El superamigo

Las mujeres son un misterio de la naturaleza, todos lo sabemos. Son esos seres que no querrán tener sexo contigo hasta que se enteren de que tú estás teniendo sexo con otra persona. En ese momento son capaces de manifestar su interés de maneras fáciles de entender hasta para un hombre de inteligencia media como desnudarse completamente y rociarse de nata, cuando antes todo lo que hacían era tratar de que les leyeras el pensamiento mientras se hacían las interesantes. A esto las mujeres no le llaman ser complicadas, le llaman 'es que vosotros sois muy simples'. Pero me estoy yendo del tema. Yo de lo que quería hablar era de otra cosa.

Quizás no lo sepáis, pero Dios nos puso en este mundo para que copulásemos como conejos y así perpetuar la especie (y si pensabais que la respuesta era 'adorarle y respetar los mandamientos' es que no sabéis leer entre líneas). Ah, ¿que no creéis en Dios? (arderéis en el infierno por rojos y por infieles, que lo sepáis) pues todavía más fácil, porque entonces tenéis que creer en Darwin (no se puede no creer en Darwin) y la respuesta es que estamos aquí para follar como bestias y exterminar al resto de especies que nos hagan competencia (esto es así, y si no os lo creéis es que sois unos hippies rascaliras).

Bueno, supongo que veis adónde quiero ir a parar. Hay algo que no entra en el plan universal (ya sea de Dios, ya sea de Darwin) que es la amistad (especialmente en el de Darwin, que era más de matar australopithecus a pedradas). Y en concreto la amistad entre hombres y mujeres. La amistad entre hombres y mujeres es un constructo cultural, como los bautizos civiles y las reuniones de tupper-sex. Y es, en el sentido médico del término, improductiva (es decir, que no produce ningún resultado, o al menos no produce el resultado que se espera de ella). Pero en algún momento llegó la civilización, que es eso que hace que cuando un fontanero te da la factura (desplazamiento incluido) en lugar de matarle a golpes con su propia llave inglesa le pagues sonriendo (un atraso evolutivo, ya os lo digo yo). Y por culpa de la evolución, cuando una mujer dice que 'somos amigos' te tienes que guardar las ganas de lo que le harías (que por cierto, es bastante parecido a lo del fontanero, solo que cambian la herramienta y la forma de dar los golpes) y hacer lo que te diga manso como un corderito.

Lo de 'somos amigos' de las mujeres es el equivalente moderno de 'acogerse a sagrado' o a decir 'es broma' después de insultar a alguien (para los que no tienen vida 3D, el equivalente 2.0 es poner XD al final de un SMS o un tweet), te convierte en invulnerable y vale para todo. Una mujer dice 'es que somos amigos' y ya te puede tener toda la tarde dándote la brasa sobre lo perras que son sus amigas o contándote lo superespecial que es el último chico que ha conocido. Y tú aguantas, claro. Porque 'somos amigos'. Y piensas que debe ser cierto, porque a cualquier otra que te tuviera toda la tarde de compras llevándole bolsas o cargando un mueble que ha comprado y que necesita que alguien le suba a casa, le iban a dar dos duros (diez de las antiguas pesetas, quiero decir ¿cuánto será esta frase en euros?) pero sin embargo tú aguantas e incluso te apetece hacerlo. Ajá: Te apetece hacerlo. Ese es el punto ¿no te habías dado cuenta? Tengo una mala noticia: eres el superamigo.



Un superamigo puede creer en la amistad entre hombres y mujeres, en el amor platónico y si hace falta en la honradez de los banqueros. Y si le haces ver que igual le apetecía darle un empujoncito a su amiga, puede llegar a ofenderse: "¿Yo? Pero si somos superamigos..." No machote, superamigo eres tú, que desde que la conoces no te has perdido unas rebajas, la acompañas de compras cada vez que tiene que buscar una tontería para alguien y si hace falta le quitas el gotelé de las paredes. Superamigo eres tú, que eres el hombro en el que llora cada vez que uno de los cabrones con los que sale le pone los cuernos y que desde que estás con ella no has vuelto a fijarte en otra chica.

La diferencia entre un amigo y el superamigo, por si alguien se lo está preguntando, es que el amigo sabe (porque lo sabe) que si intenta liarse con la amiga ella le dirá que no, que sería una pena estropear su amistad. Pero él lo intenta de todas maneras, porque está en su código genético. El superamigo esto ni se lo plantea, porque claro, siendo superamigos estaría totalmente fuera de lugar.

Pues bien, valga este pequeño homenaje a todos esos héroes anónimos que existen para que las mujeres piensen que hay hombres maravillosos con los que pueden estar tranquilas sin preocuparse porque estén pensando en zumbárselas... y mientras poder zumbarse a otros. Por vosotros, que si la naturaleza fuera sabia de verdad, naceríais sin pene. Total, no os vais a reproducir...