Hoy tocaba otra entrada (y empiezo tantos posts así que estoy pensando en que ese debería ser el título del blog) pero me he retrasado en colgarla y se me ha cruzado un tema de actualidad que me gustaría comentar.
Supongo que no es un secreto que últimamente he estado un tanto alejado del blog por culpa de twitter. Curiosamente en los últimos días no, ahí he estado desconectado por culpa de mi vida en 3D (que también tengo, lo que pasa es que como soy muy reservado casi nunca hablo de ella*) y eso me ha hecho que me enterara con retraso del
affaire Vigalondo (o como él mismo lo llama de manera magistral, el
Holocausto Vigalondo). Lo vi de refilón ayer y me costó un esfuerzo enorme no coger el teclado y colgar un post de esos que arrasan con todo, lo que pasa es que no me gusta escribir en caliente y menos sin documentarme (por cierto, si alguien quiere documentarse, en el -difunto**-
blog de Vigalondo hay un montón de links de gente que explica la historia como personas inteligentes y razonables; ahora, si queréis ver la versión
hooligan,
este es el primer resultado que me salió a mí en google;
aquí la versión de un medio de comunicación serio***).
En primer lugar me gustaría decir que Nacho Vigalondo me cae bien, y yo no soy un tío al que suela caer bien la gente (la mayoría sois basura, que lo sepáis).
Nacho Vigalondo se coló en la fama por la puerta de atrás dando el pelotazo con una nominación a los Oscars en 2004 por su corto '
7:35 de la mañana' cuando no lo conocía nadie, y luego de eso se tiró cuatro años más sin que lo conociera nadie hasta que en 2008 presentó la magnífica '
Los cronocrímenes', tras lo que siguió sin conocerle nadie, salvo los
cuatro frikis de siempre, porque hay que decir que Nacho Vigalondo, aparte de ser un tipo que cae bien, es un tío que en ambientes frikis se mueve bien, supongo que porque él mismo lo es.
En segundo lugar, quiero explicar lo que es twitter para aquellos que no lo sepan (periodistas en su mayoría, porque en internet creo que ya todo el mundo lo sabe. Pero no con mis palabras, sino con las suyas, porque utiliza una frase que podría firmar yo mismo hablando de mi cuenta de twitter:
"En mi cuenta he tenido arrebatos sentimentales, he sido críptico, he sido tonto, he sido distante, he sido un pesado, he sido gracioso, he sido soso, pueril o macabro. Unas veces dándome cuenta y otras veces no."
Y es que eso es twitter. Son 140 caracteres con los que puedes jugar a lo que quieras, desde decir 'que guapa está Pilar Rubio esta noche' (esto no lo he hecho todavía, pero ya aviso de que lo pienso hacer) a jugar a repartir sabiduría a los cuatro vientos (cualquier día cuelgo aquí mis propias perlas de sabiduría, que me da mucha rabia que allí no las lea nadie cuando pasan cinco minutos). Yo he tenido tweets que eran para matarme, pero me lo puedo permitir, porque soy yo y no le importan a nadie. Ahora, si eres alguien con una ligera fama en 3D, ya te digo que en cuanto haya un periodistucho sin tema para rellenar su columna, esto va a salir al aire. La próxima vez que se caliente un
hastag, seguramente yo estaré ahí para decir la broma más bestia y divertida (en #trespalabrasdespuesdelsexo hubo algunas memorables, lamentablemente no mias; seguramente eran todas de
Barbi) por muy ofensiva que le pueda parecer a alguien. Porque como ya dije cuando
hablé del humor (odio autocitarme, pero es que si no lo hago yo, no lo hace nadie): "El humor tiene que molestar. Si ofende un poquito, incluso mejor. No todo, vale. Pero tratar de hacer humor sin hacer daño es como tratar de tener sexo sin mancharse. Puede funcionar, pero no lo vas a hacer bien". No hay nada peor que ese humor de señor mayor que es tan blanco que no da ni risa. Al menos a mi no me gusta, y me parece algo terriblemente pasado****.
Bueno, no quiero extenderme mucho explicando lo que sucedió en twitter. Al bueno de Nacho se le ocurrió hacer un par de chistes (alguno lo podía haber firmado yo mismo, por cierto) y la gente se cabreó. Bueno, alguna gente. Seguramente los mismos de siempre. Son esos que entran a leer '
mi mesa cojea' para poder decir en los comentarios 'Tú antes molabas. Has perdido un lector' (y decirlo en serio, porque yo lo suelo poner, pero de coña). Pero claro, si el tipo que escribe Mi mesa cojea hace una coña en twitter, para explicarlo tienes que decir 'el tipo que escribe Mi mesa cojea...' y en cuanto entras en su blog entiendes sus bromas (a no ser que seas un encefalograma plano, que también los hay) y no puedes quemarlo públicamente porque haga bromas con
Maddie Mccann. Sin embargo, si lo hace el bueno de Nacho no hace falta que te leas su blog o el resto de sus tweets para crucificarlo, simplemente dices 'el director de cine Nacho Vigalondo...' y hala, a soltar mierda.
Iba a preguntarme qué dirían los que se escandalizaron si vieran el magnífico monólogo de Ricky Gervais con Hitler hablando con Nietzsche, pero ya le cayó lo suyo con la increíble (de premio nobel del humor) presentación de los Globos de Oro, así que no hace falta que me lo pregunte: lo sé.
Valga esta entrada para mostrar todo mi apoyo a Nacho Vigalondo y a todos aquellos que tratan de hacer humor arriesgado e inteligente. Y yo lo siento mucho, pero si un chiste es malo, no te ríes y en paz, pero si no te has enterado de que era un chiste, lo mismo es que eres tonto.
Y por cierto, quizás Vigalondo haya perdido un blog con esto, pero desde luego ha ganado un follower.
*Venga a vosotros no os puedo mentir: he dejado de escribir en twitter porque he descubierto Seinfeld y me paso el día encerrado viéndola entera una y otra vez. Soy la versión moderna del Quijote, solo que cuando yo enloquezca saldré por ahí con un micro y una corbata de los ochenta haciendo monólogos sobre restaurantes y autobuses...
**Último post.
***Mis sinceras disculpas por llamar medio de comunicación a Intereconomía. Sobre ciertas cosas no se debería de hacer bromas...
****A mí la única excepción que se me ocurre son Tricicle, y son buenos porque hacen humor muy inteligente. Pero no se me ocurre nadie más que me guste que no pueda ofender a alguien.