viernes, 23 de octubre de 2009

Hijosdeputa

Ante todo voy a tener que disculparme. En primer lugar, por lo abandonado que tengo el blog, pero es que a la vista de lo divertido que soy posteando bajo los efectos, casi prefiero esperarme a estar normal del todo antes de colgar otra cosa. En segundo lugar, por el tono de este post en concreto, que me temo que divertido, divertido, no va a ser, pero es que me sale de las tripas y no tengo más remedio que desahogarme. Ya sé que este no es un blog personal, pero total, tampoco es un blog musical y no dejo de colgar canciones... Además, a alguien le tendré que dar la brasa, que para eso están los amigos. Eso si, advierto que aunque me estoy habituando a la medicación, lo que se dice normal tampoco estoy, así que es posible que este post sea tan raro de leer como el anterior...

Hay veces que parece que todo lo se junta. Y la cosa es que yo siempre he pensado que soy una persona con suerte. Que conste que sé que no parece coherente con una mentalidad científica como la mía -bueno, más o menos- creer en la suerte, pero ya he dicho más de un millón de veces que soy incoherente, vamos a tener que asumirlo ya.

Y quizás debería explicar qué es para mi la suerte, que bastante distinto del azar o del destino. Alguien que crea en el destino, si un día no juega a la primitiva que hace todas las semanas y justo sale su combinación, pensará que es que su destino era que no le tocara (y por cierto, conozco un caso así) y no le dará más importancia. Son las ventajas de ser fatalista.

Alguien que crea en el azar -entendido como la probabilidad de que te toque un determinado sorteo en términos estadísticos- quizás no debería jugar más. Ya es difícil que te toque una vez, como para esperar que salgan los números que tu eliges dos veces... Es por esto que yo no suelo jugar a juegos de azar. Para mi lado científico es demasiado difícil estadísticamente que te toque un sorteo de estos, siempre gana la banca. La gente suele decir que a alguien le tiene que tocar, pero para mí, cualquier suceso menos probable que una lluvia de ranas (curioso suceso metereológico que efectivamente ocurre a veces) no merece mi atención.

Paradógicamente, a mí me ha tocado la lotería. De hecho, dos premios en el mismo sorteo (poca cosa, eso si, no os vayáis a pensar que me pagué la base secreta con eso, porque para nada). Y eso me lleva a mi tercer punto. Yo creo en la suerte. Y la suerte no la tienes que ir a buscar. La suerte te encuentra. Si te tiene que tocar la lotería, al final ya pasará algo para que eso pase. En mi caso concreto, la verdad es que si que tengo la costumbre de comprar un décimo para navidad (nada de participaciones, si me tiene que tocar, quiero pasta). Es coherente con mi forma de pensar, para mí las probabilidades de que me toque la lotería son ínfimas, pero le tengo que dar una oportunidad a la suerte.

Pero si lo piensas bien, para que te toque, tienes que comprar un décimo premiado. Quiero decir, tiene que tocar en tu provincia, en tu ciudad, en la administración en la que tú entras. Y si por si eso fuera poco, tienes que elegir el número correcto, de entre todos los que tienen allí expuestos. No voy a ponerme a hacer los cálculos, pero supongo que se entiende a lo que me refiero... No se puede confiar en el azar para ganar la lotería, hay que confiar en la suerte. De hecho, te puede tocar la lotería sin que pase todo eso. Incluso un año en el que has olvidado comprar tu décimo anual. Porque resulta que ese año ni siquiera toca en tu provincia, pero dos meses antes habías hecho un viaje por varias provincias y alguien te encargó que compraras un décimo en cada una de ellas, y tu terminaste comprando otro por si acaso. Eso es la suerte, y lamento no tener una teoría científica para explicarla, es así y punto.

Como decía, durante bastante tiempo he considerado que tenía buena suerte. Me han pasado bastantes cosas en las que considero que el azar me ha beneficiado incluso por encima de lo estadísticamente probable.

De un tiempo a esta parte, la cosa ha cambiado. Ahora tengo lo que llamo 'suerte envenenada' (los que sigan Lost, quizás entiendan mejor de lo que hablo). Se trata de sucesos poco probables en las que la buena suerte y la mala se mezclan. Es como que te pase lo mejor que te podía pasar en tu vida, pero te pase en el peor momento posible (hasta el punto de que casi hubiera sido mejor que no te hubiera pasado) o que un suceso realmente malo te reporte beneficios (y también en ese caso hubieras preferido no tener los beneficios). Hay una maldición que reza 'Ojalá vivas tiempos interesantes'. Hijosdeputa. Yo prefiero aburrirme, gracias.

Este mes ha sido especialmente malo y concretamente hoy parece darse algún tipo de encrucijada mística en la que los hados de la fortuna han decidido parar un momento para miccionar sobre mi cabeza. Pero claro, no lo van hacer con mala suerte, eso sería el recurso fácil. Cuando quieren putear en serio, te dan 'suerte envenenada'.

