Advertencia: Esta entrada trata de ayudar a aquellos que están pensando en comprar un reproductor de mp3 y no acaban de decidirse. Los demás pueden ir al archivo del blog donde encontrarán un montón de posts antiguos muy divertidos. Que lo mismo estoy yo aquí venga poner post nuevos y a lo mejor hay alguien que todavía no se ha leído el post sobre la informática. Vamos, digo yo. Bueno, en cualquier caso, perdonen las disculpas.
En algún momento del pasado esto era lo más. Creo que fue antes de la invención de la agricultura, en lo que los antropólogos llaman 'La era de Wham!'
Introducción
Aquéllos que no sigan habitualmente este blog (saludos a todos los espectadores que se acaban de incorporar desde google), quizás no sepan que durante casi dos años he disfrutado de un iPod 5G de 30 GB (que ya fue objeto de un post) que recientemente me ha abandonado para irse al cielo de los gadgets (donde van están los walkmans y los ZX Spectrum que no han acabado en un museo). Eso me ha obligado ha investigar la oferta actual de reproductores, con la consiguiente sensación de déjà vu. La diferencia respecto a la vez anterior que hice esto es que ahora ya he tenido uno (dos, en realidad), lo que me da algo de ventaja.
¿Porqué un iPod?Cuando empezaron a aparecer los reproductores de
mp3 había dos opciones (igual que actualmente, ahora que lo pienso) los basados en memoria
flash, y los discos duros (buceando en la
wikipedia he encontrado un tercero que no recordaba: híbridos
mp3+reproductor
CD, que supongo que finalmente
no lo consiguieron). En los basados en memorias
flash podíamos encontrar capacidades ridículas como 256 o 512
MB (¡incluso 128!), que tenían la ventaja de ser muy pequeños.
Antiguo reproductor de Mp3 con memoria flash. Los hombres primitivos los utilizaban mientras pintaban mamuts en las cavernas. Los discos duros eran más voluminosos y ofertaban capacidades mucho más altas (que lamento no recordar, pero si que recuerdo que en aquel momento me parecían disparatadas) a costa de ser mucho más caros.
Un iRiver de 40GB ¿No es una belleza? No se ha diseñado nada tan hermoso desde el Renault Twingo. El control remoto era opcional. Y probablemente innecesario. Cuando me decidí a comprarme uno, la verdad es que todavía no estaba muy seguro de lo que necesitaba. Por desgracia, en un viaje de fin de semana en Andorra, encontré algo que parecía ser lo ideal: un reproductor de pequeño tamaño con 2
GB de memoria, que incluía radio,
el hdd070 de Philips, que es, probablemente, la peor basura con la que me he topado nunca. Tardé poco en odiar su
interface, por lenta y llena de errores, y no mucho más en descubrir lo rápido que se llenan 2
GB con música. No me quiero extender en su análisis, tan solo decir que cuando -accidentalmente, lo prometo- cayó en el inodoro, no pude evitar pensar que finalmente ese reproductor había encontrado su lugar en el mundo. Es que ni la radio funcionaba bien.
El Philips HDD 070. Si lo ven llamen urgentemente a las autoridades militares. No intenten enfrentarse a él, es más peligroso de lo parece. Es por esto que cuando tuve que comprar un segundo reproductor no quise arriesgarme de nuevo: quería ir sobre seguro. Y bueno, en todas partes oía hablar bien del
iPod, así que supuse que el desembolso (son comparativamente más caros que la competencia), valdría la pena. Cuando finalmente lo probé, me enamoré completamente de él. Seguramente si no hubiera sufrido un aparato tan mal pensado como el de
Philips, no habría podido apreciar en profundidad cada detalle del aparato de
Apple. Actualmente no me veo capaz de intentarlo con otra marca y arriesgarme a
cabrearme con cada pequeño detalle que no funcione tan bien como en el
iPod. Hay gente que sostiene el hay aparatos actualmente en el mercado que ofrecen más por menos dinero, y puede que sea cierto. Yo no lo se y seguramente no lo sabré nunca porque no me quiero volver a arriesgar.
