Advertencia: esta es una entrada sobre el humor, lo que implica que no tiene ni puta gracia; tratar de hacer humor hablando del humor sería absurdo; y seguramente dé cáncer.
1. Los chistes. Lo siento, pero contar bien chistes es un arte.
Y uno de los difíciles. Hay pocos contadores de chistes realmente buenos, incluso entre los profesionales. Y si no, ahí está Jaimito Borromeo para demostrarlo (a no ser que no le paguen por lo que hace, en cuyo caso no se podría decir que sea profesional; bien mirado, eso explicaría que le dejaran salir en la tele...). En la mayoría de los mortales, un chiste no es más que humor precocinado. La mayoría de gente no tiene gracia, así que cuando quieren hacer reír a alguien, sacan una ración de paella de Frudesa y tratan de pasarla por una de verdad. Joder, todo el mundo no tiene que ser gracioso. A mi me gustaría ser guapo y me jodo, dejadnos a los feos nuestro territorio, al menos*. Además, no es justo. Yo para ser gracioso me escribo mis propios diálogos (bueno, no es que me los escriba, la verdad es que los improviso sobre la marcha). No está bien ir por ahí con material de segunda mano, no sé lo que esperan los de la SGAE para intervenir...
De todas maneras, la mayoría de gente no cuenta bien los chistes, como ya he dicho. Y una persona sin gracia contando un chiste es una de las cosas más patéticas del mundo. Porque además, la convención social exige que te rías cuando alguien te cuenta un chiste (a no ser que tengas mucha confianza con el que lo cuenta, en cuyo caso, el convenio exige decir "que malo" aunque te estés partiendo; las relaciones humanas son un misterio...). Pero al parecer, por un motivo desconocido, cuando alguien dice "¿te cuento un chiste?" no se puede contestar: "no, gracias" (lo he intentado; un chiste es como un orgasmo, cuando empieza ya no se puede detener). Pues yo tengo un problema con eso, y es que mi padre contaba los chistes de puta madre. Eso quiere decir, que me los sé todos (pero todos, todos; es increíble los pocos chistes que han salido en los últimos diez años). Pero además bien contados. Así que cuando alguien me dice "¿te sabes el de... ?" me dan ganas de contestar sin darle tiempo a terminar: "si, me lo sé; y mejor contado, además". Pero al parecer, los chistes es una de esas cosas que no pueden no gustarte, como los cachorritos o las puestas de sol**.
2. Los imitadores. Joder, estos si que me ponen malo. Y no digo que imitar a alguien sea fácil. Es como hacer caricaturas, puede ser burdo, pero no sencillo (bueno, menos imitar a Chiquito o a Torrente, que como ya son personajes lo puede hacer cualquiera). Lo que pasa es que no me parece que tengan gracia. Un humorista hace humor. Poner la cara de Belén Esteban y decir "Andreíta, cómete el pollo" no tiene gracia (ya no la tenía cuando lo decía el original). Y menos si esa es toda la diversión (es decir, si no hay un gag que lo justifique). Al final, la imitación se limita a la repetición de unos lugares comunes que se dan por válidos. Vuelve a ser otra forma de humor precocinado.
Pero hay una cosa peor que los imitadores. Son los imitadores de los imitadores. ¿Os habéis fijado la cantidad de gente hace imitaciones por ahí? Pues no imitan a los personajes, imitan a sus imitadores. Nadie sabía imitar al Rey hasta que alguien lo hizo primero (o no se atrevían, pero ese sería otro tema). Ni a Aznar, ni a Zapatero (los políticos sosos dan muchos problemas a los imitadores, porque no saben a qué cogerse; a la gente como Raphael o José María García los puede imitar cualquiera; eso sí, imitar a personajes que están fuera de la circulación debería estar especialmente castigado). Fuentes y Carlos Latre han hecho más daño que muchos grupos terroristas...
En este punto me gustaría hacer una excepción. Cuando a algo se le da una vuelta más, puede volver a molar. Esto lo hicieron Faemino y Cansado ("¡famosos en acción, famosos en acción!") haciendo imitaciones sin imitar al personaje. Gomaespuma también jugaron a esto haciendo las imitaciones mal de un modo intencionado. El equipo de Muchachada Nui (antes conocidos como La Hora Chanante) han llevado las imitaciones un paso más allá. Imitan a los personajes todos con el mismo tono. Y ellos sí que tienen gracia, puesto que el humor está en lo que dicen, no en el parecido...
