sábado, 10 de diciembre de 2011

Días de coca-cola light y rosas


Últimamente he dejado de beber. Esto, por supuesto no ha sido por iniciativa propia. Nadie en sus cabales deja de beber hasta que se lo dice alguien. Tu madre, tu médico, un juez, el consejo general del poder judicial... En mi caso ha sido mi dietista. Al parecer tiene la peregrina idea de que el alcohol engorda.

Sí, ya sé lo que vais a decir. Existe una bien asentada creencia que sostiene que la cerveza no engorda. Al menos, no una cerveza. Bien, no puedo confirmar esta teoría, no me he tomado una cerveza en mi vida. De hecho, la mayoría de veces que tomo cerveza, al final no sé cuantas me he tomado. Como dice un amigo mío "a partir de la tercera pierdes la cuenta; y además te da igual". De todos modos, tengo que señalar que he estado en bares y se ven más barrigas que en los gimnasios, así que creo que a esa teoría le falta algo de peso (o para ser más precisos, le sobra).

En cualquier caso, tengo que decir que no creo que yo bebiera demasiado. Lo que pasa es que el concepto 'beber demasiado' es un tanto relativo. Y depende de a quién preguntes. Al parecer, nadie considera que beba demasiado (él mismo). Si acaso, beben demasiado los demás. De hecho, según una pequeña encuesta que he realizado, al parecer en este país nadie bebe demasiado (salvo en algunos lugares del interior donde hace mucho frío y "esos descerebrados que hacen botellón en los aparcamientos"). Según esta misma encuesta, juntarse a las siete y beber ininterrumpidamente hasta las cuatro de la mañana es hacer un "sano ejercicio de la cultura de bar, una hermosa y ancestral tradición de este país". Para los que no lo saben, algo parecido a los que hacen catas de vino, salvo que en lugar de escupir el alcohol, te lo tragas y pides otra ronda. Nada que ver con los alemanes en Mallorca o esos rusos que beben hasta perder el sentido. En absoluto.

Lo que pasa es que cuando sales sin beber, ves las cosas de otra forma. Según las palabras del mismo amigo de antes (que es un sabio) no hay nada peor que soportar a un grupo de borrachos, especialmente si tú no eres uno de ellos. De hecho lo de salir sereno es un poco como de realidad alternativa. Es como estar en la discoteca pero que de repente se enciendan todas las luces. Entonces ves que ni la gente es tan guapa, ni la música es tan buena, ni las conversaciones son tan interesantes. De hecho te empieza a parecer que estarías mejor en casa con una infusión calentita y un buen libro. Además, hay un límite a las coca-colas light y a las cervezas sin alcohol que te puedes tomar. En general, una es un límite bastante razonable. Dos si tienes mucha sed. Pero nada más.

Tengo que confesar que todo esto ha hecho cambiar radicalmente mi forma de ver el mundo. Es como una revelación. Llamadlo iluminación, si queréis.

En cuanto deje la dieta, vuelvo a beber. Estar sobrio es un coñazo.

11 comentarios:

Anónimo dijo...

Nunca estuve tan delgada como cuando cerraba los bares y salía derecha con los tacones, por dignidad, o eso me parecía a mí (pero torcida por dentro). Eso sí, lo quemaba todo bailando. Tras dejar mi vida nocturna por decisión personal y porque debajo de la manta en el sofá se está de cine, engordé unos "kilillos", que tengo que decir sangre ,sudor y lágrimas me ha costado quitarme, mi dietista dice que la edad también tiene que ver (qué coño sabrá ella!). Eso sí, ahora estoy de cine y bebo en las fiestas a las que tengo que ir "mandatory" dice mi jefe y que además no pago, para no aburrirme como una ostra. Y...... sigo manteniendo mi peso ideal, vamos, un bombón!!!!!!

ender dijo...

Bienvenido a mi mundo. Al de no beber y darte cuenta de todo lo que hace y dice la gente. Lo que pasa es que a mi no me molesta y además luego les hago un favor y hago de taxista.

goodbye kitty dijo...

Prefiero pasar hambre a dejar de beber. Además, si bebes lo suficiente para no acordarte que tienes hambre tienes la ecuación perfecta.

Lechuga con vino es una dieta extraña pero funciona.

PRIMAVERITIS dijo...

jajajaja!!!! cierto, salir sobria es de realidad alternativa, tras lograr mi peso ideal tuve que elegir entre beber y encontrar guapos e interesantes a los tipos que se me acercaban o defender el peso con coca cola light y darme cuenta lo tarados mentales que eran todos esos borrachos
así que asumí los cubatas y un par de kilos más por el bien de mi vida sexual y social ;)

J. Lozano dijo...

Dos cosas. Yo dejaría de beber, pero lo tengo jodido con lo de fabricarme mi propia cerveza y eso.