Nuevo iPod nano. ¿No es una monada? ¿Porqué un nano?Una vez decidida la marca, queda por decidir
qué modelo. La vez anterior mis opciones estaban entre los actualmente extintos
iPod video (o simplemente 5G, actual
classic) e
iPod mini (actual
nano). Por el mismo precio (creo recordar unos 300€, o quizás 250) tenía que decidir entre los 8
GB del
mini o los 30
GB del vídeo.
-actualización: estoy razonablemente seguro de que mi modelo se llamaba
iPod video, pero parece que alguien a
retconeado la continuidad en la
wikipedia y ahora resulta que se llamaba
classic como el de ahora; ¡pero si era nuevo, como le iban a llamar clásico! En fin...-
Después de muchas dudas, básicamente teniendo que decidir entre la comodidad de manejo (tamaño) o la capacidad (memoria), terminé optando por lo segundo. Sabía que era cuestión de tiempo que sacaran el
mini de 16
GB y suponía que esa era una buena opción para mí -venía de un aparato de 2
GB que se me había quedado
cortísimo, pero sospechaba que 30
GB eran un poco demasiado- pero lamentablemente aún no existía en el mercado. En aquel momento lamenté no poder hablar con mi yo del futuro para que me dijera: 'el modelo que necesitas es éste, no te equivoques'. Pues bien, ahora soy mi yo del futuro y puedo hablar de mi experiencia de 2 años con el 5G: 30
gigas son demasiados. Por supuesto mis conclusiones son mías y dependen del uso que yo le doy al
iPod y de mis propias necesidades, pueden no valer para otras personas, pero voy a tratar de justificarlas.
Lo que me hizo decidirme por un modelo de 30
GB fue que 8
GB me parecieron poco. Yo nunca se lo que voy querer escuchar. Conozco gente que escucha sus
CDs seguidos y en un orden determinado. se preparan 3 o 4 y ya tienen para escuchar todo el día (en el coche, me refiero). Yo sin embargo, nunca se lo que me va a apetecer escuchar dentro de un rato. Además tengo gustos muy diversos, así que necesito tener como mínimo un,
llamémosle, fondo de armario amplio para poder atender mis necesidades. Para
agravar la situación sigo varios
podcast y como llevo siempre los auriculares puestos los consumo bastante rápido, con lo que necesito que me quepan unos cuantos. Con todo esto trato de explicar porqué necesito mucha capacidad. Y sin embargo puede que haya gente que necesite más. Yo nunca puse un vídeo en mi reproductor. Primero porque no pude, la verdad (aunque al final aprendí). Pero es que además me parece absurdo. El audio mola porque lo puedes disfrutar mientras trabajas, conduces, haces deporte... intenta hacer algo de eso mientras ves un vídeo. Aparte, lo bueno de una pantalla es que sea lo más grande posible y si puede ser que tenga un sofá delante. Cuando un
iPod pueda hacer eso, a lo mejor lo utilizo para ver vídeo, mientras tanto creo que prefiero la
tele.
Pues bien, a pesar de todo eso, tengo que decir que los 30
GB terminaban siendo demasiado. Si los tienes los gastas, es cierto, pero es como llevar una mochila: cuando más grande es, más cosas metes dentro. La tentación de cargar discografías completas o
álbumes que no has escuchado todavía y no sabes si te van a gustar es demasiado fuerte. Al final me encontraba con que llevaba un montón de música que no escuchaba casi nunca o que incluso me molestaba para buscar los que si que escuchaba habitualmente (navegar entre 30 gigas de datos no es fácil). Tardé bastante pero terminé llegando a la conclusión de que quizás hubiera sido más práctico tener el
mini.
