En las duchas one more time...

Últimamente he vuelto a ir al gimnasio que lo tenia algo abandonado porque he estado un pelín liado. Es que aprender idiomas locales absurdos quita cantidad de tiempo. Por no mencionar que gracias a eso, ahora cometo faltas de ortografía espectaculares en DOS idiomas distintos. Si amigos, aprender es algo maravilloso, que nadie os diga lo contrario. Quizás es que tengo ya lleno el disco duro y por cada cosa que se aprendo se me borra otra, que también puede ser. Pero estoy divagando y eso que aún no he empezado. Como decía he vuelto otra vez al gimnasio y esto solo quiere decir una cosa (dentro presentación).

De los afamados autores de 'en las duchas' y 'en las duchas again'...

(o sea, yo; es curioso, pensaba que esta serie era mucho más larga)

Vuelve la saga de fama mundial que hace que tíos que entran por google con su guerrero de cabeza púrpura en la mano me odien por haberles engañado. Que sé que entran buscando eso porque me lo chiva el analytics, que no se calla nada. Y además sé que son tíos porque no comentan, que las mujeres que han entrado buscando eso mismo se han quedado todas. Que por cierto, esa es la explicación de que este blog tenga lectoras, que si no de qué... (aprovecho para mandar un saludo a mis lectoras, a las que les gustan los hombres que huelen a jaboncito, lo cual me parece estupendo).

Eso si, quiero advertir que como no quiero alargar innecesariamente esta serie, este va a ser el úlimo post de este tema. Bueno, el penúltimo, porque la anécdota de Jota todavía no la he contado. Y ahora que me acuerdo tengo otro post congelado sobre también... vale da igual, vamos al tema.

A mi, como a mucha gente me gusta cantar en la ducha. Bueno, tendría que decir que a mi me gusta cantar. Y además no lo hago nada mal. Lo que pasa es que mi timidez extrema (si, soy tímido, ya sé que no lo parezco; no pienso discutirlo, que ya estoy harto de que todo el mundo me diga '¿tímido tú? venga, hombre...'; pues si que lo soy, lo que pasa es que lo tengo controlado... vale, me parece que voy a cerrar el paréntesis ya) me impide hacerlo en público. Bueno, bajo ciertas condiciones de presión y temperatura me puedo subir a un karaoke (normalmente necesito 2 whiskies y 3 cervezas para el primer tema, luego igual ya me caliento y me tienen que reducir para que suelte el micro) pero vamos, que no es lo normal. El caso es que suelo cantar en la intimidad y para eso lo mejor es la ducha, que es lo típico. Que igual no lo sabéis, pero hay un motivo científico para eso. Es por la acústica. Es que las baldosas de cerámica producen un efecto reverb que hace que hace que la voz suene mejor que en otros sitios, como por ejemplo dentro de un armario. Mira, el que se dice que canta mucho desde allí es Ricky Martin, por cierto.

Lo mismo os estáis preguntando que tiene esto que ver con el gimnasio. Pues bien, en mi gimnasio, que tiene de todo, hay duchas. Y además unas excelentes. Amplias y con muy buena acústica. Lo que pasa es que claro, si cantas en las duchas de un gimnasio, la gente te mira raro.

Ahora, lo que la gente ya no es capaz de aceptar de ninguna de las maneras es que aprovechando el mayor espacio disponible, hagas también el baile de la canción.

Jo, es que hay canciones que sin la coreografía pierden mucho...

(Pues ellos dirán lo que quieran, pero a mí me parece que me quedó estupenda, tú)