí' estaba basado en hechos reales; y que seguramente tenía delante al autor. Valoré la posibilidad de decirle que lo había probado, pero que nadando me costaba mucho más alcanzar el autobús cuando se me escapaba, lo que pasa es que sospeché que mi especialista no tenía el fino sentido de la ironía de House; ni probablemente sus conocimientos en medicina, ya puestos

-Ya. Pero yo es que venía para ver de que era.

-Pues de huesos no es. Igual es algo en un tendón.

(Silencio; sospecho que espera que aparezca en medio de una nube de humo un experto en tendones venido del futuro)

-Si, eso pensé yo también.

(Más silencio; a esta conversación le está faltando ritmo)

-Es que el deporte al final, ya se sabe...

No si el deporte es fatal para todo, yo siempre lo he dicho. Mucho mejor la cerveza y los panchitos, ya lo dice la OMS...

-Deberías mirar las zapatillas. Cuando se corre es importante mirar mucho las zapatillas.

Vale doctor, me voy a casa a mirar mis Nike Pegasus hasta que se les caiga el logo. Esas hijasdeputa van a saber quién es el que manda aquí.

Cuando llegué a la conclusión de que el doctor no me iba a dar más soluciones decidí dejar de perder el tiempo allí.

-Bueno, pues nada, me voy. Supongo que es mejor que no fuera nada, ¿no?

-Claro, mucho mejor...

Total, que ahora he pensado en ir a un curandero. Es posible que me diga que sacrifique un gallo y me beba su sangre en ayunas mientras entono cantos tribales, pero total, peor que con la medicina convencional no creo que me vaya...Mira, mis zapatillas. Es verdad que en internet está todo. Voy a ver si encuentro una foto de mi cocina...

6 comentarios:

Anusky66 dijo...

por si servía de ayuda para curarte , también me he puesto a mirar fijamente a las Nike. Si no sirve
yo probaría pasándome por la consulta de un osteópata ,saben ,bastante , de huesos y articulaciones.
Hasta pronto

Jezabel dijo...

Joder, no se morirá de estrés tu médico, no.

Lo de tener un hueso de más me parece muy chungo!

ender dijo...

Depende de donde sea el hueso.

Gárgamel dijo...

Pues como ese hueso de más sea tu único superpoder... No lo veo yo muy útil para conquistar el mundo.

Biónica dijo...

JUAS!

Pero QUÉ BUENO el post!! xDDD. Con post como éste dan ganas de volver a escribir xD.

Blanco Humano dijo...

Anusky66: ¡Que idea más buena! miremos todos mis zapatillas, a ver si... no espera. Esas no son mis zapatillas, saqué la imagen de google. Me temo que le estás curando los tobillos a otra persona.

Lo del osteópata no es una mala opción. ¿Los paga la seguridad social? Porque entonces si que lo es...

Jez: No parecia muy estresado, la verdad.

Y bueno, no creo que sea chungo, a él no le importó. Claro, que él no lo tiene...

Ender: ¡Guarro! Y no vale decir que tú no has dicho nada, que se te ha entendido todo...

Gárgamel: ¡Es verdad, soy mutante! Ahora lo entiendo todo, la sociedad me teme y me odia porque sabe que soy superior...

Claro que no parece tan letal como tener garras de adamantium o ser tan molón como Lobezno... (porque realmente ese es su superpoder)

Biónica: Me alegro de servir de inspiración. Eso sí, ni se te ocurra ser más divertida que yo...