3. El humor chabacano. Iba a llamar este punto simplemente "Los Morancos", aunque supongo que hay más gente así. Los Morancos merecen una muerte lenta y dolorosa. Coger un tema odioso y cambiar el estribillo por "pluma, pluma gay" merecería un fusilamiento por sí solo, sin contar el daño que hace que a los niños les haga gracia y los imiten (y cada vez que un niño imita a los Morancos, dios mata a un gatito metiéndolo en una thermomix). Los Morancos no hacen humor. Hacen daño.
En esta categoría también podrían entrar el humor sobre tópicos (chistes de catalanes, gangosos, mariquitas, de Lepe, de Jaimito, de un inglés, un francés y un español... no entran en la categoría de chistes porque no lo son; son mecanismos y sólo hacen gracia cuando se les da la vuelta***) especialmente el humor sexista ("¿en qué se parecen una mujer y una baldosa?" mira, ni lo sé ni me importa, si no te gustan no te acuestes con ellas y punto; y lo mismo para las mujeres, que vengarse de los machistas haciendo lo mismo que ellos no me parece que tenga mucho sentido) y muy muy especialmente Matrimoniadas (¡"Pepaaaaa..."!). Mira, que la rutina acabe con la vida en pareja ya tiene poca gracia, tratar de normalizarlo riéndose de ello me parece casi dramático.
En mi opinión el humor tiene que ser algo ingenioso, inteligente y a veces casi experimental. De vez en cuando un chiste grueso tiene gracia, pero solo si se hace bien (y normalmente funciona por contraste, por el factor sorpresa). El 'caca culo pedo pis' lo puede hacer cualquiera, y yo ya me he reído con eso. En primaria, creo. Ahora me gustan otro tipo de cosas. Entiendo que es inevitable que cuando te interesa algo, tus gustos se hagan más sofisticados. Hay pocos cinéfilos que realmente valoren las películas de Van Damme.
4. El running gag. Para el que no lo sepa, se trata de un chiste o pequeño elemento que se repite a lo largo del tiempo o en números distintos. Es tan efectivo, que tiene gracia en sí mismo. Es decir, es frecuente que su primera aparición no tenga ni sentido. Empieza a tener gracia con la repetición. Pero claro, esto es cuando se utiliza bien. Los Monty Python lo hacían bien. El Dúo Sacapuntas, no.
Decir, '22' no es divertido, por mucho que lo repitas. El running gag es un recurso aceptable sólo en su contexto. Si no hay contexto, no funciona. El mayor culpable de esto fue el "Un, dos, tres" (probablemente el programa más sobrevalorado de la historia de la televisión) cuyo único motivo de existir era el running gag como método (y los muslos de las azafatas, creo; eran otros tiempos). Debo de ser la única persona del mundo a la que Ozores balbuceando no hacía gracia, por mucho que al final dijera 'No, hija no'. Los humoristas buenos allí se quemaban que daba gusto...
5. Los payasos. Lo siento, esto no es políticamente correcto, lo sé. Los payasos al parecer ponen sentimental a la gente. Vale, a mí en el mejor de los casos me dan miedo (no sabes lo que es el terror hasta que no ha entrado sin avisar en una habitación un Ronald McDonald de casi dos metros). Y a la mayoría de niños, por cierto, lo que pasa es que al final se tienen que acostumbrar a ellos. Con todo, su humor me parece aceptable para lo que es. Es decir, para niños. Los niños son más simples y se ríen con ese tipo de cosas, me parece bien. Yo lo siento, pero si quisiera reírme con alguien con la cara pintada como una puerta y diciendo tonterías, pondría cualquier programa de Telecinco (aunque la verdad es que tampoco me parecen graciosos).
6. El humor amable. Vale, es como lo de antes, entiendo su necesidad. Pero es mi lista, y yo no lo soporto. El humor tiene que molestar. Si ofende un poquito, incluso mejor. No todo, vale. Pero tratar de hacer humor sin hacer daño es como tratar de tener sexo sin mancharse. Puede funcionar, pero no lo vas a hacer bien.
Yo personalmente odiaba "Familiy matters" (Cosas de casa) por Steve Urkel como cualquier persona normal. Pero cuando realmente moría era cuando salía cualquier otro de los personajes regodeándose en ese humor bondadoso como de Papá Noel. De todos modos, reconozco que no pude ver nunca más de cinco minutos, así que igual solo ví las partes malas... (ahora que lo pienso, creo que siempre veía el final moralizante, porque iba antes de 'El Príncipe de Bell Air', que era lo que yo quería ver).
