lunes, 22 de febrero de 2010

La vez que trabajé en un bar gay

Como ya expliqué hace poco, yo tengo un pasado. Lo que pasa es que normalmente no lo cuento. Menos cuando no se me ocurre de que escribir, claro. 

Lo malo de tener una cierta edad y tener un culo inquieto es que uno ha trabajado casi de todo (llámale culo inquieto, llámale tener una carrera de mierda). He hecho cosas muy originales, pero lo que se lleva la palma en cuanto a la reacción que produce en la gente cuando lo cuento es haber sido camarero en un bar gay. Como si para currar en un bar gay hiciera falta ser gay. Si esto fuera así, no podría haber camareros gays en los bares heterosexuales, ¿no?. Pues los hay.

Lo que primero que me pregunta la gente es como terminé trabajando allí. Esta parte es fácil era joven, necesitaba el dinero: mis amigos y yo íbamos allí a beber.Al final terminamos teniendo tanta confianza con el dueño que cuando necesitaron camareros nos ofrecieron el trabajo (sospecho que fundamentalmente porque sabían que se iban a reír de nosotros). Uno de mis amigos y yo (supongo que los que más necesitábamos la pasta por aquella época) aceptamos

Tengo que aclarar que en realidad no era un bar gay. Era un bar regentado por gays. Puede parecer una diferencia sutil, pero a nosotros nos servía. Más que nada porque íbamos allí a esperar a un amigo de un amigo que trabajaba en otro local de los mismos dueños (ese ya sí, un local gay; por eso no le esperábamos en aquel). Bueno, y porque la cerveza era barata. Estábamos en esa edad en la que podíamos bromear sobre nuestra orientación sexual, pero no permitir que se dudara de ella. Creo que los hombres no la abandonamos nunca del todo.

Trabajar en un bar gay  no es más difícil que trabajar en cualquier otra cosa, cuando te acostumbras. Una vez te han preguntado si estás en la carta (a mí me lo preguntó mi primer cliente) ya estás preparado para todo y puedes tirar adelante. De todos modos tengo que reconocer que los otros camareros a menudo nos protegían paternalmente. Supongo que se sentían responsables.

Al poco de entrar se hizo habitual que al terminar saliéramos a tomar unas cervezas con el resto del personal. Como los heterosexuales eramos minoría parecía normal que saliéramos por locales de ambiente. La verdad es que no nos molestaba, y terminamos conociendo a gente muy interesante (recuerdo unas lesbianas muy majas de las que me hice amigo), aunque siempre íbamos un poco en esa actitud de 'no disponible' tan típica de los heteros en esos locales. Reconozco que no he tenido nunca la confianza en mi mismo tan alta como en aquella época que rechazaba ofertas constantemente. Bueno, o al menos de vez en cuando.

En una ocasión, en un local había un espectáculo en el que una chica imitaba a Marilyn Monroe. Obviamente ni era Mariliyn ni era chica, pero la verdad es que daba bastante el pego. Al final del espectáculo incluso me la presentaron -la gente con la que yo iba era muy conocida en el ambiente- y pude apreciar que la caracterización funcionaba bastante incluso de cerca. En un momento dado desapareció y volvió convertido en un chico menudo aunque bastante majo que me trataba como si me conociera. Tengo que reconocer que no me di cuenta de quien era hasta que todo el mundo empezó a reirse...

Otro día quedé en el mismo local con una clienta habitual del bar. La verdad es que la chica no me convenía nada y me negué a escuchar a los que me recomendaron que no lo hiciera, pero que puedo hacer, me van las chicas malas*. Esta en concreto me tuvo de plantón en la barra de un local totalmente gay y sin ningún tipo de cobertura durante lo que a mi me pareció que fueron... unas dos semanas o así. Ahí descubrí que no estaba tan curtido como pensaba y que en solitario el ambiente me intimidaba bastante. Cuando acabó el espectáculo vi aparecer al transformista del que hablaba antes. Tengo que decir que me alegré mucho de ver alguien de conocido -porque estar alli solo me ponía algo nervioso- y así se lo manifesté.

-Huy, guapo, yo soy la peor de todas -me respondió poniéndome una mano en la rodilla y haciendo morritos, mientras yo notaba como se me helaba la sangre.

*Con esta chica mala en concreto no volví a quedar nunca más. Una vez creo que fue más que suficiente para mi...

5 comentarios:

Gárgamel dijo...

Jajajaja! ¿Tú eras de los que entraban en estos sitios con el culillo apretao por si acaso?

Si vuelves ponte la camiseta y el sombrerito vaquero que arrasas seguro. :P

B dijo...

Jajajaja...llevabas siempre el casco puesto, verdad??

Que sepa el mundo que he soñado contigo, que medías como 1,20 y que me he despertado del ataque de risa que me ha dado en sueños...

Biónica dijo...

Metro veinte? Uy Bichejooo...

de todas formas, es comprensible todo xD. Al menos no son como aquí, que parece que sólo nos falte reproducirnos por esporas. Que ya sabes que el conflicto vasco en realidad es porque no se liga! xD

Barbijaputa dijo...

Mide más, me saca como media cabeza, creo recordar, no me hagas mucho caso,e staba borracha. Y está que te cagas de bueno. El resto es CENSURED.

Blanco Humano dijo...

Gárgamel: que va, yo iba superseguro de mi mismo. Bueno, hasta que me encontré solo, y entonces creo que tenía pinta de haber robado algo y estar esperando que me detuvieran...

Er... lo de la camiseta y el sombrero me ha dejado confuso, ahora mismo ¿A ver si voy a estar dando la imagen que no toca?

Bichejo: claro Bich, yo siempre siempre siempre llevo el casco puesto. En tu cabeza, al menos.

Y no deberías contar el tipo de sueños raros que tienes conmigo, que igual tu novio lee esto. A ver, entonces: estábamos tú, yo y un enano, y ¿qué pasaba luego? No sabía yo que te iban esas cosas...

Biónica: Sí, lo del conflicto vasco lo había leído por ahí. Por aquí sin embargo es un no parar, por eso no nos metemos en política...

Vamos, digo yo que será por eso.

Barbijaputa: ¿Este ha sido venganza por el de Pilar Rubio, o fue antes? Pues te advierto que no te contesto porque no se me ocurre nada más ingenioso que lo tuyo que sea publicable. Pero vamos, que si no, te ibas a enterar...