Mary dejó de enjabonar los platos en el fregadero y se quedó mirando por la ventana. Se preguntó si lo que hacía estaba bien. Bueno, en realidad ella sabía que no estaba bien. Quería saber cómo era de malo.
Mary estaba cerca de los treinta y tenía el pelo dorado y los ojos azul claro. Su nariz era más bien respingona y en las mejillas un puñado de pecas le daban un aspecto infantil. Era alta y bien alimentada. Todo en ella rebosaba salud. Estos rasgos que en cualquier otra parte del mundo la hubieran convertido en una mujer de gran belleza, en el valle se limitaban a definirla como una mujer normal por ser el tipo dominante.
Se había casado muy joven con Frank, un buen hombre que poseía una serrería en el otro lado del pueblo. La trataba bien y nunca le puso una mano encima. No bebía salvo en ocasiones especiales y hasta donde ella sabía, no la había engañado nunca. No habían tenido hijos. En ocasiones ella pensaba que era debido a que no lo había deseado lo suficiente. Vivían en una bonita casa en las afueras.
Un día Mary le dijo a su esposo que la casa necesitaba una buena mano de pintura, y que era mucho trabajo para ella. Él encargó el trabajo a un joven local, Douglas, al que todos llamaban Doug. El primer día Doug llegó con una vieja furgoneta Ford y descargó una gran escalera y un montón de botes de pintura y se fue. Una hora más tarde volvió en una ruidosa moto. Vestía un mono vaquero y botas. Y una camiseta blanca que se quitó antes de empezar a trabajar.
Mary no podía dejar de mirar el torso desnudo de Doug brillando bajo el sol del mediodía. Sentía una sensación extraña que no sabría describir y que era totalmente nueva para ella. Hasta donde podría recordar, diría que nunca la había sentido antes. Ni si quiera cuando conoció a Frank y la invitaba a ir al cine o cuando paseaban por el pueblo. Ni siquiera en su noche de bodas, que aunque no fue totalmente insatisfactoria, no fue como ella esperaba.
Él venía todas las mañanas y se dedicaba a mezclar pinturas tranquilamente delante de la casa. Ella no podía evitar quedarse mirando como lo hacía, con una mezcla extraña de sensaciones. Esperaba que él no pudiera verla desde el exterior, aunque a menudo sospechaba que lo hacía.
Nadie los había presentado y ella nunca salía de casa mientras estaba él. Solo lo veía de vez en cuando por alguna ventana. Especialmente cuando pintaba la valla delantera o el cobertizo. En una ocasión, él llamó a la puerta de la cocina. Ella se quedó paralizada. Se secó las manos en el delantal, se arregló el pelo y abrió. El saludó educadamente y pidió un vaso de agua. Mary le dijo que podría pasar y bebérselo dentro si era tan amable de ponerse la camisa. “Cómo no, señora”. Menudo descaro, presentarse así en su casa medio desnudo, pensó ella. Mientras él fue al porche a buscar su camisa a cuadros, Mary tuvo que sentarse un momento porque sintió que le fallaban las piernas y se aceleraba su corazón, sin duda debido al disgusto. En contra de lo que ella esperaba, él volvió con la camisa sobre el hombro y se paró en la puerta para ponérsela.
Se abrochó los botones de la camisa lentamente comenzando por el cuello y terminando a la altura del cinturón. Muy lentamente, como si tuviera todo el tiempo del mundo. Ella contempló toda la operación hipnotizada como un conejo ante una serpiente. Cuando terminó, Doug levantó la mirada y se encontró con los ojos de ella. "¿Está mejor así, señora?". A ella de dieron ganas de abofetearle.
Se abrochó los botones de la camisa lentamente comenzando por el cuello y terminando a la altura del cinturón. Muy lentamente, como si tuviera todo el tiempo del mundo. Ella contempló toda la operación hipnotizada como un conejo ante una serpiente. Cuando terminó, Doug levantó la mirada y se encontró con los ojos de ella. "¿Está mejor así, señora?". A ella de dieron ganas de abofetearle.
Cuando Frank le preguntó aquella noche como iban los trabajos de pintura, Mary se sonrojó hasta la raíz del pelo.
"Bien", murmuró sin levantar la vista del plato.
"Bien", murmuró sin levantar la vista del plato.
15 comentarios:
Me encantas. Sin más.
Genial. Me ha encantado.
Quiero una segunda parte!
Quiero una segunado parte!
quiero una segunada parte!
Con lo bien que le vendría a mi piso una mano de pintura
Pordiósanto ya estas haciendo la segunda parte. Me ha gustado.
Pdt. Déjalo sin camisa....