Todo esto viene a cuento de que, como creo que ya comenté, a finales de este mes me finiquitan de mi actual puesto de trabajo. Por suerte, en la última oposición quedé lo bastante bien como para garantizarme un nuevo puesto inmediatamente Al menos según las opiniones de todos con los que hablé, que estas cosas no las sabe nadie seguro. Además, mi puesto actual es lo bastante chungo como para que cualquier cambio supusiera una mejora en algún aspecto. Bueno, eso pensé yo, al menos...

La cosa es que llevo unos días bastante del hígado pensando que tendrían que estar llamándome ya para ofertarme algún puesto o, en al menos, decirme cual me tocaba (aunque fuera sin dejarme elegir) o en el peor de los casos indicarme amablemente que me fuera preparando lo del paro por que iban a tardar algo más en llamarme, pero algo, porelamordediós.

No sé si eso fue parte de lo que me estresó lo suficiente para joderme la espalda (la verdad es que tengo varios posibles candidatos al estrés actualmente, no voy a aburriros hablando de todos) pero lo cierto es que lo hizo en el peor momento posible, porque si hay algo que no me apetecía nada justamente ahora es quedarme en casa sin enterarme de lo que está pasando en [Organización Maligna]. De hecho, hoy me he levantado con la decisión de darme de alta esté como esté (y la verdad es que todavía no estoy del todo bien), para poder estar allí la última semana y enterarme de como está la cosa. Me han dado cita en el ambulatorio a las 12:50, por cierto.

A eso de las diez y media me llaman.

-Hola ¿eres Blanco Humano?

-Bueno, la verdad es que no me llamo así, pero para mantener el anonimato cuando cuente esto en el blog, te voy a contestar que sí.

-Vale, te llamo porque estamos ofertando vacantes para la bolsa de [sicario a sueldo] en la que estás desde las últimas oposiciones ¿Te interesa?

-Mujer, pues teniendo en cuenta de que ya me ha llegado una carta que dice que mi relación laboral con vosotros a final de mes, digamos que si, que me interesa un poquito.

-Hombre, no te preocupes, si tú estás bien colocado. Mira, pues te puedo ofrecer tres puestos para que te lo vayas pensando. A ver... tenemos 'puesto chungo', 'puesto chunguísimo' y 'qué susto más grande, prefiero la muerte'...

-Joder, pues menos mal que estoy bien colocado... Pues mira, me voy a arriesgar y voy a elegir 'puesto chungo'.

-Lo que pasa es que hay dos personas delante de ti que se lo están pensando...

-O sea, que concretamente puedo elegir el puesto que me dejen ellas.

-Si. Bueno o no coger vacante y esperar a que te ofrezcamos un contrato temporal...

-Claro, está la cosa como para decir que no a un puesto fijo. Espera, ¿me estás diciendo que soy el último en pillar vacante?

-Si.

-Pero si decían que detrás de mí iban a entrar como cincuenta más...

-Pues va a ser que no.

-Pues nada, cuando elijan las demás ya me dices qué me ha quedado.

-Vale, te llamo durante la mañana.

Cuelgo y reflexiono. ¿Ser el último, es tener buena suerte o mala?. Buena, supongo. Deberías estar contento. Seguramente te den un puesto de mierda en el que estés puteado a jornada completa (y con horario raro, que de eso prefiero no hablar) pero vamos, que tienes que estar contento. Actitud positiva. Ante todo, actitud positiva...

No puedo evitar pensar que no sabía que había puestos tan chungos en [Organización Maligna], y desde luego no tan peores que el mío... uno nunca sabe.

Se me ocurre llamar a mi jefe para preguntarle, más que nada porque es colega y conoce a todo el mundo en la organización, más que nada para saber más o menos que puedo esperar de cada puesto (total, elegir, lo que se dice elegir, no voy a elegir mucho; al menos me quiero ir mentalizando).

-Pues mira, de 'puesto chungo', no sé nada, aunque el horario es una putada. 'Puesto chunguisimo' no te lo recomiendo. Y en 'qué susto más grande, prefiero la muerte' es donde está ahora el jefe más hijodeputa de toda la organización, así que...

Estupendo... o sea que hay uno malo y uno muy malo y soy el tercero en elegir. Vale, ya me quedo más tranquilo. Al cabo de un rato, para mejorarlo más, me vuelve a llamar y me dice que ha preguntado y que le han dicho que 'puesto chungo' mola todo y la gente es majísima... dos veces estupendo. No, si va a resultar que al final ha quedado para el último lugar un puesto que mola y todo. Rezo para que las dos personas que están delante de mi no tengan esta información. De hecho rezo para que tomen su decisión bajo los efectos del crack y opten por los dos puestos peores...

