lunes, 11 de mayo de 2009

El informe mermelada: una hipótesis razonable

Un intercambio inocente de comentarios con Ender y la falta de sueño son los responsables de este post. No me hagáis mucho caso, en cuanto duerma un poco, se me habrá pasado...


Supongo que todo el mundo recuerda la historia, porque corrió como la pólvora. Precisamente por este motivo no voy a relatarla una vez más. Baste decir que es conocida como "La niña de la mermelada", aunque también se puede localizar en Google como "Ricky Martin mermelada", o "Ricky Martin perro". Si alguien quiere conocerla en detalle la puede buscar. La historia en si no me interesa nada. Es un hecho aceptado por todo el mundo que nunca sucedió. Bueno, en realidad no por todo el mundo, pero también hay gente que cree que todavía cree que Elvis vive, así que... Hay que tener en cuenta, eso si, que ahora es muy fácil hacer una simulación parcial y colarla como la original, y de hecho alguien lo hizo. Se trata de un vídeo falso creado seguramente por alguien que pretendía adquirir notoriedad, supongo. Aseguró que colgaría el vídeo y finalmente no lo hizo. Si el vídeo original hubiera existido, ahora estaría ya en todos los discos duros del país. La propia ausencia de pruebas documentales demuestra que aquello no pasó.

He dicho que la historia no me interesa, pero tengo que decir que siempre me ha fascinado su desarrollo. La mayoría de rumores o leyendas urbanas son algo a vagos y tardan mucho tiempo en alcanzar difusión. Este alcanzó su objetivo en horas, y costó muchísimo convencer a la opinión pública de que no sucedió nunca. Ignoro si alguien lo ha estudiado seriamente, yo al menos no he encontrado referencias.

A poco que se investigue en alguno de los lugares en los que se puede encontrar por internet, y tras el inevitable relato de la leyenda, se llega al testimonio de gente que afirma haberse enterado de la historia al día siguiente de la emisión. Ya nadie dice haber visto el vídeo (aunque mucha gente refiere que alguien le aseguró haberlo visto) supongo que por el descrédito que tal afirmación acarrearía actualmente. Pero todos cuentan que al día siguiente no se hablaba de otra cosa. Yo mismo lo recuerdo, si es que puedo confiar en mi memoria. Sorprende en un primer momento esta velocidad de transmisión.
Y sin embargo no podría haber sido de otra manera, como luego explicaré.

Recuerdo haber escuchado una entrevista a la propia presentadora (pensaba que fue Concha Velasco, aunque me puedo equivocar porque la leyenda habla insistentemente de Isabel Gemio; poco importa, en realidad) en la que manifestaba su perplejidad ante el hecho de que la primera noticia del suceso le llegara al coger el primer taxi del día, justo a la mañana siguiente del programa. Programa que, según sus propias declaraciones -que poco importan, la conspiranoia no entiende de desmentidos oficiales- se desarrolló con absoluta normalidad de principio a fin. Esto tiene su importancia, ya llegaré a ello.

Ahora me veo obligado a dar un pequeño rodeo antes de entrar en la historia en si. Los siguientes tres párrafos no son necesarios para la comprensión del texto, únicamente sirven para dar rigor al mismo.

Me gustaría detenerme en las ciencias sociales un momento, ese hermano pobre del corpus científico. Ciencias como las psicología, la sociología, la antropología, etcétera, a menudo son ninguneadas por carecer del suficiente rigor (algo derivado de su propio objeto de estudio, por otra parte; como dijo Woody Allen 'Es imposible vivir la propia muerte con objetividad y, además, cantar una canción'). Y sin embargo las teorías que producen estas ciencias blandas, son a menudo las que más aplicación tienen en la vida diaria. Es conocido el meme de los 'Seis grados de separacion' hasta el punto de haberse convertido en un hecho conocido de la cultura popular, pero a menudo se ignora que está basado en un experimento psicológico (el experimento del mundo pequeño, de Milgram). Con esto trato de demostrar que las ciencias sociales a menudo están interesadas por este tipo de fenómenos, tales como el rumor o las leyendas urbanas, que resultan ser de aplicación práctica en campos tan distintos como el marketing o la guerra. Bueno, puede que no tan distintos.