Vaya, hombre, dejando las posibilidades en el aire... Literatura para pensar.
Los sinvergüenzas tirarán para un lado y los puritanos para otro.
Y dime... ¿le costó mucho a la Mary que le saltara la pintura de las bragas?
Necesito una segunda parte ya! donde Doug se tire a Frank y Mary se quede muerta. Por beatona.
Descaro dice Mary!!descaro el suyo por no lanzarse a su cuello!! necesitamos una segunda parte...no seas malo anda! =)
Lo cierto es que en realidad Doug no tiene ni idea de pintura... Es un stripper contratado por Mary para satisfacer alguna de sus fantasías sexuales, como la de la "ama de casa pura y recta".
Todo, por supuesto, con el consentimiento de Frank, claro, quien no puede satisfacer a su esposa debido a una serie de problemas "potenciales".
Siiii una segunda parte ya!!!!! Dios como aguantó tanto tiempo sin decir ni pio.... y como no se la ocurrió ofrecerle antes el agua, un zumo... algo!!! Debía haber salido antes... aunque kizá lo que quería era k entrara en su terreno para así tener el control...... k lista Mary!!!!
No tardes anda!!! Me ha encantado sin duda!!!!!
Date cuenta de la mayoría de los comentarios femeninos...todas queremos màs.Los chicos comentan,sí..les ha gustado y tal..pero fíjate,fíjate..:No tardes,date prisa,quiero una segunda parte ya,posdiosanto,te suplicamos,necesitamos,anhelamos...
no me extraña que enganches al sexo femenino...sabes como engatusarnos...lo he leído otra vez y...cómo sabes lo que nos gusta????? ya sé....te has leído la saga de Crepúsculo!!! no,no,ya sé...tienes vagina!!!
A todo el mundo: muchas gracias por vuestro interés, pero es un cuento (microrrelato, en realidad), no me veo capaz de hacer continuaciones todavía. Como mucho podría contar lo que pasa en la cocina los siguientes 35 minutos (y lamento el spoiler para los que preferían seguir en la duda) pero me temo que no sería en absoluto publicable. Además, tampoco quiero dedicarme a ese tipo de literatura. Por ahora.
En cualquier caso gracias, me daba miedo que fuera un poco ridícula. Ya sé que si me falla mi curro me puedo plantear pasarme a la novela rosa. Seguramente de más pasta que la ciencia ficción...
Jez: gracias, piruleta.
Pétalo: gracias, me alegro mucho.
anasisterdiablo: gracias, pero creo que por ahora no.
ZoeRavenclaw: a quién no le viene bien una manita de vez en cuando...
Princesa: jajaja... lo siento pero va a ser que no.
JuanRa: Si, era la idea. Y ya veo en que lado estás tú...
Barbi: jajajaja... mira, ese tipo de literatura, no me veo capaz de hacerlo de ninguna manera. Es que no me iba a salir...
Y no es beatona, es que es antigua. Ella no tiene la culpa.
Bubu: no, si al final me lo voy a tener que pensar...
Rad: jajaja... esa idea es muy buena.
SuPeRnEnA: en realidad me inclino a pensar que no salió porque se sentía confusa. Y lo siento, pero creo que por ahora no.
anasisterdiablo: es verdad, me estoy preocupando... ¿a ver si voy a ser demasiado femenino? Y te iba a contestar una barbaridad, pero no: ni he leído la saga crepúsculo ni tengo vagina. Creo que mi único secreto es escuchar a las mujeres, al final aprendes algo... (tampoco mucho, no creas)
Creo que ha llegado la hora de que me las pire a la cama. Si no...creo que me engancho a leer este blog horas.
Es más lo que se adivina (no es ñoño en absoluto, sino muy reflexivo) que lo que se muestra.
Y si me apuras, ni erótico lo veo. Sólo la exposición de vidas grises, día tras día, de determinadas féminas a las que cualquier affaire les "terremota" la vida.
Una entrada muy medida y muy atinada. Y la desgracia de muchas mujeres de varias generaciones hasta la actual.
T´a otra.
He disfrutado un rato muy agradable en tu casa.
Tengo que reconocer que cada vez lo haces mejor. Me ha encantado. ¿Por qué me imaginaré a Mary con la cara de Meryl Streep?
Fiebre: si, de eso va un poco la historia, de vidas grises. Gracias, vuelve cuando quieras.
Gárgamel: muchas gracias. Pero en este caso no es Meryl Streep, la mía es más joven y más guapa -no soporto a la Streep, por bien que actúe. Y si yo hubiera dirigido los Puentes de Madison me parece que hubiera habido más acción...
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