7. La gente sin gracia que trata de hacerse la graciosa. Son todos esos que dicen "es broma" después de un comentario, o anuncian la gracia antes de soltarla (esto lo hacen mucho los políticos, por eso ninguno de ellos tiene ninguna gracia). Mira, no. Si lo tienes que señalar, es que no era gracioso. Una buena broma se tiene que decir serio y sin cambiar el tono. Si así no funciona, es que no tenía gracia de todas maneras. Y no hay nada peor que la risa por lástima (es mucho peor que el sexo por compasión; eso al menos sigue siendo sexo). Otra cosa es que te desmadres en el tono para exagerar algo, que mola, pero también hay que saber hacerlo (Berto tiene una intervención en Buenafuente cabreándose como un mono con la gente que no quita las pegatinas a las cosas que es brutal).
8. Las bromas telefónicas. Yo he tenido la desgracia de trabajar en un call center. Llamar a alguien que está trabajando y divertirse tomándole el pelo es tan gracioso como darle una paliza a un tetrapléjico. Si no te pueden devolver los golpes no tiene gracia. Cada vez que en un programa de radio o televisión llaman a alguien que está currando para hacer risa, yo me cabreo. Incluso reírse de particulares que no tienen ni idea de qué va la cosa no tiene ninguna gracia. No es hacer humor, es reírse de la gente y está feo. Hay un tipo en Cadena Dial que riza el rizo llamando a la gente para hacerles cabrear. ¿Pero que mierda de mérito tiene eso? Ponte a currar de cara al público y verás como te lo hacen dos de cada tres clientes sin siquiera pretenderlo...
La versión doméstica del anterior son lo que la gente llama 'Tomar el pelo'. Bien, si me cuentas una mentira y me la trago, vale. Si te pregunto tres veces '¿eso es verdad?' porque no me la creo, para cuando me convenzas ya no tiene mérito. Ya si la gracia consiste en poner chinchetas en las sillas o pintarme la cara con rotulador mientras duermo, se convierte en putadas. Yo para eso prefiero las patadas, que son mucho más directas y desahogan un montón...
10. La gente que se ríe de los que no se pueden defender. Mira, a mi ver vídeos de youtube de gente que ha tenido una infancia difícil (en la mayoría de casos están saliendo de ella) haciendo el ridículo ya me da vergüenza ajena. Sacar a alguien que obviamente le falta un hervor para reírse de él, te pone al nivel de un niño de doce años burlándose del tonto de clase (nunca lo hacen con el fuerte, claro). Cárdenas elevó esto a un arte, consiguiendo de paso llenar la tele de freaks de la peor calaña. ¿Para cuándo un antivirus en los programas de televisión? Yo creo que un buen cortafuegos no hubiera dejado salir a un tipo como éste en la tele...
Una variación de esto es putear a famosos/políticos/lo que sea desprevenidos por la calle. Mira, el Caiga Quien Caiga esto lo hacía, pero con gracia y normalmente contra gente que se lo merecía. Ahora cualquier tonto se cree que puede hacer reír puteando a alguien mientras le apunta con una cámara. Pues no tiene gracia. Y además es de muy mala educación.
Cosas que sí que me gustan:
Los Hermanos Marx, los Monthy Python, Woody Allen (especialmente el de antes y sobre todo cuando escribe), Piedrahita (pero en monólogos, la magia no me interesa), Faemino y Cansado, El Tricicle, Muchachada Nui, Berto Romero, Buenafuente (mejor en catalán), Pablo Motos (pero en la radio, y sobre todo el de hace mucho tiempo, el de la tele no sé quién es; alguien que toma demasiado café, seguramente), Gomaespuma, la gente que hace gracias sin cambiar ni el tono de la voz, las chicas que saben ser divertidas (y no solo estar monas), Pratchett, Calvin & Hobbes, cualquier cosa de Pixar, las series buenas (Friends, The Big Bang Theory, Cómo Conocí a Vuestra Madre, Enano Rojo...), Forges, Tip y Coll (aunque siempre mucho más Tip), Gila, Les Luthiers, Martes y Trece...
...y seguramente mil cosas más de las que ahora mismo no me acuerdo.