Aun a riesgo de alargar innecesariamente la presente exposición, considero necesario aclarar que yo soy una persona tremendamente escéptica (más en el sentido científico que en el filosófico) lo que hace que dude sistemáticamente de lo que me cuenta la gente. No se puede dudar de todo, por supuesto, y a menudo abandono mi metodología por motivos puramente prácticos cuando creo en la inocencia de la historia, pero recurro rápidamente a ella en cuanto sospecho un fin o una intencionalidad detrás de algo.

Consideremos un hecho: el cerebro humano no conoce la realidad, la construye. Esto no lo se porque yo sea muy listo -de hecho hay gente que sostiene insistentemente lo contrario, algo de razón tendrán- sino gracias a mi propia madre. Si mi madre me dice "X me ha dicho Y" lo primero que tengo que hacer es un ejercicio de reconstucción ("vamos a ver: pero exactamente que te ha dicho?") que suele terminar dándome de frente con el principio de incertidumbre: del mismo modo que no se puede resolver la paradoja de Schrödinger sin matar al gato, yo no puedo decubrir la verdad sin someter a torturas a mi madre. E incluso así sospecho que los resultados no serían concluyentes, en cuanto la información entra en su cerebro se transforma irremediablemente. Mi madre puede que sea un caso extremo de esta situación, pero dista de ser un caso único. Cuando A obverva un suceso, lo considera cierto y se lo cuenta a B. Si B confía en A, lo tomará igualmente como cierto y se lo contará a C. Y sin embargo, no solo no podemos asegurar que el hecho sea cierto, ni siquiera podemos decir que B lo conozca realmente. Si A interpretó un hecho, pero no puede conocer la verdad, mucho menos B. Si a esto añadimos que el humano medio está pobremente dotado para realizar inferencias estadísticas y tiene tendencia a confundir causalidad y correlación, tendremos un escenario en el que es realmente complicado discernir lo que es real de lo que no. No olvidemos que el ser humano tiene tendencia a buscar sentido a sus observaciones, pero no rigor científico.

En este estado de cosas, creo que podemos analizar el, llamémosle así, fenómeno de la mermelada (al que me referiré como rumor por simple comodidad del término, aunque realmente sería más apropiado calificarlo de leyenda urbana). En primer lugar tenemos la difusión de un hecho que es manifiestamente falso. Los principios que logran que un rumor se difunda o no, son bien conocidos y no entraré aquí a analizarlos. Baste decir que el rumor está suficientemente bien diseñado como para asegurar su difusión. Lo escandaloso de la historia se encarga de ello. Ahora bien, hay algo que tiene que llamar poderosamente la atención. Si creemos a la presentadora (y no solo no tenemos motivos para ello, sino que este extremo se podría investigar fácilmente) en que durante la emisión no sucedió ningún hecho extraño (como por ejemplo un corte en la emisión) que justificara su nacimiento, aunque sea inventado, habremos de suponer que este rumor es intencionado, no espontáneo. No ha nacido para explicar un fenómeno extraño, sino que se lo ha diseñado y puesto a circular con una intención. ¿Cuál? Ya llegaremos...

Más arriba señalé que un rumor así solo se puede difundir con extrema rapidez, y lo justifico. Si el hecho se hubiera dado, efectivamente todo el mundo hablaría de él al día siguiente, justo como sucedió. En cualquier caso, si a alguien le llegara la historia dos o tres días después, inmediatamente lo descartaría como falso alegando que 'algo así se hubiera sabido'.

Llama la atención también que la historia se refiera a un programa de televisión, suceso público que cualquiera -y en principio bastante gente- estaría en condiciones de refutar. Alguien podría haber dicho inmediatamente 'no es cierto, yo vi anoche el programa y no pasó nada de esto'. Supongo que el hecho de que el programa fuera largo y terminara tarde, garantizaba que poca gente estuviera en condiciones de refutar la historia. De todos modos, aunque esto sucediera, estoy seguro de que esa persona terminaría dudando de si no se durmió brevemente y se perdió el suceso. Como saben bien los periodistas, una noticia tiene más poder de difusión que su retractación, las escasas personas que estuvieran lo suficientemente seguras de la falsedad de la historia no serian suficientes para desmontar el rumor.

