lunes, 30 de abril de 2007

Puente

Odio los festivos.
Ahora que tengo vuestra atención y se que me estáis mirando como un híbrido entre el Scrooge del Cuento de Navidad y el Grinch, todavía lo puedo llevar más lejos: también odio los domingos.

En primer lugar el domingo es un día que pilla mal, porque cae entre el día en que vuelves a trabajar, y el que te fuiste de fiesta, así que suele comenzar con dolor de cabeza y acidez de estómago y terminar con cabreo porque al día siguiente madrugas. Además puede ir acompañado de, en el mejor de los casos, sentimiento de culpa por que no has hecho lo que debías, y en el peor, arrepentimiento porque has hecho lo que no debías.

Además es un día tonto, porque no hay nada decente que oír en la radio (a no ser que le veas sentido a escuchar como alguien grita un partido de fútbol) no suelen poner nada en la tele, y no hay nada abierto salvo los cines y los bares. Así que lo que puedes hacer es tirarte en el sofá tratando de hacer tu mejor imitación de un cojín, y ver cosas en la tele que no verías si tuvieras ganas de levantarte del sofá. Podrías alquilar un DVD, pero claro, te da pereza salir de casa. Se han dado casos de gente que incluso se ha hecho palomitas o ha abierto una bolsas de misteriosos derivados del petróleo (nadie sabe todavía de que están hechos los ganchitos), incluso a pesar de que el gasto energético producido en un domingo tipo, no suele justificar tal aporte calórico.

Pues un festivo es todavía mejor, porque tiene todos los inconvenientes de un domingo, pero además no viene detrás de un sábado, lo que quiere decir que si has salido, lo has hecho después de trabajar, así que todavía te has levantado mejor, y si no has salido, te terminas despertando pronto en un día en que está todo cerrado y no tienes nada interesante que hacer. Si, podrías ir a lavar el coche, pero ya te aviso que vas ha hacer cola porque todos los que no están de resaca están haciendo eso. Además, ¿a quién le apetece?

Los festivos producen otro efecto secundario pernicioso conocido como puente cuya misión principal es producir atascos en las carreteras.

Otra cosa que producen los puentes que que la gente que tiene que trabajar esté cabreada.

Para terminar me gustaría desear a todos un feliz lunes y que no os atropelle un camión.

Menos a los que estén de puente.

3 comentarios:

Jezabel dijo...

Yo siempre he pensado que el domingo es el día tonto, precisamente por lo que ya has explicado. No puedes hacer nada en plan irte al campo o de fiesta, porque al día siguiente tienes cosas que hacer, a parte de la sensación de "el tiempo pasa..." que te acerca al momento de ir al facultad. Horrible.

Blanco Humano dijo...

Los fines de semana tendrían que durar 3 o cuatro días al menos.

Jezabel dijo...

He ahí el asunto. Cuando estás empezando a cogerle el gustillo, zas, te lo cortan de golpe.