Luego hay otra cosa. Los discos duros tienen la ventaja de tener una gran capacidad de almacenamiento, pero hay algo que no tienen: no son duros. Y no es que sean blandos (lo que bien mirado, les podría dar una ventaja evolutiva); es que son frágiles. Un disco duro no está hecho para ir todo el día contigo, soportar inclemencias del tiempo, acompañarte mientras corres, caerse de tu mano (y si crees que no se te va a caer, piensa en cuantas veces se te caen las llaves o el teléfono
móvil). Y si hay una cosa que un disco duro no soporta son los golpes. Esto es algo que yo ya sabía, pero de lo que no he sido (
dolorosamente) consciente hasta hace unos días, cuando finalmente el mío falló. Se podría decir que dos años es bastante aguante para algo que llevas encima casi todo el tiempo -ese es al menos mi caso- pero la verdad es que no tenía prisa por cambiar de modelo, así que me hubiera gustado que me durara algo más. Hay que tener en cuenta que no es que salgan baratos.
El ganadorEl reciente
iPod nano 4G ofrece una capacidad de 16 gigas por 189€* (aunque también hay una versión de 8 por 139€), que es justo lo que creo que yo necesito. Si hubiera un modelo de 30
GB me gustaría más, la verdad, pero aunque estoy seguro de que terminará saliendo, en la actualidad es eso o el
classic, con un monstruoso disco duro de 120
GB que me parece un exceso (por 229€). Y más teniendo en cuenta que no le voy a meter
vídeo. No, esta vez voy a optar por algo pequeño y ligero, que quepa bien en cualquier bolsillo y que no sufra demasiado si se cae (la gravedad afecta menos a las cosas ligeras, y el
nano es casi cuatro veces más ligero que el
classic).
Completa gama de colores. Todavía no los hacen estampados, pero al tiempo. Se que no he tenido ni en cuenta el resto de productos de
Apple, pero es que no creo que merezcan ni mención. De todos modos, para que se vea que me he documentado, voy a mencionarlos.
Si necesitas muy poca música puedes optar al
iPod shuffle, que es realmente pequeño pero solo se ofrece en 1 y 2 gigas (y cuatro colores horribles) por 45 y 65 euros. La peor desventaja es que no tiene pantalla y reproduce los temas que a él le da la gana y no los que tú quieres. Si se te antoja una canción en concreto ya te puedes armar de paciencia.
El shuffle. La pantalla no sale porque está detrás. ¡No, espera! si es que no tiene...
El
ipod touch es algo a medio camino entre el
nano (no es disco duro, sino
flash), el
classic (capacidad de 32 gigas en su versión más alta, lo que tenía mi viejo 5G) y el iPhone (esa pantalla táctil tan
molona). De hecho me parece que es tan un iPhone sin teléfono que me parece que estaría constantemente echando de menos poder llamar con él. Además, francamente, no me voy a gastar 369€ (en su versión de 32
GB; el de 16 vale 279 y el de 8, 219) en algo que básicamente sirve para escuchar música y voy a llevar encima todo el día, arriesgándome a que se me caiga o me lo roben . Ya se que se supone que hace un montón más de cosas, pero es que no las acabo de ver prácticas. No se me ocurre porqué iba a querer llevar encima fotografías para poder pasarlas con un movimiento del dedo (excepto para fardar, que es para lo que seguramente se gasta más). Si de verdad tuviera la pasta, supongo que escogería el teléfono. Y aún así creo que preferiría tener también un
nano para escuchar música cuando vaya a correr y así no tener que cargar con el ladrillo.
La verdad es que es mono, pero seguramente no puedas pagarlo. Es un touch, pero puedes hacer como que hablas con él, porque es idéntico al iPhone. Y con esto termina este publirreportaje sobre el nano. Ahora espero que los de Apple me manden un
touch para demostrar que me equivoco y vale mucho la pena. Si eso pasa, prometo contarlo.
*Todos los precios son referidos a una tienda de la que no quiero hacer publicidad. El nombre es parecido al de la tortuga de Mundodisco. Si con eso no sabéis cuál es, yo más pistas no puedo dar...
Enlaces:
iPod en la wikipediaiPod en la web de Apple