Y la otra. ¿Tú recuerdas cuál era una de las posibles causas de la muerte de Amy Winehouse? El dejar de beber de repente.

Ten cuidado con estas medidas tan drásticas Whitey, no me preocupes.

Ana dijo...

Pues yo estoy delgada y bebo alcohol amenudo, eso sí, en pequeñas cantidades. Es decir, que en mi vida me he tomado dos cervezas seguidas. Y es como todo, que el exceso es malo. Deberíamos beber buscando el sabor de la bebida (como hacemos con la comida) en vez de beber buscando el efecto de no poder poner un pie delante del otro.

Lillu dijo...

En efecto, lo peor de no beber es salir con bebedores, porque ser la única persona sobria capaz de decir tres frases coherentes seguidas te hace sentir muy sola.

Yo he sido abstemia hasta el pasado sábado (es totalmente cierto). Me tomé mi primera cerveza en nueve años, sólo una, y me mantuve igual de sobria que si me hubiera tomado mi fanta de naranja habitual. No le veo la gracia a beber hasta perder el sentido, sobre todo porque luego ni te acuerdas de si lo pasaste bien o mal y prefieres pensar que fue bien para no sentirte idiota por el tiempo y el dinero perdido.

Obviamente, es cuestión de gustos y de maneras de verlo. Para mí beber un par de cervezas está bien, porque te apetece, porque te gusta, porque lo disfrutas; beber habitualmente hasta perder la cuenta y la verticalidad, pues ya me parece un problema. Sobre todo porque para los bebedores es muy difícil (cuando no imposible) pasar sin su dosis de alcohol en cuanto socializan un poco, pero más difícil aún es que lo reconozcan, como bien dices.

saluditos

Blase dijo...

Oye pues a mí me parece súper divertido salir sin beber y ver a la gente de alrededor...me lo paso mucho mejor que yendo ciega, ahí sí que vas en una realidad alternativa!!

JuanRa Diablo dijo...

Hay un limbo perfecto entre la primera y la tercera copa que ni se queda en puertas de la gloria ni hace caer al infierno. Quedarse en ese punto es lo verdaderamente difícil. Uno cree que existe un placer completo un poco más allá, y la caga.

Un saludo

PD. Tu dietista no te quiere

Celia dijo...

Pues yo te noto distinto hasta escribiendo y sabes que? que me gusta?
Pero se que tienes razón porque yo que no bebo mucho, cuando salgo con amigos y beben me siento como un pastor(cuidando del rebaño) y la verdad es que es un coñazo...

Un beso 0,0

Blanco Humano dijo...

Anónimo(a?): pues felicidades por lo tuyo. Sí, supongo que lo de bailar hace lo suyo. Lo que pasa es que yo como soy un hombre, no bailo. Desconfía de cualquier hombre que baile. Es más, si levanta los brazos por encima de la cabeza, ya no desconfíes, ya lo sabes seguro.

ender: Claro machote, tú es que estás acostumbrado porque es lo que has hecho siempre. Lo duro es lo mío, que antes estaba en el otro lado...

goodbye kitty: lo bueno es que te emborrachas antes, lo malo es que a mí las borracheras me dan hambre. Y yo borracho no me sé decir que no a nada. Bueno, ni a mi ni a nadie, vamos...

PRIMAVERITIS: es cierto, lo del ligue no me lo había planteado. Aguantar babosos borrachos estando serena tiene que ser de pedir eutanasia. No me extraña que las mujeres beban cada vez más.

J.Lozano: Oye, lo de la cerveza me pica mogollón la curiosidad ¿está bueno eso? Apetece probarla.

Y bueno, espero no haber estado bebiendo tanto como Amy Winehouse. O al menos tener un peinado más digno...

Ana: Bah, si puedes parar en la segunda cerveza, es que no bebes. Pero vamos, que tienes razón, no habría que beber para emborracharse. De todas maneras a mí es que la cerveza me gusta. Y el whisky. Lo que pasa es que emborrachan...

Lillu: cómo te entiendo. Y sí, pasarse bebiendo no mola nada. Yo soy más de puntito. De todas formas yo aguanto bien la bebida (bueno, supongo que ahora menos)

Blase: tú eres una sádica. Reírse de la gente está feo. Aunque se lo merezcan...

JuanRa: Yo tengo (o tenía) un margen amplio, porque aguanto bien. De hecho yo para emborracharme en serio tengo que querer. Es estar en seco lo que llevo un poco peor. Pero sí, ese punto es el bueno, animado pero sin hacer el imbécil.

Celia: Ah? Pues no sé que decirte, porque no solía escribir borracho. Pero vamos, si te gusta, estupendo.

Y lo de cuidar de los borrachos, un coñazo, coincido. Que te sea leve.