Con todo, cada uno se puede reír de lo que le parezca bien. Siempre que no hagan daño a nadie, me parece mucho mejor reírse que ir por ahí contando penas. O sea, que si te encantan los chistes de gangosos, me parece perfecto. Mientras no trates de contarme ninguno a mí...
PD: Iba a crear la etiqueta 'humor' para este post, pero teniendo en cuenta que no es gracioso, iba a quedar raro. No deja de ser curioso que no la tuviera todavía. Supongo que no me gustan las cosas que se etiquetan a sí mismas como divertidas, eso lo tienen que decidir los demás. Además, yo no soy humorista...
*Bueno, lo cierto es que yo soy tan guapo que ofende, pero lo he dicho porque me parecía gracioso. Pero vamos, que si no os fiáis os puedo dar el teléfono de mi madre para que ella os lo confirme. Bueno, mejor no, que es muy mentirosa.
**Me gustaría aclarar que a mí si que me gustan los cachorritos y las puestas de sol. Lo que pasa es que no suelo reconocerlo, porque destroza ese aire huraño a lo House que las mujeres encuentran tan sexy (en House, claro).
***Entran un inglés, un francés y un español a un bar y el camarero exclama '¿´Qué coño es esto, un chiste?'
17 comentarios:
Eh! Que yo cuento chistes geniales!!
(Vale, son horribles, pero los cuento con mucha gracia)
Por lo demás, odio a Latre, echo de menos al Pablo Motos antiguo, adoro a Calvin&Hobbes, no me explico que no hayas nombrado a Les Luthiers...y eres guapo estándar.
Como consumidora habitual de humor, además de comprobar que engancha, me he dado cuenta de que los gustos evolucionan y no todo lo que valía antes sigue haciendo gracia. Por eso la maestría se ve en cosas que te hacían reír con 10 años, con 20 y que te siguen haciendo reír.
Bich: perdón, estaba editando en directo antes de ver los comentarios. Ya están añadidos, pero seguro que me olvido de alguien...
Y a ti te sientan bien los chistes, pero porque eres adorable y te queremos.
¡Y deja de decir que soy guapo estándar! Yo quiero ser feo gracioso o macizo, guapo estándar me suena a vulgar...
Zoe: totalmente de acuerdo, cuando algo envejece mal quiere decir que no era tan bueno.
Guapo estándar es Bonito!!!
A lo demás: JA!
Sii, claro, y la imitación de Bich de Chiquito? ¿Eso no lo incluímos? ¡Eso se merece categoría propia como poco!
Al final me vas a caer bien y todo.
¡Bien dicho (B.)Humano!
Saludoss y silbidoss..
Chapeau!
Te ha faltado recordar a ese personaje patético que repite el final del chiste una y otra vez, intentando que resurjan las risas. ¿por qué no les dicen que los chistes tienen una fecha de caducidad instantánea?
Tengo algunos libros de Woody Allen que me gusta releer. Aún recuerdo aquello de "El león y la gacela yacerán juntos. Pero la gacela no dormirá muy bien" (Sublime! XD)
Por añadir una serie genial (al menos para mí) Las chicas de oro.
Te quiero.
Eres mi hombre! (anónima)
Los dos últimos comentarios van a sufrir rotura de fémures.
Me ha encantado el **
jijijii
(Sabía que te iban a encantar. ¿Qué haces levantada a estas horas?)
El mal.
Jez: Mierda, la imitación de Chiquito, sabía que se me olvidaba pedirle algo. Y yo pensando que era que me enseñara los pechos....
B.B.: jajajaja... ven al lado oscuro... juntos dominaremos la galaxia...
La serpiente...: Gracias (S.) que pudo ser mujer....
JuanRa: es que no quería hacer un catálogo sobre cuentachistes. De eso ya hay un monólogo de Gila, y yo a los maestros no los versioneo...
Sicilia, 1930... las chicas de oro me gustaban de crio, no se como abrá envejecido...
WeDoItBetterInTijuana: mamá?
Anónimo/a: si la de antes era mi madre, tú ya no se quien eres...
Barbi: eh! no te metas con mi familia... para una vez que me visitan...
Barbi II: es que eres mala...
Yo estoy en el lado oscuro hace muchos años......
¡Muy bueno!
Genial post. Yo con Carlton for ever...su bailes improvisados no tenían precio!
Bluemoon
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