De este modo tenemos un rumor que alguien trata de difundir con rapidez. ¿Cómo lo hacemos? Aquí es donde entran las hipótesis. Tenemos una historia que queremos difundir rápidamente y de forma masiva. Digamos que solo tenemos una noche para hacer este trabajo, porque la noticia tiene que estar en la calle para cuando la gente llegue a sus lugares de trabajo. A mi solo se me ocurre una manera de difundir un rumor mientras la gente duerme, y es a través de los que no lo hacen, los trabajadores nocturnos. Hospitales, centrales telefónicas, comisarias... ¿como hacemos llegar el rumor allí? Pues como se mueven las cosas normalmente, con el transporte público. Taxis y autobuses. Fácil y barato.

En lugares distintos del país, ciudadanos anónimos cogen taxis y cuentan la historia. Los taxistas no pueden confirmarla puesto que están trabajando y no han visto el programa, pero pueden transmitirla a la central o a cada cliente que transporten, llevados seguramente por la incredulidad, para confirmarla o conseguir más datos.
¿Cuantos taxistas hacen falta para esto? No podría decirlo. Seguramente menos de los que uno pensaría...

Todo esto por supuesto, no es más que una tontería, porque ¿quién iba a preparar una maniobra así, por nada? No parece beneficiar a nadie. Desde luego no al protagonista, que ya era famoso y no necesitaba que alguien hablara de él. Seguramente tampoco a la cadena, aunque el efecto en la audiencia se tuvo que notar el programa siguiente. Falta un móvil, en definitiva. Los únicos sospechosos que podrían ser los estudiosos de los rumores, psicólogos y sociólogos, pero parece poco probable que un científico lance una investigación tan poco controlable experimentalmente. En cualquier caso, si hubiera sido así, los resultados se hubieran publicado ya.

Parece extraño que lance una hipótesis y luego yo mismo la rechace. Sin embargo no estoy rechazando la hipótesis, me limito a decir que parece llevar a un callejón sin salida. El experimento se hace para estudio del rumor simplemente, no por alcanzar un fin concreto. Y estoy razonablemente seguro de que un experimento así no ha salido del ámbito académico.

Antes mencioné los campos de aplicación de la investigación sobre los rumores. Obviamente no están solo en el ámbito académico, aunque yo no puedo saber exactamente quien puede haber hecho algo así, solo quien sospecho que no.

Ahora, si desaparezco misteriosamente, ya sabéis quien ha sido.

Y no, Elvis no vive.
Murió hace dos años en su residencia de las Barbados, todo el mundo lo sabe...

5 comentarios:

Jezabel dijo...

Creo que es la primera vez que te leo un post medianamente serio. Me ha gustado :)

PD: groar.

Radagast dijo...

Medianamente serio?
Hombre, Jez, que BH ha tenido muchos así.
Como el anterior, cagüenla.

Por cierto BH, los del NOM van a tu casa en estos momentos. Ya te veremos en... "La Isla"

Barbijaputa dijo...

Ulti!


PD; Tu blog ha dado un salto cualitativo, y eso que parecía imposible mejorar tus patinadas de neuronas.

Pero ahora echo de menos tus posts chorras.

Sí, lo sé, las mujeres somos incomprensibles.

ender dijo...

Hasta que no me lea todo otra vez (por lo menos) no seré capaz de decir nada serio acerca de esto.

Mientras tanto voy a revisar Big Bang Theory para ver si el gato puede salvarse o no.

Blanco Humano dijo...

Jez: venga que eso se lo dirás a todos...

Y ahora encima me han dado ganas de entrar con la filosofía como tú. Vas a ser responsable de una pérdida masiva de lectores, que lo sepas...

Radagast: es verdad, yo hacia posts serios ya antes. Lo que pasa es que no me acordaba mucho tampoco, no te creas...

El caso es que habia visto una niebla misteriosa y no sabia que podia ser... voy a ponerme algo de ropa de los sesenta antes de que lleguen para estar a juego...

Barbi: (te iba a decir que faltaba ender, pero se me ha adelantado por una cabeza)

¡Pero si es un coñazo de post, no que os a dado hoy a todos! Y si, yo también hecho de menos los post chorras... Y al mono de la documentación, a ver cuando lo traigo de vuelta, que hace un monton que no la lia...

Ah... el misterio incognoscible de la mujer.

ender: no te molestes tío, en serio. No es más que una rayada. Hay trozos que creo que no los pillo ni yo...

Y no te quiero spoilear, pero ya te digo yo que si abres la caja, el gato palma. Si no también, pero de hambre, y por por eso ya no te dan un nobel...