Miro la hora. La de recursos humanos no llama. Me planteo pasar de la cita con el médico y que me den el alta otro año, que total, ya tengo bastante con lo que tengo. La espectativa de mirar fijamente el teléfono para ver si suena durante dos horas más tampoco me seduce, así que termino yendo al ambulatorio. Eso si, todo el rato con el auricular del teléfono metido en la oreja -no tengo manos libres en el coche- para evitar que no me localicen y le oferten la última vacante al siguiente de la lista, que cosas más raras se han visto... Me consuela bastante la comprensión de mi doctora (obviamente le tuve que explicar por qué si sonaba el teléfono durante la consulta tenia que cogerlo) que al final va a resultar que es maja y todo.

Por una cuestión de higiene mental decido tomar una actitud zen ante la vida. Concretamente la actitud zen de los samuráis antes de un combate. ¿Que es lo peor que me puede pasar, que me maten? Pues a por ellos (por si alguien no lo sabe, los samuráis eran unos guerreros terribles precisamente porque esta actitud permite evitar el bloqueo del estrés y pelear muy relajadito). Es decir, que asumí que me iba a pasar lo peor posible y que mejor me preparara. ¿Que es lo peor posible, puesto 'qué susto más grande, prefiero la muerte'? Pues a la mierda, seguro que puedo aguantarlo.

Pero no. Lo peor que te puede pasar, nunca es una de las opciones. Lo peor que te puede pasar siempre es algo inesperado.

Pasan las horas. Pasan los minutos. Pasan los segundos. Lennnnntamente... Se hacen las dos y la de recursos humanos, la señorita 'te llamaré durante la mañana', no llama. La espectativa de que no se acuerde de mi y se vaya de fin de semana me produce un ataque de ansiedad y decido llamarla.

-Hola, soy BH, que es que estoy aquí más tenso que Marco en el 'Sorpresa, sorpresa' ¿sabes ya algo?

-Ah, si. La plaza que tú quieres sigue libre, lo que pasa es que a una de las chicas no la voy a poder localizar hasta el lunes. Pero no te preocupes, en cuanto sepa algo te llamo.

Trato de calcular mentalmente cuantos segundos puede haber de aquí al lunes (probablemente a última hora de la mañana, no espero que mi sufrimiento termine a las ocho) para saber lo larga que se me va a hacer la espera hasta saber voy a disfrutar de un puesto chungo, uno muy chungo o uno peor que la muerte durante los años que faltan hasta la próxima convocatoria de oposición (pueden ser dos, pueden ser tres, pueden ser los que les de la gana) . Decido que este fin de semana va a ser divertido. Me daría a la bebida si no fuera porque con la medicación que me estoy tomando, la mezcla podría ser espectacular.

Aunque mira, bien mirado, igual se me pasaba más rápido.

PD: que conste que en el fondo sé que tengo que agradecer haber tenido suerte (y si no, que se lo pregunten al siguiente en la lista) y que seguramente me toque lo que me toque, tendré mejor trabajo que la mayoría de la humanidad (sobretodo que la parte de la humanidad que no trabaja porque no puede). Incluso es posible que me toque el que he pedido y que mole y todo (a pesar del horario, que es un pelín chungo) pero es que llevo un mes chungo y esto ha sido la gotita...

4 comentarios:

B dijo...

Siempre es mejor ser el último de la lista, que el primero en la lista de espera...y no te quejes de la espera, que sólo serán dos días y medio y yo llevo 28!!!

Jezabel dijo...

¿Quieres que te envíe mensajitos amororos al mail para darte mimitos y que no mates cosas?

Gárgamel dijo...

Ay, pobriño! Pues no es para consolarte ni comparar pero cuando llevas 12 años en la privada currando en el mismo puesto de mierda y el mismo año que te ascienden a jefecillo (de mierda, también) tú empresa anuncia despidos, congelación de sueldos, pérdidas millonarias y demás como que te darías de ostias por pillar el puesto más chungo de funcionario.

Y siempre me queda volver a opositar, sí.

Mucha suerte, a todo esto. ¡Animo!

Blanco Humano dijo...

Bich: tengo que reconocer que tu espera es peor,la verdad. De todas formas soy bastante tranquilo, asi que al final solo pase nervios el viernes y hoy lunes hasta que me han llamado. De todas maneras reconoce que no es lo mismo, que lo tuyo es para un puesto que te apetece y lo mio era para saber si me iba a un sitio tolerable o a sing-sing...

Jez: bueno, ya casi no hace falta, pero si te pillo por el msn ya te agobiaré con mis neuras, no te preocupes.Últimamente estoy muy monotema...

Gárgamel: joder, lo tuyo si que es chungo. Yo una vez pasé por algo así y se que no mola nada...

Lo de opositar no lo suelo recomendar porque es bastante duro, pero si te animas, la verdad es que luego el trabajo compensa bastante.

Gracias, y lo mismo para tí, a ver si remonta esto...